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Poemas

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Marioneta

Tengo hilos atados
a mi alma.
Mi boca dejó de sembrar
mis propias palabras.
Ahora cosecho una voz
en otra tierra.
Mis pies y manos bailaban
con la rebeldía del viento.
Ahora tengo raíces
controlando mis huesos.

 

Jinete

Gime la última campana de la noche
en el lamento que diseca mis huesos.
La violencia en mi boca
escapa en un grito de sangre.
Es la muerte siniestra...
que cabalga por mi cuerpo.

 

Tormenta

Del cielo caen cuerpos
marcados con tu nombre.
Nubes negras rugen
y se despedazan en mi frente.
Rayos de sangre,
tormenta de acero fundido
que azota mi esqueleto:
Te recuerdo y la tristeza
tiene forma de hombre.

 

Hallazgos

A veces
no puedo sentir el sol,
debe ser que mi piel
es nocturna

 

Inconsciente

Otra vez
con los pies en el techo
¡Benditos zapatos rebeldes!
Secuestrado.
Traicionado.
Me calza mi sombra,
se burla mientras me diseca.
No soy yo el que deambula indiferente,
es que tengo tobillos sumisos
y talones necios.

 

Lienzo de sol

La espalda de tela,
con costuras y remaches.
Cicatrices de palabras
tejidas con aguja de desprecio.
Desnuda,
tiene un esqueleto de papel.
Un bordado en hilos de humo rojo
que murmuran su abandono
por los poros.

 

Aparento

La sonrisa fingida
los ojos esclavizados
la nada burlesca
las neuronas estúpidas
el tiempo anciano
yo desierto.

 

Cáncer

Aún respiro
esta distancia
que habita de polvo
mis pulmones.