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“Gabo: cartas y recuerdos”, de Plinio Apuleyo Mendoza
Gabo: cartas y recuerdos: visión cercana del Nobel 1982.
Plinio Apuleyo Mendoza publica perfil de Gabriel García Márquez
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El próximo lunes 11 de febrero será presentado en Casa Amèrica Catalunya, en Barcelona, el libro Gabo: cartas y recuerdos.

La fascinación que causó en el escritor colombiano Gabriel García Márquez tocar por vez primera la nieve, la incomodidad de la fama al convertirse en un autor de éxito o los desvelos que le causó Cien años de soledad son revelados en Gabo: cartas y recuerdos, una obra hilvanada por su paisano y amigo íntimo Plinio Apuleyo Mendoza (Tunja, 1932).

Publicado por Ediciones B en España y Latinoamérica, el libro traza un perfil muy humano del célebre escritor, a quien Apuleyo Mendoza conoció a finales de la década de 1940 en un café de Bogotá siendo ambos jóvenes aspirantes a periodistas. Gabo sólo tenía veinte años y, su amigo, cuatro o cinco menos.

Sin embargo, sería París la ciudad en la que se forjaría su amistad, en los años cincuenta. En la capital francesa volvieron a encontrarse para vivir como amigos una similar aventura en buhardillas, bares y cafés del Barrio Latino. “Nuestra amistad nació tres días después de llegar García Márquez a París, cuando le invité a cenar y al salir del restaurante vio el Boulevard Saint-Michel cubierto de nieve”, recuerda Apuleyo Mendoza, quien sonríe al evocar la cara extática y fascinada del premio Nobel al ver aquel espectáculo de sueño.

Apuleyo Mendoza evoca cómo en aquella época García Márquez, quien fue cesado como corresponsal del diario colombiano El Espectador en París, comenzó a pasar hambre mientras escribía El coronel no tiene quien le escriba, aunque se negaba a aceptar dinero de los amigos.

En esos años, cuando todos los países de América Latina vivieron dictaduras, los dos amigos decidieron viajar a la extinta Unión Soviética; “el socialismo era un sueño”, rememora Apuleyo Mendoza, también autor de El olor de la guayaba, una entrevista plasmada en un libro publicado en 1982 y en el que inquirió al entonces flamante ganador del Nobel sobre su trabajo y sus obsesiones.

En su periplo, que también les llevó a Alemania Oriental, Checoslovaquia y Polonia, Apuleyo Mendoza y García Márquez se enfrentaron a una realidad que les provocó un desconcierto grandísimo, regresando muy desengañados del mundo comunista.

Plinio Apuleyo Mendoza
Apuleyo Mendoza: sesenta años de amistad con García Márquez.

“Perdimos la fe, pero cuando surgió la revolución cubana la recibimos cono algo nuevo” en el mundo comunista y en el latinoamericano, precisa Apuleyo Mendoza, quien dirigió en París la revista Libre, catalizadora del boom de la narrativa latinoamericana.

El primer obstáculo en su amistad la pondría, en 1971, el encarcelamiento del poeta cubano Heberto Padilla, aunque no supuso distanciamiento alguno. Cuando llegó el caso Padilla, dice, casi todos los escritores apoyaron una primera carta de protesta, por el proceso contra el poeta cubano, que contenía la firma de García Márquez y que fue incluida por decisión de Apuleyo al no localizar al premio Nobel.

Fue García Márquez quien personalmente le aclaró que él no quería figurar en esa misiva, por ello el propio Apuleyo anunció este hecho en París a la agencia cubana Prensa Latina, que lo difundió. Fidel Castro pidió conocer al escritor colombiano y hasta hoy son amigos, puntualiza.

Y es que Apuleyo Mendoza piensa que “Gabo no es amigo del comunismo, lo que ha perdurado es una amistad profunda con Fidel”, ante quien revela ha intercedido para liberar a escritores, el último de ellos Raúl Rivero, o sindicalistas.

Gabo: cartas y recuerdos retrata en sus páginas el ejercicio de ambos autores como periodistas en Caracas, Bogotá o La Habana, al tiempo que compartían la misma devoción por la literatura.

Con la aprobación de uno de los hijos de García Márquez, Rodrigo, del que Plinio es padrino, el autor ha incluido once cartas inéditas que el premio Nobel le envió desde México mientras escribía Cien años de soledad. “Me contaba sus inquietudes y le preocupaba lo que le decían sus amigos de esta obra”, que él pensaba “podía ser una catástrofe o un gran acierto” y que entendía como “un largo poema de la vida cotidiana”.

Intimidado García Márquez por la fama, a la que considera una visitante inoportuna, Apuleyo Mendoza recuerda cómo los amigos del Gabo trataron de que tras la concesión del Nobel nada cambiase en su trato.

El libro, que tuvo una edición anterior en 2002 pero sin las once misivas, incluye una colección de fotografías y en una de ellas Gabo aparece junto a Mario Vargas Llosa, José Donoso y sus respectivas mujeres, en Barcelona. Precisamente en esta ciudad española se realizará este lunes 11 de febrero, a las 20 horas, una presentación en Casa Amèrica Catalunya —con entrada libre— a la que asistirá Apuleyo Mendoza, y que es organizada en colaboración con el Consulado General de Colombia en Barcelona y Ediciones B.

Una instantánea irrepetible, porque Apuleyo Mendoza —quien confiesa no saber a ciencia cierta el estado de salud de Gabo, con quien no habla desde hace dos años— cree que es tarde para sellar de nuevo una amistad que, además, duda que hubiera podido “perdurar” por las diferentes posiciones políticas de Vargas Llosa y García Márquez.

Fuente: EFE