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Reverón, de Diego Rísquez

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Luigi Sciamanna en el papel de Armando Reverón, en el filme “Reverón”, de Diego Rísquez

El 2 de junio de 2011 se estrenó en Caracas la cinta Reverón, dirigida por Diego Rísquez y protagonizada por Luigi Sciamanna y Sheila Monterola. Con fotografía de Cezary Jaworsky y duración de noventa minutos, entre once películas que competían ante un jurado integrado, entre otros destacados personajes, por el colombiano Lisandro Duque, se hizo acreedora en el Séptimo Festival de Cine Venezolano de Mérida de los siguientes reconocimientos: Mejor Música, Mejor Fotografía, Mejor Dirección de Arte, Mejor Actriz de Reparto, Mejor Actor, Mejor Dirección y Premio del Público.

A propósito de esta deslumbrante realización fílmica venezolana, podemos leer en el blog de Golcar: “Cuando salí de ver la más reciente película de Diego Rísquez, Reverón, no pude evitar preguntarme, como siempre lo he hecho cuando me aproximo al pintor: ¿fue Armando Reverón un loco que se hizo pasar por cuerdo o fue un cuerdo que se refugiaba en la locura para escapar al dolor y a la realidad, hasta que la insania mental lo atrapó por completo? Pensaba que en el caso de Armando Reverón, como en el de muchos grandes artistas, esta pregunta nunca podrá ser respondida con absoluta certeza. Posiblemente una combinación de ambas situaciones unidas a una gran sensibilidad y exacerbada capacidad y necesidad de creación, configuraron la excéntrica personalidad del ‘Loco de Macuto’, el pintor, el muñequero, teatrero y teatral. El genio de la luz”.

La cinta, según palabras de su director: “Es la película más venezolana que he realizado”, y quizá también la afortunada plasmación de una personalidad que mezcló el extravío mental con una danza cromática tan avasallante, que desafía los estragos del tiempo y los escarceos de la crítica.

Desde el principio, el espectador gira atrapado en una elipse lumínica que se renueva en plumas y escamas delirantes. El mar, como un espejo de agua pesada, entre 1924 y 1954, refleja la historia de amor y desvarío de Reverón y Juanita. La cinta se filmó en Todasana, donde se construyó una réplica del famoso castillete de Macuto, hogar del pintor y su compañera y testigo del desarrollo de su obra. El agua del deslave del 99 lo destruyó totalmente sin que hasta ahora ningún gobierno se haya ocupado de reconstruir este monumento único por lo que significa en la historia plástica y humana de la Venezuela de todos los tiempos.

Luigi Sciamanna en el papel de Armando Reverón, en el filme “Reverón”, de Diego RísquezLa actuación de Luigi Sciamanna es magistral. Ni exceso ni defecto en la interpretación esencial de un personaje que como Reverón aglutina el genio y el desvío. No es necesario conocer a fondo la vida y obra del pintor de Macuto para verlo discurrir y hasta entender por qué vivió y pintó como lo hizo. Ahí hacen acto de presencia el mono Pancho anunciando la llegada del visitante con su campanilla de bronce, la pajarera, los pinceles, el color omnipresente. Desde un rincón nos miran fijamente Niza, Graciela y Serafina, las muñecas de tamaño natural elaboradas por el pintor. Todas de trapo viejo, con talle reblandecido y rostro triangular cruzado por líneas de colores fulgentes. Los personajes que acompañaron los momentos más íntimos del pintor y Juanita están ahí. Como telón de fondo, criaturas y sucesos propios del ocaso de la dictadura gomecista, el establecimiento en Venezuela de un fugaz período democrático, el golpe adeco de 1945, la asonada contra Rómulo Gallegos. Es decir, no es sólo el buceo en las aguas tormentosas de uno de los artistas más inolvidables del país. Es también, como telón de fondo, un capítulo imprescindible de su historia.

Antes de morir, Reverón obtuvo los premios Nacional de Pintura en el Salón Oficial Anual de Arte Venezolano, Federico Brandt y John Boulton. Fue luz y se apagó en las instalaciones del Sanatorio San Jorge de Caracas el 18 de septiembre de 1954 a los 65 años de edad.