Letras
Cuentos breves

Comparte este contenido con tus amigos

Cinturita de compact

Madellon ajustó un poco más el ceñidor que su flamante esposo, el señor de los anillos, le había hecho en forma de reloj de arena. El cuerpo era casi tan perfecto como el de una avispa. “Mi esposa tiene la cintura más pequeña que Talía en sus buenos tiempos”, pregonaba con entusiasmo el orgulloso marido. Ello hasta que esa noche Madellon exprimió la cinturilla un tanto más de lo sugerido por el médico. La parte superior de su cuerpo se desboronó igual que una estatua de sal y circuló hacia abajo por entre la cinturita de compact, finalmente retomó la forma debajo de sus caderas. Madellon tenía apelmazados la cabeza y los brazos entre las piernas. ¡Voltéame!, gritó horrorizada. Inmediatamente sintió el giro de 180 grados y resurgió casi completa del otro lado del corsé. Lamentablemente, uno de sus senos quedó atascado entre su vientre y caderas. Ni un apretón más, se dijo en tanto que alisaba con desconsuelo el seno atrapado en la parte baja de su corsé.

 

Oca

La oca escucha el ruido que su carnicero prorrumpe con el hacha. Es un cocinero que viene a sacarla del nido, su casa. Lanza un largo chillido, si tuviera piernas se hincaría para suplicarle a su amo. Ahora que tiende el cuello sobre la mesa; asustada, vomita un líquido amarillo con sabor amargo, el amo no se siente abrumado. Ella medita que para su nueva vida pedirá tener espinas o veneno entre las plumas, no para hacer daño a nadie, sino para defenderse.

 

Decir adiós desde la vidriera es imposible

Julia traspasa la carta desde la ventana. No se oye el ruido del papel deslizándose bajo la rejilla, solamente el susurro de su llanto. Ayer recibieron el aviso. Están en guerra. Ella tiene un hermano de veintiún años, fue solicitado, no saben cuándo volverá. Parte al sur en ese minuto. Durante los doce años que vivieron juntos, nunca se le ocurrió preguntarle qué quería hacer cuando fuera viejo. No hay tiempo para que responda. El mensaje de Julia es una lista de sueños e inquietudes que ella realizará cuando sea adulta. Él recibe sin decir palabra, lo que ambos desean es aminorar su abatimiento. El camino es corto, sólo la incertidumbre no conoce límites.

 

Antioxidantes

Cuando se mira al espejo percibe arrugas, canas, dientes amarillos, ojeras, la vida ya pasó y sigue viva. ¡Qué contradicción tan grande!, se da miedo ella misma: entiende por qué los nietos no quieren saludarla, incluso les tiene algo de humanidad. Toma la seria providencia de solucionarse. Borra con un pañuelo la imagen de su rostro en el espejo hasta que desaparece completamente; luego en su lugar garabatea una cara con una enorme pera al frente y un sombrero azul en la cabeza. El dibujo de su espejo queda marcado en su piel. Nunca será bella otra vez pero al menos tendrá una cara que haría sonreír a sus nietos.

 

El que cría cuervos

La insinuación de que los cuervos le sacan los ojos a quienes los crían, fue una idea urdida por los propios criadores para hacerlos ver como enemigos naturales de los hombres y pasar ellos como gente de bien. Los cuervos, por su parte, impusieron una costosa demanda en contra de los entonces honrosos campesinos, sus criadores. Ello ante el hecho cada vez más frecuente de que algunos cuervos eran obligados a complacer el gusto por el sadomasoquismo de sus amos.

 

Similar

Durante años recorrieron el mundo en busca del Santo Grial y, cuando creían haberlo encontrado, descubrieron con desaliento que había sido remplazado por la Copa del Mundial 86.

 

Noemí

Ruth viene a pedirme que viajemos juntas. Mi vida sólo se apoya en ella, en mi corazón habita una enorme tristeza. ¡Qué difícil!, cómo explicar a detalle: falleció mi esposo, más tarde mis hijos y quedé sola. Están juntos en la misma cripta. Ahora tengo que despedirme y caminar sin ellos por el desierto.

 

Al diablo

Discurre Judas entre fuertes gritos y lamentos infernales mientras se reajusta el moño de la soga en su cuello.

Le suplico que no se haga el inocente. Bien sabemos usted y yo que si no lo hubiera entregado a los judíos como según usted les contó a sus apóstoles, no habría trascendido en la historia como el salvador de las almas pecadoras. Debería colocarme a su derecha, su buena fama la debe a mí. Esa carita de abnegación y misericordia, que se la crea su padre.