El corazón es un limón
que lo aprietan carnosidades.
A cada latido
se expande su concha.
El amor vive en él.
Luego se asolea
entre las ramas
diseminándose
en el corazón de los otros.
Una manzana se abre
a cada mordida
ante la humedad de la boca.
Después que ha perdido
su delicada piel
las semillas de su parte blanda
son más sensibles a la lengua.
En el centro de la fruta
a pesar de las mordidas
se encuentra un capullo amargo
que no para de florecer blancura
dentro de ella misma.
El agua del cielo
humedece la tierra
y moja los labios de la flor.
Se forman gotas que recorren
el cuerpo de la hoja
reanimando su danza en el viento.
Bajan
abren la tierra
y crean pozos
para mojar las raíces.
Es lo divino que ha bajado
a probar las cosas en su plenitud.