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“Arte menor”, de Juan Ramón Jiménez
Manuscritos del libro original fueron incluidos en versión facsimilar.
Publican un poemario hasta ahora inédito de Juan Ramón Jiménez
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Arte menor, un poemario que el Premio Nobel de Literatura 1956, el español Juan Ramón Jiménez, intentó sin éxito publicar en dos ocasiones, acaba de aparecer bajo el sello gallego Linteo, más de cien años después de haber sido escrito.

El creador de Platero y yo escribió Arte menor en 1909 tras volver a su pueblo natal, Moguer (Huelva). “El silencio, todo, / el silencio: nada. / Vida de la muerte, / muerte de la vida. / Alma sin su cuerpo, / cuerpo sin su ala”, dice uno de los poemas que componen el libro, en el que se conjugan la tensión entre el amor y la muerte, la tristeza y la celebración de la vida y de la naturaleza.

“Juan Ramón Jiménez era una persona vitalista”, explicó el profesor José Antonio Expósito, experto en Jiménez y responsable de la edición crítica, introducción y notas de Arte menor. “Hay en su obra sensualidad, expresión del amor a la vida, a la naturaleza. Pero al mismo tiempo vivió obsesionado con la muerte. La muerte repentina de su padre, cuando él tenía 19 años, le trastornó. Estaba convencido de que moriría como su padre, y de hecho sufrió depresiones, por lo que estuvo internado en varios psiquiátricos”.

De los 142 poemas que contiene el libro, 43 son estrictamente inéditos, como lo son las dedicatorias y el prólogo escrito por el propio poeta, que dio a conocer sólo una pequeña muestra de esta obra en las tres antologías de su poesía. Tras su fallecimiento, Francisco Garfias añadió, en Libros inéditos de poesía, 36 poemas a los 22 que Jiménez había publicado. Pero incluyó algunos que no pertenecían a Arte menor, además de borradores y fragmentos.

Juan Ramón Jiménez
Jiménez: vitalista.

Expósito rastreó en los archivos de la Universidad de Puerto Rico y en el Archivo Histórico Nacional de Madrid hasta dar con todos los elementos que conforman esta obra, desde los manuscritos hasta el boceto de la portada, diseñado por Jiménez en 1912, y que la edición de Linteo muestra en su álbum de imágenes.

“Fui a Puerto Rico en el 2007, becado por la Junta de Andalucía, para trabajar en los archivos de Juan Ramón. Fruto de este trabajo fue la publicación de La frente pensativa. En ese tiempo encontré también los manuscritos de Arte menor, un libro muy anhelado por él, pues intentó publicarlo primero en París, en la editorial Ollendorff, y luego en Madrid, con Renacimiento. No lo consiguió, y luego este libro quedó un poco olvidado”, apuntó Expósito.

El investigador agrega que tras la salida de Jiménez al exilio en 1936, tres falangistas entraron y robaron en su casa. Entonces el escritor “pidió que le enviasen a Puerto Rico diverso material, entre el que figuraban los manuscritos de este libro, que entregó a la Universidad de Puerto Rico. El archivo de JRJ en esta universidad se compone de más de 200.000 documentos que están siendo digitalizados”.

La editora Linteo, reconocida sobre todo por su cuidada colección de poesía, había publicado ya antes Ellos, Libros de amor y La frente pensativa, los dos últimos de la misma etapa creativa de JRJ que Arte menor. Ellos es un libro más centrado en el ámbito familiar. Libros de amor es una obra sensual y erótica, que escribió en Moguer entre 1911 y 1912, en la que habla de sus amores. “La frente pensativa es más reflexivo, existencial, también de 1911-12”, recordó el director de Linteo, Manuel Ramos. Arte menor presenta, por otra parte, conexiones temáticas con estos otros libros.

Arte menor es un poemario especial por varias razones, además de las citadas. Lo integran versos cortos, ágiles, directos, propios de la poesía neopopular. “Es un tipo de poesía más sencillo, popular, nada común entonces en la poesía culta española”, destacó Expósito, que sitúa el origen de esta forma de expresión en el pensamiento krausista. Arte menor forma parte, por otro lado, de una trilogía, completada con Las hojas verdes (1909) y Baladas de primavera (1910), siendo Arte menor el más arriesgado de los tres en rima y métrica.

Jiménez se siente en esta etapa de su vida, tras dejar Madrid, muy próximo a las gentes humildes. Desea integrar su arte en la tradición, pero renovándola, según señala Expósito en el estudio introductorio del libro. El encuentro con la naturaleza y el paisaje de Moguer dejan una profunda huella, así, en Arte menor, influenciado también por clásicos como Bécquer o, sobre todo, por el Romancero y el Cancionero tradicionales, además de por las lecturas de poetas como los gallegos Rosalía de Castro y Curros Enríquez.

“Jiménez se interesó por poetas como Rosalía, Curros, J. Maragall, J. Verdaguer..., con clara conciencia popular. Rechazaba, en cambio, el lenguaje arcaizante, que veía por ejemplo en el romance ‘La tierra de Alvargonzález’, de Antonio Machado, dedicado precisamente a Juan Ramón en Campos de Castilla”, sostuvo Expósito.

El sol —la imagen del oro, por ejemplo, es constante en la obra—, la luna, los campos, aparecen una y otra vez en los versos. Pero el poeta no se detiene en la celebración de la naturaleza y lo popular. Considera sus versos de Arte menor un tránsito, un complemento en su obra y advierte, de hecho, a jóvenes poetas como Alberti y García Lorca de que no deben conformarse con lo fácil y alejarse del ideal de la poesía suprema. Versos de Arte menor trascienden ya esa dimensión celebrativa, para explorar, quizás aún de modo tentativo, cuestiones existenciales.

“Arte menor”, de Juan Ramón Jiménez
Arte menor se publica cien años después de que Jiménez lo escribiera.

En cuanto a la técnica, Arte menor es, además, un libro “osado”, tal como lo define Expósito en la introducción de la edición de Linteo. “Supo alejarse aquí momentáneamente del alejandrino modernista para ir hacia una poesía más natural, clara y pura, que finalmente dará en ‘Estío’ un cualitativo y definitivo salto hacia una acendrada profundidad”, escribe Expósito. Conceptos decisivos de la poética juanramoniana como la sencillez, la espontaneidad o la desnudez, se intuyen ya en Arte menor, del mismo modo que las canciones o coplas andaluzas se desarrollarán en obras posteriores como Diario de un poeta recién casado.

Pero no sólo la propia trayectoria literaria de Jiménez refleja la importancia de Arte menor. La poesía neopopular del autor influyó decisivamente en la Generación del 27, por lo que es posible rastrear, como hizo Expósito en su introducción, evidentes paralelismos, por ejemplo a nivel de símbolos.

“Verde es la niña. Tiene / verdes ojos, pelo verde”, escribió Jiménez en unos versos publicados en 1924, que se parecen mucho al “verde carne, pelo verde” del “Romance sonámbulo” de García Lorca en su Romancero gitano de 1928. Del mismo modo que son muy similares el “Verde viento. Verde rama” de García Lorca y el “Viento negro, luna blanca” de la Segunda antología de Jiménez. O el sintagma “morena de la luna” de éste, que se repite en el “Moreno de verde luna” de aquél.

Esta intertextualidad, aclara Expósito, no supone “un demérito para el granadino, ya que todos los jóvenes siempre siguen en sus inicios a un maestro”. Así, concluye, “Juan Ramón siguiendo a Bécquer sembró la semilla de la poesía popular en la lírica contemporánea, pero al mismo tiempo también sugirió el riesgo que conllevaba para cualquier poeta verdadero quedarse detenido en esas atractivas formas expresivas”.

Manuel Ramos anunció que habrá un quinto libro de Juan Ramón Jiménez en la colección de Linteo. “La sintonía que tenemos con la familia de Juan Ramón es en gran parte la base del proyecto. El poeta Antonio Colinas dirige nuestra colección de poesía, y aporta mucho, como desde luego el trabajo de José Antonio Expósito”, subrayó.

Fuente: El Mundo