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Ramón García, Mario Camus, Antonio Giménez-Rico, Josefina Molina y David Felipe Arranz
Ramón García, Mario Camus, Antonio Giménez-Rico, Josefina Molina y David Felipe Arranz.
Recuerdan a Miguel Delibes en Madrid con un seminario
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Con el propósito de hacer pervivir su legado dentro y fuera de las fronteras de Castilla y León, región que tanto amó el escritor y periodista español Miguel Delibes, se desarrolló a principios de agosto un seminario sobre su figura en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid.

El Monasterio de El Escorial fue el escenario de este recorrido por la obra de Delibes bajo el título “Lecturas de Miguel Delibes”, codirigido por el catedrático José Ignacio Díez, quien organizó las intervenciones por parte de destacadas personalidades que, de uno u otro modo, tuvieron relación con el escritor.

Participaron en el tributo los escritores Gustavo Martín Garzo, Luis Mateo Díez, José María Merino y Manuel Longares, y el director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Gonzalo Santonja, entre otros participantes como Manuel Longares, o la hija del escritor Elisa Delibes, que se aproximaron a lugares, personajes, formas de hacer y de decir del genial novelista a lo largo de los cincuenta años de su trayectoria profesional: desde su Premio Nadal, con La sombra del ciprés es alargada (1974), hasta El hereje (1998). Todo un camino marcado por su profunda vinculación a la tierra y a la sociedad castellanas.

En una de las jornadas, Antonio Giménez-Rico y Mario Camus analizaron las versiones de las obras de Delibes que estos directores han llevado a la gran pantalla: Retrato de familia (1975) —basada en la novela Mi idolatrado hijo Sisí—, Las Ratas (1997) y Los santos inocentes (1984).

Durante su intervención, Giménez-Rico destacó el espíritu “permanentemente comprometido e inconforme” del escritor vallisoletano y su “amplia capacidad descriptora”, que le permitía dar con las palabras precisas para construir un mundo de sensaciones. El cineasta desveló que tuvo la intención de hacer la versión cinematográfica de Señora de rojo sobre fondo gris. Contó que Delibes le pidió que esperara hasta su muerte por tratarse de una obra autobiográfica sobre el fallecimiento de su esposa, Ángeles.

Mario Camus, autor del proyecto cinematográfico Los santos inocentes, explicó el contraste que vivió durante su trabajo de dirección ante la facilidad para visualizar la trama y los personajes de la obra tras leer el libro, frente a la intensa labor de fondo que tuvo que hacer después con el escritor para hacer la adaptación al cine de la obra. “Delibes pensaba que no era la novela adecuada para hacer una película, aunque después le gustó mucho el resultado porque nos inventamos una historia ajena”, aseguró Camus.

Al recordar la especial relación que los dos directores mantuvieron con Delibes a la hora de elaborar los guiones, ambos reconocieron el profundo respeto que el escritor tuvo al concederles absoluta libertad para crear sus propias versiones cinematográficas.

Tal como explicó el escritor y biógrafo de Delibes, Ramón García, quien clausuró el 5 de agosto el curso con una conferencia bajo titulada “Ellos son mi biografía”, no faltaron menciones muy especiales para el gran papel que le valió a Paco Rabal el premio a la Mejor Interpretación en el Festival de Cannes de 1984 por el personaje de Azarías en Los santos inocentes, compartido por Alfredo Landa.

También se recordó la célebre expresión “milana bonita, milana bonita”, ya convertida en leitmotiv de la obra de Delibes y que el escritor se empeñó en que Camus repitiera varias veces para incidir en la fuerza expresiva de Azarías.

Fuente: El Norte de Castilla