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Poemas

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Un piano

Un piano hace a la música lujosa
hace de las notas una entrega infinita.

Ella espía la música y se infecta
Sólo del dolor se infecta, 
lo aprendió de oído a celebrar en su llanto.

El peso de las cosas rotas
Se vuelve melodía y le impide morir.

Eso es la música.
Un músculo que transpira toda la calma en su fiebre 
de escalas, de gemidos.
Un rayo que parte una casa en su fiesta.
Un piano 
que maúlla a las puertas de un niño viejo,
y le trae su infancia 
como si fuesen flores a una virgen muerta.

Sólo está a salvo quien conoce la música
Quien ha afinado una herida 
Quien ha crujido un compás frente a las propias tumbas.

Porque la melodía puesta en las cosas rotas te impide morir.
Prepara la gruta de tu virgen muerta,
le reza otro llanto
un canto para encadenar a sus agrios derrumbes.

Ella disparó a sus sienes 
Con un silencio de blanca
Con el instrumento que tocan
los que aprendieron a solfear de sus marcas, de sus fuegos.

Ella disparó a lo más alto,
a lo que flameaba en la cima de su clave.
con la tecla más honda, la más muda.

 

El castigo

Se durmió una y otra vez para despertar
de aquello que ya no se despierta

Se limpió toda la sangre.
Se quitó la piel, se colgó la máscara.

Se reclutaron todas las inocentes causas
Se vino hasta lo que ya no se era.

Se obtuvo una fe.

La fe del que sólo posee
la libertad de su cárcel.

Se leyó la condena:
Para salir de la loba debes vestir de loba.
Para necesitar de los vivos debes aullar primero a tus muertos.

Cómo entonces alejo al lobo que rodea mi casa
si él vivía en ella antes que yo.

¿Qué razón obtienes si sólo has visto el error?

Lo que saco de mi boca vuelve a entrar en mi boca.
Le cierro la puerta y está detrás de mí.
Cubro sus ojos pero la mirada está dentro.

¿Dónde se reconforta el que no ha sentido la sed?
¿Dónde quema sus pies quien sólo ha caminado por el fuego?
¿Qué es un paso en falso para quien duerme en el abismo?

Cómo desligo a esta mujer,
si los grandes nudos comienzan en sus manos atadas.

¿El castigo es el resto de uno
salvado en la conducta?

Hay vida en el encierro
pero en él dejó las flores sin aire.

 

Resto de padre

Tras el suicidio de todas mis memorias,
me quedó este residuo, esta fracción de abrazo,
el resto de certeza que duró una incertidumbre.
Y días que vencieron sus malos plazos,
y plazos que dieron sus noches erróneas
en una pequeña voluntad que no crecía.
Una partitura que aprendí a escondidas de la música.
Por mi culpa
y la de estas palabras 
que flotaban en viejos cadáveres
del lado de sus filos.
No he de volver, no has de volver,
aun así no aprendo.
La verdad es una cifra exacta
colgada en la pared entre grandes marcos
El arma con que me disparo
en los miedos incorrectos.
La verdad no es afirmación. La verdad niega.
Que tú vengas o estés dando una señal
que estas aguas crecen su caudal
o yo me muestre perdida.
La verdad corta por la espalda 
Ordenada y quieta
Sabe que mata, que juzga, que elimina.
Son estos malos plazos que apuntalan mis noches erróneas,
que ejecutan la música 
en pequeñas partituras que no aprendo.
Y ha sido mi culpa,
que las palabras floten del lado de sus filos,
como viejas promesas 
como cadáveres,
que no supieron sus últimos plazos.
No has de volver.
La verdad está colgada en la pared como un pronóstico,
Algo para sentarse a temer.
Algo decorado entre sombras,
que lucen
el arma con que me disparo
en los miedos incorrectos.
Para terminar con la vida
que luego rescato en sueños
Para adquirir la muerte que me provoco en llantos.
Sólo por buscar, para no perder
los metros que me separen de tu orilla
Y lucir en pie junto a los muelles
Sólo por quedar en tierra
Y darte el abrazo más cercano
a cualquier distancia.