Letras
Poemas para vos y otras verdades
Extractos

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Adiós

Decir Adiós es confiar en lo eterno
es correr sobre los días sin fechas de retorno
es haber llorado por dentro una tormenta
con sus propias golondrinas y santuarios.

Decir adiós es la promesa
es decir que volvemos al otro día
con las pausas de los dolores y la voz
desajustada
sin saberlo un adiós siempre es un duelo
que se queda colgado en los caminos.

 

Rincón

Hoy que te marchas
deja un poquito de viento en la calle
para prenderlo del canto de ese pájaro
si no mi guitarra no tendrá voz
para este invierno
ni te recordarán las paredes milenarias
de la casa
cuando te hallabas dulcemente desnuda
quemando lirios y silencios
quedan pendientes aquí/
vos lo sabes/
los relojes y los itinerarios
nunca cerramos el ciclo de los veranos
pero solo quiero que sepas ahora
que más de una colina
desea dormir en el valle
y que de los poros de la tierra
donde te amé tan profunda
nace un bosque callado de luces y pájaros
que ahora es el refugio de otros amantes.

 

Esperanza

Tú vienes a quedarte entre mi ropa
por caminos sueltos de memoria
tú llegas para que nada falte
aun cuando el sol esté moribundo
y se disturben en las plazas
los golpistas o los enamorados

Tú llegas para que nada sobre
para que la tarde invite a las palomas
a cantar entre palmeras
y los viajeros recojan del camino
la sonrisa cansada.

Tú vienes cuando más te necesito
cuando el pan está muerto en la calle
cuando se alumbran en la sombra los despechos
cuando se queman los tugurios silenciosos del alma
y se cancelan los puertos del destino
y duelen como nunca los olvidos

Entonces me abrigo a tu dulzura
a tus señales de humo
al escondrijo donde guardas las semillas
que han de curar la más vieja enfermedad/
que llueve como nunca / sobre los cuerpos viejos
cuando la soledad reparte esquinas silenciosas
y le pone cerrojos enmohecidos al alma
Entonces vos sos mi última fogata
y mi abrigo contra el hambre / y mi pedacito de almohada
donde el sueño es un mar que se bebe
mis cicatrices más viejas
y ese dolor con todo el olvido de vos.

 

Súplicas

No me libres de ti
no me desueles de tu amparo
no me quemes el alma
no me cicatrices el miedo
no me abandones desnudo
no me desorientes la noche
qué bien puedo morir por ti
qué bien puedo morir por ti
aunque vos solo seas un recuerdo que amanece
tristemente en mis diarios.

 

Escúchame

(a Mario Benedetti)

Aquí están los abriles y las fiestas
los abanicos oscuros de las damas de afuera
los hinchados pechos con canciones lejanas
pero sobre todo aquí están tus recuerdos
entre la niebla que baila en los tejados

Mario Benedetti plumas y palabras
las muchachas volando
como palomas de tinta en los poemas
los parques anunciados de tortura, dictaduras y lunas
esa pobre mendiga de los barrios y los gatos.

Esos balcones con ecos de amores inconfesos
los bares con estornudos y whisky
el secreto de la prosa y la cantina
con flores de crisantemo
La sonrisa de las mujeres de Montevideo de siempre
con violines, soles, traiciones y barcos en el muelle
que llevan leyendas del mar y las sirenas
Aquí están todos tus armarios
riquezas desoladas y pobrezas abundantes
rasquidos de luz, revoluciones y tormentas
cayendo desde tu muerte hasta tu propia mirada
de ángel del poema.