Letras
Dos relatos

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Primer viaje a la ciudad encantada

La pequeña viajera
moría explicando su muerte
sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente...

Alejandra Pizarnik

I

Un Paviloin Palé es la ceremonia de bienvenida a este mundo.

Los más ancianos llegan desde el amanecer a la casa en donde se dará el nacimiento. Se miran brevemente y después de un saludo de cejas entran y se sientan en una de las sillas dispuestas en un gran círculo. Deben mirar el piso y dejar caer los brazos, soltarse completamente y suspirar, algunos fuman lo que pueden pero sin aspirar, está prohibida la música y beber cualquier clase de líquido. Así pasan por horas, por días a veces, luchando para no desfallecer, por no escurrirse entre las tablitas de la silla. Así se quedan hasta que el llanto de un recién nacido desata la gritería y la muerte de uno de los asistentes. Tanto el recién nacido como el muerto son envueltos en hojas de parra, el bebé se lleva al análisis con los médicos de almas y el cadáver es llevado en andas por los sobrevivientes, tirado en aceite hirviendo y santificado en las piedras de las afueras.

 

II

No todos son considerados aptos para el sexo, así sea desde el objetivo primario de reproducción o desde la simple calentura y confusión de piel. A los once años, niños y niñas son llevados un 13 de octubre a la casa del Dador de Leyes. Allí son interrogados sobre sus sueños, se revisan sus antecedentes familiares, se analizan palmas de las manos y plantas de los pies, se escudriñan sus miradas buscando algún desequilibrio preocupante y ofensivo para la naturaleza. Después de un examen riguroso de dos días, algunos salen simplemente cansados, otros con genitales, manos o lenguas mutiladas, otros bañados en babas y unos muy pocos con una amplia sonrisa húmeda y terrenal.

 

III

Algunas familias son reorganizadas acudiendo a la lógica, la evolución y el Corregidor de Prospectos. Un padre, madre o hijo, con pruebas suficientes, puede solicitar la anulación del vínculo familiar. Pasan después a un listado de readaptación. Algunos son solicitados con prontitud, y en cuestión de semanas están en su nuevo entorno familiar (sin opción de solicitar por segunda vez la anulación), otros quedan por siempre en el listado de espera; a éstos se les ve en las noches espiando por las ventanas de los hogares y en las tardes asomándose, sin entrar, a las iglesias.

 

IV

El potencial intelectual de las mujeres es separado del potencial amatorio y el reproductivo. Con las que tienen un cerebro brillante se crean grupos de escritoras de sueños. Ellas se encargan de diseñar los sueños de los niños y ancianos, deben vivir lejos de sus familias. Las de alto potencial amatorio son llevadas a casas abandonadas en las afueras, como castigo por su adoración al instinto las dejan a disposición de los viajeros, los mutilados, los hombres sin hogar y las ratas.

Las de potencial reproductivo viven en casas tibias, generalmente de madera, gozan de buena salud y bendiciones, comida abundante y un día semanal de salón de belleza; tienen prohibido soñar. Son esterilizadas después del segundo hijo. Cuando terminan sus labores de crianza pueden elegir entre ser ejemplo de entrega y lanzarse al acantilado, o pueden sentarse en los corredores de las casas a ver pasar el tiempo. La mayoría optan por la segunda opción.

 

V

Los cadáveres de suicidas, mujeres amatorias o personas sin familia, son llevados por los niños creyentes al borde de la carretera, se les brinda el cuerpo a los buitres hasta que esté dignificado, vacío, liviano. Después se mete en una bolsa junto con fotos, ropa y objetos personales; antes de arrojar la bolsa al mar, los niños cantan a una sola voz:

Nunca más te irás,
nunca más vendrás...

 

VI

Las cárceles son exclusivas de hombres, sólo dos delitos llevan a ese lugar:

Atentar contra el propio destino y naturaleza.

Tener sentimientos por personas inadecuadas.

Las condenas son alteradas según el número de visitantes, los que son más visitados salen con prontitud, los pocos visitados acumulan años de cárcel cada domingo, tienen la opción de suicidarse en los colegios para contribuir con las campañas antidelincuencia.

 

VII

Algunas posiciones sexuales son consideradas como una ofensa para la misión evolutiva de los seres. Existen dos alternativas: hombre y mujer frente a frente de pie, y hombre y mujer frente a frente acostados. Cualquier posición diferente a estas dos es considerada involutiva y cargada de patetismo. Por lo general uno de los dos en la pareja termina por estallar en culpa y confiesa su falta. El confeso es privilegiado al permitírsele ver fornicar a las parejas más jóvenes, ambos son mutilados genitalmente por orden del Vigía de Acercamientos. Después de tres años separados se les permite volver a vivir juntos.

 

VIII

El nombre más popular de hombre es Murano, y el de mujer Katrina, suelen combinarse con el mes de nacimiento, el color del pelo, la piel y las posibilidades económicas. Los nombres pueden cambiarse o cederse, algunos los venden a coleccionistas de nombres. Alguien que vende su nombre pasa a ser parte de la población flotante, sólo puede vivir en las afueras. Quien quiera recuperar su nombre puede comprarlo donando uno de sus extremidades al Capataz de Ciencias, le es entregado un nombre al azar y puede vivir en las fábricas-albergues hasta que muera.

 

IX

Sólo es posible comer carne siempre y cuando sea de un animal muerto en accidente. El sacrificio de mamíferos es el peor delito después del parricidio. Muchos en las mañanas descargan sus rifles contra los primeros rayos del amanecer como un saludo al creador. Después de ese momento llueven aves sobre la ciudad, víctimas de balas perdidas.

 

X

La noche de bodas es el encuentro más cercano con la muerte. Sólo se concibe una noche de bodas en hombres y mujeres menores de 35 años y lejanos a la fealdad.

Después de la ceremonia en que cada miembro de la familia de los novios confiesa uno de sus peores remordimientos, los recién casados son conducidos a un cuarto baño-turco en el que son encerrados por 12 horas, enfrentados a un vapor calcinante, prohibiéndoseles mirarse, acariciarse o besarse; quienes sobreviven son dotados de una pequeña casa y un automóvil decente, de un kit del amor que incluye manuales de higiene íntima, lencería y guantes. Además son respetados y se les permite tener hasta dos hijos. El viudo o la viuda de quien muere se convierte en alguien respetable pero a quien se le debe tratar con ciertas distancias, y en el caso de las parejas que fallecen en su noche de bodas, sus familiares son desterrados de las ciudades y condenados a empezar de cero en un lugar árido y remoto.

 

XI

Los ladrones son considerados despreciables o valientes dependiendo del objeto hurtado y del dueño de éste. Quien roba a un pobre es ridiculizado y se le tatúa en la frente un signo interrogativo que avisa de su estupidez, quien le roba a un adinerado es interrogado y, dependiendo de su capacidad intelectual, es sometido a trabajo comunitario por un año o puesto en libertad en medio de un festín; quienes le roban a los muertos son admirados por su valentía, son pequeños héroes que osan desafiar la ira de la oscuridad.

 

Las alas de Edelmira

Estábamos viendo las noticias cuando la sentimos llegar; entró corriendo, sin saludar; eso nos llamó la atención y fui el comisionado para investigar lo que estaba pasando.

Por la ventana de su cuarto que da al patio la pude ver escondiendo algo bajo su colchón y acomodando con prisa la colcha y los cojines. Fui a contarles lo que había visto, detallando también la agitación con la que ella respiraba y el olor a muchas cosas no caseras que la impregnaba.

Arieta y yo entramos, pues somos de alguna manera la mayor autoridad; los otros se quedaron en las mecedoras tomándose el ron que había quedado del viernes.

Cuando entramos en su cuarto, reaccionó echándose bocarriba sobre la cama.

Le pedimos que fuera sincera con nosotros. Después de muchos titubeos confesó que un hombre viejo, feo y luminoso, la había abordado en el parque y le había regalado unas alas, que le había dicho que no le contara a nadie, le dijo que esas alas serían la guía en su vida. Esperamos a que se arrepintiera de la estupidez que había inventado y nos dijera realmente qué era lo que escondía y por qué su actitud se hacía cada vez más sospechosa y su frente y su nariz estaban mojadas de sudor, y sus manos blanquísimas y regordetas temblaban incontenibles. Pero repitió la misma historia del viejo y las alas.

Edelmira estaba palideciendo gradualmente y pensé que lo mejor que podíamos hacer era precipitar el descubrimiento del objeto en cuestión, ya que todo indicaba que serían drogas nuevamente. Le pedimos a Edelmira que se levantara de la cama, sus súplicas para que no alzáramos el colchón no nos conmovieron, Arieta tuvo que abrazarla fuertemente para que no continuara entorpeciendo nuestra labor, cuando levanté el colchón me quedé congelado al ver un par de alas, de colores inefables y con la expresión de una seda antigua. Un polvillo salía de las alas, Arieta lo sintió también en sus ojos. Sin dolor dejé de ver, gritaba procurando que mis gritos pasaran por encima de los de Arieta. Los demás entraron al cuarto, sentí el olor a ron en medio de la gritería general, estábamos histéricos, ciegos; menos Edelmira que aleteó varias veces por el cuarto antes de dejar la casa para siempre.