Artículos y reportajes
Xosé Neira VilasBalbino (o Xosé Neira Vilas)

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Esta tarde de agosto, en el verano atlántico de Coruña, y en su Feria del Libro, presenta el escritor Neira Vilas los libros Esperando ao leteiro y 100 anos do himno de Galicia. Para un servidor, que tuvo la fortuna de conocerles a él y a su esposa, y presentarle (si es que se puede presentar a quien se conoce) en la Biblioteca de Marín, a iniciativa del Ayuntamiento, en unas jornadas dedicadas a la literatura infantil, la figura del escritor le merece un absoluto respeto, sabiendo que se ha forjado su propia experiencia vital pasando por todas las vicisitudes (dependiente de una casa mayorista de tejidos, de una panadería, de una maderería) en la lucha del pan traer y del pan vivir. Pero no al calor del hogar; sino en la dolorosa emigración. Llega a Buenos Aires el 10 de febrero del año 49, en el buque “Cabo de Buena Esperanza”, acompañado de tantos gallegos que hubieron de abandonar la patria en busca de mejores condiciones de vida, dejando atrás lo propio. (En un trabajo de quien suscribe, se recoge el viaje que también hiciera el joven Julio Camba, poco después de abandonar la farmacia marinense de don Pedro Catalá). Una vez allí, la vida consistiría en el trabajo diario y en el estudio nocturno en la Escuela de Jornalismo del Colegio Nacional de Buenos Aires, en los Seminarios del Instituto Grafotécnico, Colegio de Peritos Mercantiles y Escuela de Música. Además del interés que le despierta la avidez de conocimiento: lecturas de Sartre, Camus, Kafka, Martín Fierro, Borges. Entraría en contacto con intelectuales de Galicia: Luis Seoane, Eduardo Blanco Amor, Arturo Cuadrado, Lorenzo Varela... Crearían la revista Adiante, así como la entidad Follas Nuevas, precursora de la difusión del libro gallego. Contraería matrimonio con la escritora cubana Anisia Miranda. Llegaría Balbino (Memorias dun neno labrego, Editorial Follas Novas. Buenos Aires, 1961). ¿Quién es Balbino? Un rapaz que naciera en el año 28 del siglo XX en la aldea de Gres de la pontevedresa Vila de Cruces, en el mundo rural gallego; que no sería otro que el propio Xosé Neira Vilas, quien recuerda la figura del padrino, que ocupa un lugar primordial en la jerarquía familiar gallega. Su trágica muerte le impediría a Balbino del disfrute del Entroido (Carnaval). O la muerte de Pachín, su perro, en una de las trampas para zorros. Plantaría allí un cerezo: esperanza y luto. El sueño gallego de los tesoros. Y la huida (la emigración), la única salida que le queda al paisano para defenderse contra la injusticia. La escuela, que supondría descubrir la luz del conocimiento, se frustraría; primo con un maestro que no entiende aquello. El amor lo descubre en la maestra, que se casa y le rompe el corazón. La rebeldía, embadurnando la cara al rico. Castigado por el padre, abandona la procesión para coger las cañas de los cohetes. Descubría así, de esa guisa, la honestidad y la solidaridad, del judío que conoció. Y del enterrador que, dejando hecho algo de valor, no se muere del todo.

Xosé Neira Vilas descubrió en su aldea natal el universo externo. Desde el subdesarrollo de un grupo de aldeanos, en su círculo agrario, familiar y social, se dibuja el mundo con sus miserias, sus luces, sus milagros, sus magias. La vida, y la muerte, el amor, el odio. Las injusticias, la miseria, la huida, la emigración. Las creencias, los mitos, los ritos, las tradiciones y las fiestas. No hace falta salir de la aldea para descubrir el mundo, todo lo que hay fuera. Xosé Neira Vilas, con la peculiar obra que ha dejado en el candelero (Xente no rodicio, Camiño bretemoso, Historia de emigrantes, A muller de ferro, Remuiño de sombras, Aqueles anos do Moncho, Nai, Querido Tomás...). No es otro asunto que la propia peripecia vitalde un hombre que se hizo a sí mismo. El esfuerzo, el estudio y el talento han dejado una obra sencilla, llana, donde se dan los entresijos del dolor, de la lucha, de la desigualdad, del amor y de la fe. Un escritor que ha dado luz y claridad al hombre de Galicia, que ha sufrido en sus carnes la desgracia o la virtud que se le ha dado al nacer en ésta o en aquélla circunstancia: como Balbino, un pobrete de Dios.