Letras
Poemas

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Quiero despertarme del cuerpo

Quiero despertarme del cuerpo con sueños que comen cuerpos en la noche,
Haciendo el sano sacrificio de clavarme astillas de madera negra, comiéndome
La venda de los ojos, agitando ladillas, escupiendo azufre, barajando pestes,
Afinando aullidos a un violonchelo para la obertura del difunto.

Quiero despertarme del cuerpo levantándome del santuario, cruzando las cuatro rejas,
Salir de la casa no volviendo entrar a ella, balbuceando poetas, pernoctando hidalgos,
Confundir epitafios pintándolos con el tinto mi sangre viva, atizando los dolores de siempre, coronando de serpientes mi cabeza para neutralizar el veneno de mis sueños.

 

Soy el cadáver de la palabra herida

Soy el cadáver de la palabra herida
Cuando esconden los labios fulgurosos destellos
En las noches resentidas, en esos días donde los Cristos
Salen caminando de las iglesias y sus catacumbas
Esconden la verdad en las sílabas de las sílabas;

Soy el cadáver de la palabra herida
Cuando sumerjo el dedo en la alberca del tintero
Y la uña rasca iracundas jornadas,
Cuando el esperma corre en contra flujo
Y mis poemas crecen en celo.

 

Cartas a un ciego

Andares de un gigante ciego,
Reciban estas cartas que se han fraguado
En apetito de quien quiere verlas; para quien
Apaga tus velas con no observarlas, que sepan
Que domesticas tus calles castigándolas a bastonazos,
Constatando formas con la jauría de tus sentidos,
Enredado en tu caja oscura recibes las sobras del sol,
Decir que sólo tu tacto es decir que sólo eres tú;
Impávido al oleaje del espacio, bestia del perpetuo ciego;
Donde atacan los peones de tus ojos a la vida reina y a la muerte rey.

 

Yo, hombre y ave

Quise despojarme de mí, de las plumas y del edén del nido;
Echar alas al suelo y volar en picada al cielo;
Golpear de tajo al viento me trae esos recuerdos,
En el viento sólo era mantener la horizontal de mi excitable joroba,
Apresurar el vuelo de Ave María para romper
La barrera del sonido y erigir la muralla del silencio;
Concluir mi rutina con un par de aleteos
Para escarchar el suelo de oscilantes lunas etéreas,
Mis alas, Homónimo de membranas que se actúan una a la otra
Pero en el éxtasis de sus sacudidas apunta cada una a su exclusivo horizonte.

 

Bastones

Bastones perturbados caminantes en arena,
Pernean su suelo planos de un horizonte,
Creación de constantes volovanes
Deja ver los suspiros de las arenas,
Deja ver los suspiros de propano
Al febril beso con un todo oxigeno.

Bastones atizados con arcilla de arenas,
Dejen que sus dueños mueran,
Pisen sus pies con la punta;
Conviértanle en sus piernas.

 

Litigio post mórtem

Ahora te escondes tras la seda de los movimientos síndicos, detrás del telón
De las miradas salinas y acuosas, en el vaivén de pestañeos te encuentro
En mis muertes de fracciones de segundos, de semiciclos;
¿Por qué has dejado la ortodoxia? ¿A dónde has llevado tus letanías?
Las pisadas de corderos ya no avisan la vacilante llegada de mi dios enfermo,
Te encuentras a nivel de mi dislexia, avisando a tus parientes, a tus otros fantasmas;
Ahora no te impide la anatomía de un hematoma, de un epicentro trémulo de color
Sabor a berenjena, ahora ataje tu independencia, como un testamento a la tumba,
Como la tumba al ataúd, como el ataúd al cuerpo, como el cuerpo al corazón...