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Los hijos de Delibes, tras la develación de la placa
Los hijos de Delibes, tras la develación de la placa.
Develan una placa en Valladolid en casa natal de Miguel Delibes
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La Fundación Miguel Delibes recordó al escritor este martes 12 de marzo, en el tercer aniversario de su fallecimiento, descubriendo un relieve en bronce en la casa en la que naciera, el 17 de octubre de 1920, el autor de Las ratas, en la Acera de Recoletos, en Valladolid.

“Es un marco muy delibeano. Mi padre nació aquí y el Campo Grande fue el escenario de casi toda su vida”, celebró su hijo Germán, que asistió al acto junto a sus hermanos Juan, Adolfo y Elisa, presidenta de la institución que custodia el legado literario del Premio Cervantes.

Germán Delibes, además, se refirió a la cita que adorna el árbol de membrillo realizado por la artista vallisoletana Belén González, “Soy como un árbol, que crece donde lo plantan”. “Era una frase lapidaria de mi padre. Quería decir que él se sentía muy a gusto viviendo aquí, en Valladolid”, explicó el arqueólogo.

La autora del relieve ha querido huir de los caminos otras veces transitados. “Miguel Delibes ha sido muy representado y lo seguirá siendo en el futuro. Me parecía oportuno no reincidir en lo de siempre y utilizar el simbolismo, que era algo que él apreciaba mucho”, explicó Belén González.

No es la primera vez que la artista vallisoletana se aproxima a la obra y la figura del autor de El hereje. “Cuando Bolaños era alcalde me encargó un busto suyo y la Universidad de Alcalá de Henares me encargó un relieve cuando le concedieron el Premio Cervantes... Estuvo en mi estudio y posó para mí. Era un hombre cercano, que en seguida se sentía en confianza y te trataba como si le conocieras de toda la vida”, evocó la escultora.

Si la obra de Belén González remite a la naturaleza feraz que tanto amaba Miguel Delibes, a través de ese árbol “longevo”, “rudo” y “exquisito”, la del artista madrileño Pablo Capote, que ha cedido un óleo sobre tabla a la fundación, alude a su pasión cinegética.

“La caza es un placer de ida y vuelta. Durante seis días de la semana el hombre se carga de razones para abandonar por unas horas los convencionalismos sociales, la rutina cotidiana, lo previsible. Al séptimo día, se satura de oxígeno y libertad, se enfrenta con lo imprevisto, experimenta la ilusión de crear su propia suerte...”, escribió en su día el autor de La caza de la perdiz roja.

Y la caza unió al narrador con el artista, que durante años ilustró sus artículos para la revista especializada Trofeo, que dirigió Juan Delibes. “Le gustaba mi trabajo, el color de mi obra... No hay que olvidar que él empezó como dibujante. En este tipo de revistas de caza, los dibujos suelen ser realistas, pero mi trabajo era distinto”, explicó Capote.

Fuente: El Mundo