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Julio Cortázar
Cortázar: digital.
Digitalizan en España biblioteca personal de Julio Cortázar
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Con motivo de conmemorarse en marzo próximo el medio siglo de la publicación de la novela Rayuela, del escritor argentino Julio Cortázar, la Fundación Juan March de Madrid, depositaria de la biblioteca personal del escritor argentino —que le fue donada por su albacea testamentaria Aurora Bernárdez—, está concluyendo el proceso de digitalización de buena parte de ese acervo literario para subirlo a la Web, como informó el diario Clarín el pasado 24 de enero.

“Si bien no digitalizamos todo el contenido, sí lo hacemos con las portadas, las dedicatorias de otros intelectuales hispanoamericanos, las firmas que Cortázar ponía en los libros de su biblioteca, así como sus anotaciones personales. En algunos libros que compraba escribía su nombre, en otros el apellido con la fecha”, indica Paz Fernández, directora de la biblioteca de la fundación, a cargo de la digitalización.

Según señala Fernández, hay un verdadero tesoro en el acervo, de cuya donación se cumple también un aniversario redondo: veinte años. “Cortázar conservaba en su piso de París libros firmados por Alejandra Pizarnik, Pablo Neruda, Rafael Alberti, muchos de Carlos Fuentes, entre numerosos escritores. Son obras dedicadas a Julio y Aurora, y a Julio y Carol”, continúa Fernández, refiriéndose a Carol Dunlop, segunda mujer del escritor.

Las razones por las cuales no van a digitalizarse las 4.423 obras, estudios y papeles personales de la biblioteca de Cortázar son dos: el costo y los derechos de autor de muchos escritores que aún viven o que se encuentran todavía en dominio privado. “El interés de digitalizar esta biblioteca reside no sólo en los investigadores que nos solicitan el fondo, sino en los usuarios admiradores de la obra cortazariana. Para ellos será emocionante”, señaló Fernández.

Además de las portadas, habrá muchos dibujos digitalizados que acompañaron las dedicatorias, y otros que hizo el propio autor de Bestiario: “Dentro de los libros hay boletos de metro o una entrada al cine, por eso es riesgoso dejarlos a la mano del público”, explicó la representante de la entidad madrileña.

La Fundación March amplió la donación original con estudios sobre la obra de Cortázar o ediciones en otras lenguas, como la de Rayuela en serbio, por ejemplo. Además, a lo largo de la digitalización se descubrió que Cortázar era muy riguroso con las erratas y que entre sus libros no había ni un ejemplar de El Quijote, aunque sí obras de Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Nadine Gordimer, Juan y José Agustín Goytisolo, Marguerite Yourcenar, José Lezama Lima y otros.

Todos los géneros literarios, arte, historia y filosofía son parte del tesoro que Cortázar albergaba en su departamento de la parisiense Rue de Martel. El acervo de la Fundación March contiene también apuntes de puño y letra con sus expresiones en español, francés o inglés, de acuerdo con la lengua en que leía. Hay varios ejemplares de Rayuela, incluso con el agregado que Cortázar le hizo 17 años después de publicada para corregir la omisión de la primera edición.

El periodista y escritor español Jesús Marchamalo preparó, sobre esta biblioteca personal, un libro que saldrá en versión digital en los próximos meses. Cortázar y los libros: Un paseo por la biblioteca del autor de Rayuela, se adentra en las huellas de Cortázar a través de sus subrayados, sus páginas dobladas y los papeles en los cuales escribía (hojas de almanaques, recortes de diarios, etc.). Como decía Marguerite Yourcenar, esta es una de las mejores maneras de trazar un retrato de un escritor.

En Buenos Aires, la Biblioteca Nacional de Argentina prepara asimismo un gran homenaje por el aniversario de la novela, con cuyo título se bautizará la Plaza del Lector, ubicada en avenida Las Heras y Agüero.

Fuente: Clarín