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Proponen dar al Museo de Ciudad de México el nombre de Carlos Fuentes
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Elena Poniatowska y Carlos Fuentes
Poniatowska: Fuentes reventó nuestro mundito.

El pasado 22 de mayo, en un homenaje al escritor Carlos Fuentes, fallecido el martes 15, el jefe de gobierno de la capital mexicana, Marcelo Ebrard, propuso que el Museo de Ciudad de México (MCM) —lugar del acto— fuera rebautizado con el nombre del autor de La región más transparente. A tal efecto, la Secretaría de Cultura del DF inició una consulta pública que se extenderá hasta las 24 horas del 10 de junio.

Durante el homenaje, Ebrard develó, acompañado por Silvia Lemus, viuda del escritor, una placa en la que están escritas las razones que llevaron al gobierno del Distrito Federal a “promover” que el Museo de Ciudad de México lleve el nombre de Fuentes, en “reconocimiento a todo lo que él hizo”, en palabras del mandatario.

“En esta ciudad que tanto quiso, que tanto amó y que tanto interpretó, todos tenemos testimonios muy cercanos respecto al cariño y al amor que siempre le tuvo a Ciudad de México y al alma mexicana, que está en nuestra ciudad”, destacó el jefe de gobierno.

Fernando de la Mora
El tenor Fernando de la Mora interpretó un aria de Fuentes.

El homenaje póstumo al autor de La región más transparente se inició con el tenor Fernando de la Mora interpretando el aria “Santa Anna”, de la ópera del mismo nombre, escrita por Fuentes y musicalizada por José María Vitier, acompañado por la Filarmónica de la Ciudad de México.

Elena Poniatowska, amiga entrañable de Fuentes, se encargó de evocar algunas experiencias compartidas, como la ocasión en que en el mismo avión en el que viajaba el general Lázaro Cárdenas le preguntó: “¿Tú crees que se vaya a caer?”. Siempre le tuvo miedo a las alturas.

“Fuentes hizo irrupción, reventó nuestro mundito, como habría de hacerlo el Paricutín, y nos recordó que teníamos agallas. Él siempre las tuvo: ambicioso, audaz, ágil, elegante, subía al escenario de un brinco. Siempre caminó aprisa, siempre hizo de tripas corazón”, dijo Poniatowska visiblemente conmovida.

Durante el homenaje, y con el título “Yo soy Carlos Fuentes”, se proyectó un video en el que el mismo escritor narra fragmentos de su vida y obra, además de presentarse breves aspectos de su vida cotidiana. Igualmente, en la planta superior del museo se encuentra expuesta una colección de 63 fotografías en las que se ve al escritor al lado de sus amigos Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, en el bar La Ópera, junto con Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas y Fernando Benítez; en una tertulia con Rita Macedo y en varias de las imágenes junto a su inseparable Silvia Lemus.

 

Oposición al cambio de nombre

El diario mexicano La Jornada destacó el pasado lunes 28 de mayo la oposición de varios intelectuales de la nación azteca al cambio de nombre del museo, comenzando por las cartas abiertas que ya el jueves 24 y el viernes 25, respectivamente, habían publicado en sus páginas la crítica de arte Raquel Tibol y el museógrafo Jorge Guadarrama Guevara.

Tibol manifestó a Ebrard que el recinto “debe seguir conservando su nombre, para que continúe representando la multiplicidad espiritual de toda la ciudadanía, a cuyo frente usted se encuentra. Documéntese y piénselo”. Por su parte, Guadarrama Guevara opina que el MCM “debe conservar su nombre como el gran punto de referencia que es para quienes nacimos en ella y para todos los mexicanos”.

Según Alfonso Miranda, director del Museo Soumaya, “Carlos Fuentes, por más que haya puesto en textos una profundidad analítica sobre la ciudad, es un hombre que, además, quizá por su vena diplomática, estuvo mucho más tiempo fuera, aunque siempre tuvo un pie en México y en la ciudad de México. Sin duda es un intelectual interesante pero, bueno, por qué no utilizar a muchos otros grandes escritores como para llevar el nombre de otro museo o hacer otro espacio, pero no quitarle el nombre al Museo de la Ciudad de México”.

Rafael Alfonso Pérez y Pérez, subdirector del Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, también se opone porque el museo “no alberga material literario de gran relevancia”, y propone que se le dé el nombre del autor de Aura a “una biblioteca o un conversatorio, un lugar donde se hable de literatura y lea”. Propone, en cambio, que se rebautice al museo con el nombre de Joaquín Clausell, artista que tuvo su estudio en ese recinto.

Para el investigador Jorge Alberto Manrique, ex director de los museos Nacional de Arte y de Arte Moderno, está bien que se haya develado una placa en homenaje a Fuentes, “pero poner su nombre a ese museo de la ciudad se me hace absurdo. Un museo nacional no puede llevar el nombre de una persona. Bellas Artes no es el nombre de una persona”.

Teresa del Conde, crítica de arte y ex directora del Museo de Arte Moderno, no se opone a que se honre la memoria de Fuentes, pero no está muy segura de que sea conveniente el cambio de nombre del Museo de Ciudad de México. “Es un museo, aunque tiene exposiciones temporales, que también es de sitio, que tiene que ver precisamente con el momento en que ésta es una ciudad. No hay otro museo de sitio así para esta urbe. Esto es lo único que objetaría, tendrían que pensarlo. Solamente que le pusieran MCM Carlos Fuentes, pero sería un poco redundante. Ahora bien, si pensamos en La región más transparente estaría más justificado”.

Para Andrés Blaisten, coleccionista, sería mejor darle el nombre de Fuentes a una biblioteca o un centro de estudios relacionado con la literatura. “Si se quisiera rendir homenaje a un nombre que se va a asignar al MCM, en todo caso sería más justo darle el de algún artista plástico para el que está hecho el museo, para exhibir obra de arte plástico. Me parece que no es un museo que esté relacionado con la literatura. En ese sentido lo veo como fuera de lugar y apresurado”.

Las razones del crítico de arte Alberto Híjar para oponerse son políticas: “Fuentes intentó tener una participación política en los años 60 y 70 (del siglo pasado) y terminó por asumir una constante crítica superficial a los gobiernos que le trajo buenas relaciones con todos ellos, (Luis) Echeverría en adelante, cosa que lo llevó a la embajada en París. Todo esto remata con su decisión de ser enterrado en Montmartre, de manera que no me parece que un museo de la ciudad de México merezca el nombre de Carlos Fuentes”.

Sin embargo, sí hay voces a favor en la consulta de La Jornada. Moisés Rosas, director del Museo del Estanquillo/Colecciones Carlos Monsiváis, explica: “Él escribió el libro La región más transparente. Por supuesto que estaría de acuerdo en que sea el MCM Carlos Fuentes, porque no puede perder su identidad”.

Para Carlos Blas Galindo, crítico de arte y director del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, los escritos de Fuentes sobre arte son poco conocidos, pero “toda vez que a Fuentes se le vincula con aquella que fue la región más transparente del aire, me parece que el nombre que se le adjudica, aunque fue una decisión apresurada, y no consensuada de antemano, me parece feliz, acertada, por esto de la ciudad de México”.

Fuentes: La JornadaMilenio