Letras
Tres poemas

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Una historia de amor imposible

María camina siete cuadras obligatoriamente diarias, excepto los domingos, cuando decide. Juan camina cinco. Domingos no excluidos.
María prefiere las escaleras, Juan tiene vértigo.
María deja pasar el primer tren, mitad por costumbre, mitad por deseo. Juan nunca llega a tiempo.
María lleva uniforme, Juan siempre viste igual.
María aprendió a cantar en la ducha, Juan improvisa guisos de todo tipo.
María cree que hay cosas que nunca deberían necesitar una discusión, Juan a veces discute por no quedarse callado.
María nada y a veces se ahoga; Juan no madruga pero sí amanece más temprano.
Un día cualquiera se reconocieron en la coincidencia de un vagón.
María mira las manos de Juan (María siempre mira las manos de la gente)
Justo hoy, Juan lleva guantes.
Juan busca la mirada de María (Juan siempre busca la mirada de la gente)
Justo hoy, María lleva anteojos oscuros.
Tal vez otro día... cuando haga menos frío y haya nubes que tapen el sol.

 

Ella

Como era hombre, aprendió a hacer correctamente el nudo de la corbata, a emprolijar sus uñas sin la ayuda de una lima, a usar colonia marina y hasta a hacer asados a leña.
Como era mujer, aprendió a rellenar creíblemente los corpiños, a pintar sus pestañas de negro, a desenrollar las medias de nylon y hasta a llevar en la cartera una lima.
Como era hombre, pero era mujer, aprendió el deseo, el tacto y el escondite.
Como era mujer, pero era hombre, aprendió el secreto, el susurro y la vergüenza.
Como era humano, aprendió el miedo y luego la bronca.
Como era divino, fue valiente y se miró.

 

Hogar

No,
no vivo acá.
Pero la memoria cotidiana me repite los pasos a ciegas.
Y tanteo con el bastón este colchón que es un hogar, un hogar de familia tipo,
pero un tipo de familia con un colchón como hogar.
Siempre duermen a esta hora y sueño que sueñan con paredes y techos,
pero ya dudo si alguien más los ve,
o si todavía,
cuando duermen,
sueñan.