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Extractos

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Sucesión de la ausencia

De tus manos tibias
de tu pecho casa
de tu boca cielo
de tus ojos dagas
de tus piernas torres
de tu sexo altivo
de tu cuerpo todo.

Tus palabras sueños
tu alegría pájaro
tu tristeza mía
tus anhelos nido.

No los tengo; no te tuve.
Y ahora todo sucede
los días/noches
las noches/infierno.
Las horas pasan, queman
no debió haber otro día que el primero,
aquel que nos amamos con locura
bebiendo cada instante como el último
descubriendo de cada rincón
aprendiendo sobre la marcha sin saberlo
que jamás dos cuerpos habían sido
tan hechos uno para el otro,
eso fue lo que dijiste
en tu despedida.
Tantas cosas por vivir,
sitios por explorar
palabras por decir
fotos por colgar
un hijo por venir.
Dónde todo esto,
dónde ese hijo.

 

Justificación del solitario

Vista de perfil
y de espaldas
la soledad no es mala compañera.
Fumamos los mismos cigarrillos
bebemos interminables jarras de café
nos gustan los mismos libros
nos enfrascamos hasta que clarea
la mañana siguiente
y se secan las lenguas
en discusiones banales
y profundas.

Nos lloramos
nos reímos
nos puteamos
nos culpamos y
nos disculpamos.

Tomamos juntas del vino
y juntas comemos del pan
y nos decimos
“ego te absolvo”
y nos vamos a dormir en paz.

Cantamos fados a las tres de la mañana
y bailamos un tango
el más triste que encontramos.
Nos gritamos viejos rencores
Y nos susurramos “paraules d’amor”.

Nos bañamos
nos perfumamos
nos arreglamos para citarnos
una a la otra
en el mismo lugar de siempre.
Nos acariciamos
nos seducimos
nos llevamos a orgasmos infinitos
nos dormimos abrazadas
otra a la una.

Lo que jamás
jamás
jamás
pudimos
ni podemos
ni podremos hacer
fue, es y será
mirarnos a los ojos
frente a frente.

 

Fagocitosis

Desnuda
despojada
abiertas
mis piernas
y mi alma
ante ustedes me presento
y les digo:
tomen
de mí
lo que haga falta
lo que quieran
tomen hasta
llenarse
hasta el hastío
tomen
y no dejen
de tomar.
Arranquen
los brazos
los ojos
los senos
las vísceras.
Vacíenme
desaparézcanme
y cuando
ya no quede
nada
déjenme
a cambio/una palabra.

 

Poema sin sentido

Quiso tocarlo
el roce de sus yemas
no le erizó la piel

Quiso lamerlo
su lengua no reconoció
el dulce sabor de su sexo.

Quiso mirarlo
sentir que su mirada
también la penetraba
sus ojos la sumieron
en una oscuridad profunda.

Quiso olerlo
como un animal dejarse llevar
por el aroma a hombre que exhalaba,
sus narinas aspiraron un aire helado/neutro.

Cuando no escuchó sus palabras
dulces
o sucias
ni los gemidos
propios
o ajenos
comprendió
que el amor de ese hombre
carecía de
sentidos.

 

Composición para cuerdas (guitarra y chelo)

Tres veces miré la punta del zapato
bambolea pie, arriba, abajo,
izquierda, derecha, el círculo
descubrí la rotura de la media
por ahí te colaste, nostalgia de vos.
Subiste poco a poco, el recorrido:
en la pulsera vuelta al tobillo/manzana
la pantorrilla pasó ráfaga y por dentro
la rodilla y el muslo inminente,
redondez ajustada en tus manos
te demoraste por demorar la hora
pero el sexo estaba ahí, húmedo, ansioso
y no sabía/savia de largos derroteros.
Y en el monte fatal/total de mi lujuria
acampaste/campo fértil por mil días.
En el torso, el orificio de la vida
sólo excusas para llegar hasta otros montes
donde esperan rosas cimas
endurecerse con el calor de los volcanes.
Y así, sostenido entre las cumbres
volaste como el ave hacia a la cámara
saqué dos fotos tuyas, cerré el diafragma
se hizo noche y en la boca
sentí tu lengua que lo invadía todo
y escupí estos versos
por ver si te exiliaba de mi cuerpo.