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“Los sinsabores del verdadero policía”, de Roberto Bolaño
La novela podría ser el centro de buena parte del imaginario del escritor chileno.
En librerías otra novela póstuma de Roberto Bolaño
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El sello español Anagrama lleva a las librerías, a partir de este jueves 27 de enero, la novela Los sinsabores del verdadero policía, que el escritor chileno Roberto Bolaño empezara a escribir en los años 80 y en la que trabajó, aunque de forma discontinua, hasta su muerte en 2003.

La novela, en la que ya aparecen el estilo y el territorio literario de Bolaño pese a su carácter de obra de juventud, está integrada por tres escritos, según informa la viuda del escritor, Carolina López, en una nota editorial al final del libro.

Dos de estas partes fueron localizadas en el ordenador del escritor y se titulan “Los sinsabores del verdadero policía” y “Asesinos de Sonora”, de cincuenta y cien páginas respectivamente. Además, hay un tercer escrito, también titulado “Los sinsabores del verdadero policía”, en parte mecanografiado con una máquina de escribir eléctrica y en parte impreso desde un ordenador sin archivo informático, de 135 páginas.

Este último texto es “una novela completa de 283 páginas, clasificada en siete carpetas, cinco de las cuales se encontraban en la mesa de trabajo del autor, junto con otros materiales relativos a 2666, en tanto que las otras dos partes se descubrieron al organizar su legado”.

Sus historias y personajes transitan por otras novelas de Bolaño como Estrella distante, Llamadas telefónicas, Los detectives salvajes y 2666, cuyo centro oculto quizás podría estar constituido por la presente novela. Además, comparten algunos de los personajes, como Amalfitano, su hija Rosa y Arcimboldi.

El editor Jorge Herralde aseguró que “la lectura de la novela nos convence de que estamos ante una obra de una calidad literaria extraordinaria, en el territorio de 2666 y Los detectives salvajes, es decir, del Bolaño en su mejor forma”. Un territorio literario en el que, como puntualiza Herralde, ya aparece “el gran Bolaño de la madurez” y persiste “el joven Bolaño poeta”.

En el prólogo de la obra, el crítico Juan Antonio Masoliver Ródenas señala que Los sinsabores del verdadero policía, como 2666, es “una novela inacabada, pero no una novela incompleta, porque lo importante para su autor no ha sido completarla sino desarrollarla”.

La gran aportación de Bolaño a la literatura es la “provisionalidad”, sostiene Masoliver, “una escritura visionaria, onírica, delirante, fragmentaria y provisional” que rompe con la realidad tal como se había entendido hasta el siglo XIX.

En relación al título, “el menos bolañano de sus títulos”, anota Masoliver, el autor optó de manera “definitiva” por “un título descriptivo, largo, sin el ritmo a que nos tiene acostumbrados y sin la mínima provocación o extrañeza” que tenían “Los detectives salvajes” o “Putas asesinas”.

En una carta de 1995, el propio Bolaño esbozaba esta novela: “Desde hace años trabajo en una (novela) que se titula Los sinsabores del verdadero policía y que es MI NOVELA. El protagonista es un viudo, 50 años, profesor universitario, (con una) hija de 17, que se va a vivir a Santa Teresa, ciudad cercana a la frontera con los USA. Ochocientas mil páginas, un enredo demencial que no hay quien lo entienda”.

Amalfitano, exiliado chileno, profesor universitario, viudo con una hija adolescente, descubre al lector, a través de la narración, el desencanto político, su amor a la poesía, que como en una paradoja del destino le obliga a abandonar Barcelona tras un escándalo y le llevan a la lejana Santa Teresa, lo que empeora su vida desarraigada.

En este lugar mítico y fronterizo habitan oscuras historias de mujeres asesinadas, y también Pancho Monje, hijo de la dinastía de las Expósito, y otro joven, Castillo, falsificador de las pinturas de Larry Rivers para venderlas a ricos tejanos.

En Santa Teresa, Amalfitano se encontrará con un mago, Arcimboldi, que es asimismo un escritor francés y cuya obra narrativa, minuciosamente descrita en uno de los capítulos, despliega la complejidad de otra asombrosa literatura.

El sida, el desencanto de la izquierda, un Barça-Madrid de baloncesto, una clasificación de poetas, una loa al tabaco o un capítulo en el que un supuesto biopic de Leopardi sería interpretado “por amor al arte”, por escritores como Vargas Llosa, Vila Matas, Josefina Aldecoa, Martín Gaite, Muñoz Molina, Cela, Juan Goytisolo o Marsé, son algunos pasajes y escenas de esta obra caleidoscópica.

En resumen, se trata de una colección de textos que Bolaño fue escribiendo a lo largo de toda su vida y que configuran un documento donde “el policía es el lector, que busca en vano ordenar esta novela endemoniada”, como expresó el propio escritor antes de su muerte.

Fuentes: EFEEuropa Press