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“Carlos Fuentes: La crítica como celebración”, compilado por Enrique Flores Durán
Carlos Fuentes: La crítica como celebración: libro tardío.
Publican compilación de trabajos sobre la obra de Carlos Fuentes
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Este miércoles 16 de febrero fue presentado en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México, el libro Carlos Fuentes: La crítica como celebración, en el que el escritor y docente Enrique Flores Durán reúne textos de diversos autores sobre la obra reciente del escritor mexicano.

“Carlos Fuentes representa, en su obra, una gran cantidad de formas literarias y de técnicas narrativas”, dijo Flores Durán. “Entre los jóvenes no hay quien no se acerque a este autor, pues ellos son grandes lectores de Aura y creo que no hay uno sólo que diga que no le gustó esa novela breve”.

Afirmó que el también autor de La muerte de Artemio Cruz y La región más transparente se mantiene como un gran escritor y quien aún hoy seduce juventudes con sus obras. “Es increíble que un hombre de 82 años escriba con esa capacidad de juventud, como lo muestra en su más reciente libro, Carolina Grau, serie de nueve cuentos de corte fantástico”.

El entrevistado compiló en su libro textos que sobre la obra de Fuentes (1928) han escrito José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, Julio Ortega, Juan Villoro, Ángeles Mastretta, Sergio Ramírez, Rosa Beltrán, Ignacio Solares, Sealtiel Alatriste, Adolfo Castañón, Mauricio Molina, Álvaro Enrigue y Sergio Pitol.

Flores Durán dijo que vale la pena leer Carlos Fuentes: La crítica como celebración, porque el lector joven que busca entretenimiento va a descubrir la manera de escribir historias inteligentes, con un desparpajo que sólo puede ser posible en un autor muy joven, aunque se trata de un autor ya consagrado.

Insistió en el punto de que Fuentes sigue escribiendo y publicando. Sin embargo, reconoció que puede haber quien no aplauda la obra de este autor. “Pero como el mismo Fuentes dice: si Aura es una linda muchacha y Artemio Cruz es un viejo cabrón, pues todos son mis hijos y todos hijos o todos entenados”.

En ese sentido, dijo que en una obra tan vasta y tan variada “necesariamente debe haber cosas buenas, mejores y no tan extraordinarias”, por lo que esta obra es una suerte de homenaje “al maestro Fuentes”, aunque reconoció que se trata de un libro tardío porque se editó hacia finales de 2009.

“Es un libro homenaje por los 80 años de Carlos Fuentes y por los 50 de su primera novela. También, por el gusto de leer a este autor desde hace muchos años”, advirtió tras informar que la trascendencia de este volumen descansa en los autores que sobre el escritor hablan en sus páginas.

La recopilación, dijo, no es algo novedoso, “ya se han hecho otras anteriores, pero ésta se centra en las obras más recientes de Fuentes, de 1994 con Diana o la cazadora solitaria a 2006 con Todas las familias felices. Y digo que éste es un libro tardío porque de 2006 a la fecha ha escrito tres libros más”, apuntó.

El compilador anotó que “Fuentes es la gran figura de la literatura mexicana de hoy. La variedad de temas y registros que maneja lo hacen el escritor central desde hace 50 años. Muchos escritores actuales dependen de la novela de Fuentes, ya que les abre brecha temática, técnicas narrativas y nuevos discursos”.

La de Ciudad de México no fue la primera presentación que tuvo Carlos Fuentes: La crítica como celebración, pues antes se había presentado en Guanajuato, y Flores Durán acotó que “tendremos nuevas presentaciones en algunos otros estados de la república, pero no hay fechas concretas”.

La compilación de Enrique Flores rescata de revistas y periódicos los ensayos, las reseñas y testimonios que permiten estudiar la obra más reciente del autor de Cristóbal Nonato y Cantar de ciegos, a fin de celebrar la continuidad de la obra del escritor.

Tras la entrevista, Flores Durán subió al estrado de la sala para hablar ante un nutrido foro de su libro, publicado por la editorial guanajuatense Librosacieloabierto, en cuya portada aparece un Carlos Fuentes en mangas de camisa, desenfadado y con un librero atestado a sus espaldas.

Fuente: El Universal