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Poemas

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Abismos

No soy mi sombra sino mi esquina, el lado izquierdo del alma, un pie, y el ombligo, completo por donde quisiera devorar la vida.
Soy yo, la mirada al aire, la pared al frente, y los demonios que me sostienen
mientras me halan, al abismo.

 

Búsqueda

Recojo algo del piso que no existe
cuento los círculos por donde pasan los cordones de tus zapatos,
me miras y miro a un lado
me miras y no me detengo,
me miras y te respiro.

Tengo 12 años y trato de encontrar mi cuerpo,
en el tuyo.

 

¿Estoy?

Sí, sí,
soy yo,
sigo viva,
estoy,
fumando sin cigarro, bebiendo una taza de té y amando,
sin amante.

 

Pregunta

Hace varios años no sé de mí
¿será por eso que la gente dice que me veo muy bien?

 

Perfecta

Tengo 40 años
estoy perfecta,
sólo que muerta de alma

 

Locura contenida

Hoy me levanté burlándome de los rincones de la mente,
inventa todo, tu cuerpo, tus ojos y tus manos.
Esos rincones son la única forma que tengo para reírme de mí misma
y de los demás
que no saben
lo bien que la pasamos,
mi mente y yo.

 

Internet no es rápido

Ahora puedo ver que estás “conectado”
pero no sé si es conmigo: ¿me escribirás a mí?

¿Cuánto se demora un mensaje que no llegará?

 

Repeticiones

Me repito
A los 40 es difícil no hacerlo.

Repito los poemas y las lecturas.
Me repito,
las hojas se repiten con el soplo del viento
en su vaivén.

Me repito en las nubes
las miro iguales a las de ayer.

Las palabras son las mismas
idénticas semejanzas escritas con idéntica letra.
Se repite
la historia se repite

Mi voz
también se repite
cuando hablo frente al espejo.

La imagen me devuelve el eco exacto de la similitud.

Me siento en el mapamundi y empiezo a girar
feliz,
caigo en sitios distintos
y soy otra
pero luego sólo oigo el eco
otra vez el infame, eco, exacto
que me pregunta
¿otra vez tú?
Y respondo: sí, otra vez yo.

 

Instantes

Un breve instante perturba mi estoicismo,
la vida se mueve
y el mundo es este brevísimo
            instante,
un telón que apenas se levanta unos segundos.

Ya luego volveré a obviar tus ojos,
será cuando ponga los pies sobre la tierra
como lo pide la costumbre
            entonces
habré detenido mi cuerpo
nuevamente.

 

Esa otra

Estas abejas que se cruzan en mi pelo
y desordenan mis rizos
esta cascada de dientes silenciosos
este ensimismado pensamiento
esta penumbra del día,
soy yo.

Pero no tengo rizos ni ondulaciones en el pelo.
Sólo una vaga hebra por donde se deslizan las sonrisas y se moja el llanto.

No tengo lunares sino los de la vida, invisibles en el cuerpo
soy sortilegio de flores, paredes de silencios
mineral de intenso sabor a sal
como mis pestañas,
soy esta melancolía que ya no recuerdo si es prestada
he caminado tantas veces con ella a cuestas que es mi lomo,
mi escalera, mi dromedario,
            y aún no sé si es prestada.

A veces cierro la cortina y es mi alma,
soy esta fiera y este esqueleto al mismo tiempo,
asecho en ocasiones, pero enclenque son mis huesos y mi carne.

Este desánimo,
esta urgencia que no me encuentra,
esta vida que no encuentro
y vive en el abismo de un mapa
esta lupa asida a mi frente,
también
soy yo.

 

Es el viento

Ellos anidan en la esquina del alma,
ellos quieren salir,
pero no asustan, amor, no asustan,
ellos se despiertan cuando duermo
y me recuerdan, me recuerdan que ellos que tú que yo que los tres somos uno.

Ahora estoy vestida como ellos, de beige como ellos
como aquel día cuando me cargaste desnuda con tus brazos de ternura
lindo
con tus brazos de cobijo
y yo a horcajadas entre tu cadera me dejé llevar por el río de manos
por los vellos que después de estar tanto tiempo adormecidos comenzaron a levantarse de la piel
con tanta tranquilidad
con la misma sensación del sol de las ocho de la mañana.

¿Te acuerdas?, ¿te acuerdas?

Hacía un sol tímido y no había remerón ni fluoxetina,
ni tafil,
sólo el viento
el viento y los fantasmas
nítidos, hermosos.

No,
lexapro no,
por favor
sólo tengo un breve momento de melancolía,
es sólo eso
y el viento, el viento, lo juro,
es el viento
que me envuelve en un doble espejo
(pero mi reflejo no está en ninguno de ellos).

¿Dónde están las sombras y el alma?
¿Son ustedes las que corren desnudas todas las noches delante del viento?
No, lexapro no,
por favor.

 

Comienzo sin comienzo

Comenzaría por asaltar tu boca
         tu cuerpo entero
         tu cuerpo a pedazos
         tu cuerpo por partecitas
lo asalto lo consuno lo trituro lo mastico lo saboreo
me regodeo
como gato rondas la garganta, y el vientre.
Lo que no sé es cómo asaltar tu boca y tu alma
cómo arrancarte la ropa y el silencio,
cómo asaltarte,
si tú no me asaltas.