Animal de galería
Resuelven los colores
mostrarse ante la gris temperancia
de las risas que vuelan
entre los blancos esmaltados de las galerías
Turbulentas ideas
pasan raudas en el disfraz de una tarde
que pasa con anemia la acera del frente
Malas palabras se escuchan clarito por todas partes
Algunas son garras de tigre
otras son mordiscos de sirena
mientras que el cíclope sigue observando desde su ceguera
Los cuadros de lo mismo
resplandecen en la tarde de la pared
que circula cual vena suturada
Alguna herida hace sangrar los oídos
Las pieles comienzan a desteñirse de viejo
y los olores resultan obsesivos
al café de media tarde
Miro las gráficas que me insultan
cuando sé de antemano
que toda guerra es personal
y con esta visión de pérdida
me dejo echar las cartas
hasta que aparezca la rueda de la muerte
Se van acabando los espasmos bronquiales
las mediaslunas de sangre
las tachuelas en los pies
las agujas en la mitad de la arteria
Todo yace cuan espantoso es
en esta galería de muerte
donde el animal de siempre
deja sus sellos
ante tanta vasija rota
en medio de la cacería
Reinas y vampiros
Pienso en los inventarios
y recuerdo el olor de los petates
de las golondrinas en año nuevo
de los analgésicos recién comprados
Me miro con todos los lentes que necesito
y me envuelvo de trabajo
Las palabras me tejen caminos
vestidos de sombras
ganancias de sabios
aparejos de zarcillos
troqueles de infamia
Mi memoria se hace eco
de algunos eventos ilusorios
donde las utopías navegan en la cesta de Moisés
y para ser encontradas por los funcionarios
Camino a tientas
dentro de la ignominiosa tarde de las infamias
tolerando el paisaje alado de la tormenta
Me pregunto dónde atajar el diluvio
en qué lugar colgar el paraguas
en cuál de las paredes caídas las vetustas ninfas
vendrán a posarse entre nosotros
para hacer justicia entre
los caídos
los olvidados
los siempre aislados
por razones de presupuesto y amistades falsas
Canto bajito hacia los paisajes más fríos
asumiendo relatos de viejas ruedas
que jamás dejaran de mover al mundo
Círculos concéntricos unos
mientras que se vienen hacia sí mismos
implotando en las nimiedades de los controles
Mis mortificaciones han ido adaptándose a la realidad
que se quiebra como un lápiz sollozante
Acepto que las luchas son cuesta arriba
y en este equipo de marejadas
las traiciones y los espantos
suelen salir a medianoche
con máscaras de belleza
que guardan dentro de sí
los miles de rostros
donde la muerte reposa
cubierta de lino y algodones negros
en sillas de reinas y vampiros
Tierra baldía
Abro los ojos
y las mismas dudas de siempre se encuentran
pegadas en el techo que me mira
a pesar de las capas de pintura
de la resonante mañana
de la embestida de los olores a comida recién hecha
en las casas vecinas
Las dudas se van metiendo en mi cabeza
sin dejar espacio
Las palabras hacen un juego de intemperie
y buscan asirse hacia lo más adentro de la garganta
Se tragan sus propios flujos
torrenciales que van impregnando los intersticios
en las paredes que recubren los órganos
en el corazón abecedario
en el cerebro de hilvanaciones
Congelo poco a poco la voz
y ella me va endureciendo por dentro
fríamente
totalmente
inquietamente
Busca moverse pero ya no puede
expresar hacia afuera
tanto desgano
Las palabras se van enquistando
para parecerse a un recurso habitable
como un árbol que nace
en medio de la tierra baldía
Canto simultáneo
El canto simultáneo
renace al compás de la espera
La lluvia viene sola a traer su sonata
mientras los cristales se van quedando
callados y sordos
ante su temperancia
El lado izquierdo
se va erizando desde la tarde
anunciando
que vendrá el día
entre coros y balcones
La noche
comienza a desnudarse
poco a poco
Al quitarse la blusa
entonan los sapos
cierta canción de conjuro
los grillos
alertan la conciencia
y las llaves del agua
recuerdan que es el tiempo
de aprovechar el río
Vuelven las torres secas
a empavonarse de nuevos aceites
mientras que giran en el rechinar
de los tornillos apretados
de la tarde que no quiere irse
A lo lejos una canción de desvelo
suena en alguna de las casas
El barrio tiende a dormirse
mientras que la serenidad
se trasmuta
con El Hombre del Piano
una vez y otra vez y otra
escuchado desde alguna tristeza
que está sorda
En la avenida los carros
rechinan en el asfalto
los cauchos
las carreras
los poderosos sonidos al ritmo
de bajos aturdidores
Una moto cambió el aceite
y pisa la velocidad
gritando calle arriba
su alegría
El barrio
se desmiente por la noche
se desnuda al mismo tiempo que ella
se asienta en el espejo de los pozos
Las mujeres se esconden
se mudan las sonrisas
se trascienden los vuelos
mientras que los oídos
siguen atentos
a ese canto de miles ladridos
Perros gallos cauchos
niños televisores una pelea en la esquina
Un búho pasa una virgen salió embarazada
una pavita qué miedo a la muerte
los gallos a medianoche hay un espanto en el patio
Posiblemente el alboroto de las gallinas
sea un ladrón de ropa en baño de luna
Llega la hora del silencio
en la que las extremidades del reloj
caminan para cantar bajito
en la hora y seña en la que todo el canto
se duerme
debajo de la mañana
que seguro
cantará de nuevo
Liberación
Los recuerdos
se atraviesan en la acera
Surcan el lugar silente
volviendo la cara atrás
La impotencia deja espacio libre al grito
desgarrando jirones de piel
sobre el piso
mientras la garganta se abre
a la palabra diciente
que se mueve para tocar campanas
Las decisiones invaden al planeta
mientras las lágrimas limpian
nuevos caminos
con la voz trémula
entre la yo/yo
mujer que siente
El silencio aplasta
los soles neutrales
mientras el ritmo lunar avizora
nuevas sonrisas
El miedo impregna las paredes
cuando inicialmente
aún se recupera una
ante los golpes secos
Ninguna vergüenza es fuente de azotes
cuando la existencia nos libera
en este espacio-tiempo
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