Letras
Poemas

Comparte este contenido con tus amigos

Esa Parte Que Se Esconde

De tu cuerpo intocable sólo reclamo
una muesca del iris de tu ojo izquierdo
que hice mía una noche en que me hundí en tus ojos
hasta que la luz del día los invadió cegándome.

De tu cuerpo intocable sólo reclamo
ese centímetro de piel en tu espalda
que bauticé a punta de besos hace ya mucho tiempo
consumida por un amor que ahora sirve de nada.

También (se me olvidaba)
un cachito de tu pelo
y el lunar que tienes en el lugar impúdico.
Pero sobre todo, sobre todo es mía,
esa parte que se esconde a los ojos del mundo.

 

Cámara de Torturas

Átame.
Ata mi cuerpo al tuyo
Con una sola y extensa caricia
interminable como esta noche.

Átame.
Encadena mis pies a tus pasos,
mis manos a tu pecho,
amordaza mi boca con tus besos
y venda mis ojos con tu llanto.

Tortúrame con el peso implacable
de tu cuerpo sobre el mío
y entierra el filo de tus caderas angulosas
en la carne blanda de mi vientre blanco.

Asfíxiame con tu respiración.
Abofetéame con tu cabello.
Quema mi piel con el contacto de la tuya
y marca mi rostro con la huella de tu lengua al rojo vivo.
Fustiga mi espalda con tu saliva ardiente
y doblega mi cuerpo bajo la fuerza de tus manos.

Cuando me rinda,
cuando me entregue,
cuando por fin confiese,
recoge mi cuerpo abandonado
y deposítalo en la celda inexpugnable de tu piel
tras los barrotes de tus piernas y tus brazos.

Da entonces a mi boca
el alivio de tus líquidas palabras,
a mi frente el descanso del sueño.
Sé mi salvador y mi verdugo
y espera junto a mí
la llegada del alba,
el arribo de la próxima jornada.

 

Cuando Vuelva

Cuando vuelva
estarás esperándome
y sabrás que he llegado
porque una brisa suave,
que huele a mar y a río,
invadirá tu cuerpo
como en un presagio.

Cuando vuelva
tiraré por el suelo las maletas
junto al tiempo de espera
y mi vida con otros
y correré a encontrarme con tus ojos
para ver si aún estoy ahí dentro.

Nos miraremos como extraños.
Estarás ante mí como en un sueño
y no le creeré a mis ojos
que te imaginaron,
que miraron tus fotos
todo este tiempo.
Mintieron.
Sí, claro, ya recuerdo:
el arco de las cejas pobladas,
el verde de los ojos profundos,
el blanco de tu piel suave.

Cuando vuelva
besaré tu boca como por primera vez,
me darás tu mano en un contacto tímido,
de mariposas volando en el estómago
y temblor bajo los pies.
Yo tendré un regalo para ti:
mis senos cargados y el hueco de mi vientre.
Tú tendrás para mí
el olor de tu pelo y el sonido de tu voz.

Cuando vuelva
pegaré mi cuerpo al tuyo
y te tendré desnudo entre mis brazos
como tanto anhelé.
Después,
en un silencio de habitación en calma
y con una sonrisa de placer,
te comeré a besos.

Cuando vuelva
si regreso
será para quedarme.

 

Tus Manos

Tus manos
no fueron hechas
para armar avioncitos
o apretar botones.

Tus manos
grandes
fueron hechas
para mi cuerpo,
para sostenerlo en el aire
o arrastrarlo por la cama.

Tus manos son
para hurgar en mis entrañas.
¿Qué harán ellas sin mi cuerpo?
Estarán vacías,
pálidas.

Hace rato no me extrañas
pero tus manos,
tus manos
por la noche me reclaman
y se te hinchan los dedos
y preguntas qué pasa
y tú, tonto, sólo ignoras
que ellas en mí,
a fuerza de caricias,
hicieron su casa
y ahora vagan solitarias,
nómadas,
ajenas,
sin que sepas
que tus manos
aún me aman.

 

Huyes de mí

Por qué huyes de mí
niño asombrado
si lo nuestro pudo ser
no más que un juego tonto
y con tu negativa
lo has tornado
en obsesión fatal,
comportamiento impropio.

Olvidaste ya
que fuimos puro verso
que hace sólo unos días
que tocamos el cielo
y tu sudor perlaba
y me inundaba toda
y tu sonrisa ingenua
habitaba mis besos.

Quiero ir hasta tu puerta,
pedir explicaciones,
plantarme frente a ti
con las manos en jarras,
tirarte contra un muro,
violarte con dulzura,
decir que ahora te odio,
gritar de pura rabia.

Mas no tengo el valor
y me consuelo
dejando en estos versos
toda mi ira,
escribo estupideces,
me encapricho
y te mato de amor
todas las noches.

Tonto, tonto, tonto
y más que tonto.
Te di mi corazón
a cuentagotas.
Hoy huyes con él
y te maldigo.
Por eso amo el papel,
este es mi grito.