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Julio Sanz Crespo y Eduardo de la Parra Trujillo durante la jornada final del II Foro de la Edición Digital “Alternativas de desarrollo”
Sanz Crespo y De la Parra Trujillo: urge reforma a la ley.
Editores mexicanos recomiendan marco jurídico para el libro digital
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La realidad del libro digital no sólo alcanzó a México, sino que ya lo rebasó, según declaró el presidente del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (CeMPro), Julio Sanz Crespo, quien el pasado viernes 25 de febrero, durante el II Foro de la Edición Digital “Alternativas de desarrollo”, organizado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), alertó sobre la ausencia de un marco jurídico que proteja esta nueva modalidad editorial en la nación azteca.

“Otra vez la realidad se adelanta a la ley; nos encontramos en un vacío que como editores, autores y autoridades tenemos la responsabilidad de resolver, y no sólo para nosotros; lo que hoy decidamos será el futuro de nuestros libros y nuestras empresas”, agregó el editor, para quien es innegable el aumento de producción editorial de libros digitales a escala mundial.

Destacó que 3,5 por ciento de la población del orbe lee en soporte digital y que, de acuerdo con un estudio de una organización internacional, en 2010 el mercado de libros digitales aumentó 200 por ciento con relación a 2009. “El gran porcentaje está en Inglaterra, Alemania y Estados Unidos; en éste último los libros electrónicos crecieron 164 por ciento, lo que equivale a 441 millones de dólares y representa alrededor de 4,3 por ciento del mercado global”, abundó.

“En España, el crecimiento de estos libros se enfrenta a la falta de títulos en español, sin embargo, este mercado aumentó y no dudamos de su impacto en México”, continuó, al tiempo que subrayó que la explotación de los libros electrónicos aún no está regulada en México, si bien el artículo 24 de la Ley Federal de Derechos de Autor garantiza la protección de las garantías de los creadores, tanto en el soporte de papel como en electrónico, y el derecho a explotar sus obras.

Consideró un deber del CeMPro trabajar para el respeto y el reconocimiento de los derechos intelectuales en formato digital, como ha hecho desde hace 11 años en el sistema análogo. Sin embargo, aceptó que la nueva corriente tecnológica “nos ha obligado” a atender problemas que hace una década no existían. “No nos oponemos a la libre difusión del conocimiento, pero respetemos todos los derechos morales, patrimoniales: autoridades, maestros, bibliotecarios, estudiantes y directores; combatamos la piratería tanto en soporte de papel como electrónico”, enfatizó.

Por su parte, en la mesa de trabajo “Aspectos legales (propiedad intelectual, legislación mexicana e internacional)”, el abogado Eduardo de la Parra Trujillo, especialista en el tema, calificó a la piratería como “la peor pesadilla” en cuanto a derechos de autor y propiedad intelectual, y denunció que ésta es una práctica muy extendida en México ante “la falta de compromiso de las autoridades” para erradicarla y hacer valer la ley.

Sobre la revolución digital, De la Parra Trujillo aseguró que en el caso del país sí aplican los derechos de autor a Internet, aunque la ley no mencione de manera literal dicha plataforma tecnológica. En su opinión, la Caniem debe promover “una modesta reforma” a la Ley Federal de Derechos de Autor para adecuarla a las nuevos procedimientos y circunstancias que implica la producción, la distribución y el consumo del libro digital, así como las particularidades de los contratos con los autores.

De la Parra Trujillo evidenció la necesidad de fomentar en México una cultura de respeto a la protección intelectual en el ámbito editorial, que contemple no sólo al formato digital sino también al análogo. “Si no protegemos los derechos de autor en México vamos a depender de contenidos generados en otros países, pues los autores dejarán de producir”, manifestó.

Fuente: La Jornada