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La identidad femenina
Extractos

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El rostro de día

a Cuba,
donde cada mujer es una Isla.

Voy a hacer la faz del día porque todos vamos a la noche
Y caemos en la lentitud para entender la prisa
Si encontramos la sonrisa que nos muestra en dónde está la soledad.

Voy a hacer un rostro:
Una forma en español donde el deseo mande,
Un espejo en donde ver a una mujer.

Voy a hacer un rostro:
El olor del viento es la única materia que preciso
Y una hermosa cabellera acompasada con el aire.

Diseñar sus ojos con las cosas que imaginan las mujeres sobre el cielo,
Trabajar sus labios sobre todos los peligros incansables del infierno,
Y encontrar su frente por encima de todo lo posible
Y de todo lo sagrado.

Elegir las cicatrices del poniente
Para entrar en sus mejillas con la sombra de los pájaros,
Levantar sobre sus pómulos el fin del horizonte
Y tocar todos los bordes donde acaba la inocencia,
Y sentir, sentir que allí yacen los héroes,
Allí donde el perfil se anuncia,
Allí donde el poema acaba.

 

La intuición

Voy a emprender la retirada,
no vaya a ser un hombre el que se acerca.

Aristófanes, “La asamblea de las mujeres”

La tribu se demuestra: hondo en la planicie danza el jefe.
Los tambores en las yemas dan el rumbo.
Molde: el brinco sobre la esperanza.

La raza camuflada grita,
Hervidero armado en pos de un animal.
Las mujeres prenden la fogata en la ladera
Y la tribu entera participa:
Ya es la cacería.

Así en la mente:
Danza el jefe y es una verdad.
Sientes una música,
Una raza en el estómago,
Un tambor sobre la pierna
Y no es sospecha, ya es verdad;
Porque el rumbo vislumbrado, la fogata anticipada,
La esperanza compartida, te revelan la verdad:

“No, mujer, no sigas;
Detente cuando intuyas que estás sola:
Ya es la cacería”.

 

La identidad femenina

Una mujer así no se avergüenza de morir.
Yo he sido de esas.

Anne Sexton, “De esas”

Leo el horóscopo y me reconozco en todos los destinos del zodiaco.
Todos los signos soy yo,
Lo que le sucede a otras mujeres me sucede a mí,
Lo que vaticinan los ejércitos astrales,
Lo que desprotegen los videntes, me sucede a mí;
Y me siento definida como todas,
Definida y defendida en la escritura.

Nací Tauro, una luz de carne vio mi madre en su desmayo;
Ya era yo parte del tiempo:
En algún lugar un dios pensó en mi boca y me entregó una boca.

De Piscis tengo el alma, esa luz que se extravió después del parto,
Esa seducción de ser cualquier persona;
Y como yo, toda Capricornio,
Tengo esencia de ritual, todo es mística en la carne.

De Virgo tengo el tótem,
Me venera la sangre y me venera el espectáculo cuando se acerca un hombre.
De Cáncer tengo la sensación al fondo del temperamento.
Siempre guardo mi importancia, mi niñez.

De Libra, la armonía para discordar,
Jamás me siento inmóvil
Porque el mundo espera mis palabras para hablarme,
Porque el horizonte siempre es plano
Y es el ojo el que imagina las montañas.

Géminis me dio la magia,
Dos miradas para traspasar al hombre del que aprendo,
Porque en el final me veo a mí.

Y no me importa trasnochar cuando la noche puede ser vencida,
Cuando el remate de una lengua ya no es lengua
Sino principio de vendimia,
Cuando el deseo no es deseo y sí poema;
Y así amo: siento todos los destinos desarmando todos los placeres.
Una vez incluso me tocaron
Y nada más fue necesario para el brote.
Justo en el lugar, justo en el momento,
Ese dedo suyo desdobló mi punto
Y entre puntos me deshice de la noche.

Lábilmente amaba,
Siempre organizada para ser amada, siempre mereciendo ser amada:
Una carne construida en un poema
Con un verbo conjugado en dos diafragmas.
Núbilmente soy otras mujeres, el destino de una es mi destino,
La fragancia es universal;
Y si ya no crees en dios, cree en la intuición de una mujer.

Mi intelecto es Escorpión: no medito, me transformo frente al fuego,
Y frente al meditar no soy el fuego, soy meditación;
Y mucho más que todas, yo soy Aries:
Cuando busco el cielo encuentro el cielo.

Mis pupilas miran como Sagitario:
Todo se distiende frente a mí cuando me escuchan;
Hablo un poco para protegerme
Pero observo el adjetivo y me deshago de los nombres.

Y ante la ocasión del sentimiento,
Soy Acuario: nadie puede asirse tanto en el sudor.

Y que nunca salga herida una mujer, no.
No dañes a ninguna, no la engañes.
Cuando sufre una, sufren todas.
No violentes, no perturbes, no compares,
Porque sufren todas, porque salta Leo.