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Alejandra Pizarnik
Pizarnik: claves.
Alejandra Pizarnik homenajeada en Madrid con una exposición
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El Centro de Arte Moderno de Madrid, junto a la Casa Sefarad, homenajea a la poeta argentina Alejandra Pizarnik —quien este 29 de abril habría cumplido 75 años— mediante una exposición retrospectiva en la que, desde el pasado martes 26 de abril, pueden apreciarse fotografías, manuscritos, cartas, dibujos, primeras ediciones de libros y revistas y una galería de fotografías de autores coetáneos.

La muestra foto-biblio-hemerográfica permanecerá en el Palacio de Cañete hasta el próximo mes de junio. “Muestra material del mundo personal de ella y va dirigida a aquellos que aman su obra en toda su plenitud”, afirma Ana Becciú, escritora argentina que compartió una amistad incondicional con Pizarnik durante sus últimos años de vida.

Becciú es también la editora de los íntimos diarios de la poeta argentina que se publicaron en 2003. “Manejé la documentación que llega hasta 1963, resumiendo los diarios que preparó Pizarnik en 1965. Los textos revelan algunas de las claves de su escritura, la forma en que leía el mundo y se leía, trágica y dolorosamente, a sí misma”, afirma.

Pizarnik coqueteó amargamente con la vida hasta el final de sus días y fue seducida por la muerte. Se suicidó con una sobredosis de somníferos en noviembre de 1972, a los 36 años. Pero su obsesión con la muerte comenzó el 2 de enero de 1961 cuando publica en sus diarios, con una actitud autocompasiva y destructiva, el odio personal que sentía hacia su físico.

“Me he mirado las piernas y he subido mis ojos por mi cuerpo, lentamente, como un cuidadoso pensamiento asesino. Éste es mi cuerpo, dije. Me desperté y he visto. Manos en mi garganta. Qué idiota soy”, escribió Pizarnik.

Desde muy joven, la autora sintió una enorme fascinación por los diarios de otros escritores, muy especialmente los de Katherine Mansfield, Virginia Woolf y Franz Kafka, traducidos en Buenos Aires en la década de 1950.

La exposición pondrá a disposición de los asistentes las obras de la biblioteca privada de Pizarnik con anotaciones y comentarios escritos de su puño y letra. “El ejemplar de Kafka que perteneció a Alejandra lleva escrito en la primera hoja el año en que lo adquirió: 1955, está abundantemente subrayado y visiblemente anotado por ella a lo largo de los años, fue su libro de cabecera, de permanente relectura durante su vida”, explica.

Este doble homenaje se enmarca dentro del ciclo “Alejandra Pizarnik no cumple 75 años”, y cuenta con un intenso programa compuesto por tres jornadas en torno a su figura. El ciclo se cerrará con un diálogo entre Becciú y el comisario de la exposición, Raúl Manrique Girón, donde explicarán algunos aspectos esenciales de su vida y de su obra.

Además se presentará la obra Dos poemas iniciales, con cien ejemplares exclusivos firmados y numerados por su editor, producidos por Del Centro Editores. También incluye los facsímiles de los mecanoscritos originales de los poemas “Humo” y “Reminiscencia”, con un dibujo firmado por Pizarnik. Ambos poemas se escribieron en 1954 bajo el seudónimo de María Pisserno, firma que la poeta usó en sus inicios.

Una de las grandes poetas en lengua española, Pizarnik fue admirada por escritores de la talla de Octavio Paz —quien le escribió el prólogo del libro Árbol de Diana—, Julio Cortázar o Enrique Molina. Entre otros libros, publicó La tierra más ajena, Extracción de la piedra de la locura, El infierno musical, Los trabajos y las noches y La condesa sangrienta.

Fuente: El Mundo