Letras
Poemas

Comparte este contenido con tus amigos

Pasaste como un temblor
derrumbando muros sutilmente
con cada cambio de máscara que exhibías
mientras disparábamos a la multitud

Recuerda nuestras charlas etílicas
cuando decías
que en tu vida pasada fuiste hombre
y morías de risa al llamarte MARINERO

Allá donde te has ido
huyendo de ti misma
aún recuerdas las noches
dedicadas al placer de romper testículos

Cada marca una historia
el beso ilícito
la mirada despeinada

 


 

Viaje post mortem

Hay una nube en el cielo
que espera por quien se ha ido
un asiento en primera fila
deseoso de ser ocupado

La función debe continuar
El infierno humano
La eterna ilusión
bajo la mirada del difunto amado

Capítulos del sueño llamado vida
el espiral de lo que fuimos
acelera en cada vuelta
hasta ser el cordón umbilical que ciñe
el retorno al útero

La cueva de la luz
el eslabón mayor de la conciencia
tan fuerte como un rayo
que nos ciega
al nacer en blanco

 


 

Ese monstruo que me habita
y cuando sale no le reconozco
ha apagado las luces de la torre
apenas una llama tenue titila en el fondo

No me veas donde no estoy
la respuesta es el silencio
sólo queda el flagelo
al soltar las cadenas de esa que contengo

Ese huracán que arrasa con todo también soy
aunque me niegue sin mirarme
sin ver más allá
que mi engañosa imagen frente al espejo.

 


 

La luz del hastío

Agotamos la historia
hasta el repudio

Llegará el día
en el que ya no podamos
ver nuestros rostros

Agotamos las horas
hasta el duelo

Lloverá como esta noche
en la que cada gota
es un instante de luz.

 


 

Para qué retroceder
si hace tiempo me salí del cauce
lo mismo desembocar en el mar o la nada
sé que el sol brilla frente a nuestras caras
atrás quedan cadáveres de lo que fuimos
quizás volver la mirada de vez en cuando
asomarnos por esa hendidura de la nostalgia
sólo para suprimir la bestia
saber que somos antorchas nacidas de una chispa
aunque llueva en la luz ausente
llena de lluvia hasta las venas.

 


 

Volveré a sentarme en el rincón que más me plazca
sin advertir amigos o enemigos
diciéndolo todo en silencio
incurriendo en el delito
de pasear por las nubes
moverme entre la oruga y el pájaro
persiguiendo la belleza de la inmundicia.

 


 

El escalofrío del corazón
El vértigo del vientre
ese abismo advierte la herida
he perdido toda lucidez
no preciso datos para el olvido
tampoco diviso límites
el pudor no es amigo del deseo
se ha prolongado la noche
se ha hecho lento el adiós
ambos masoquistas del mismo vicio
hemos de extender el placer de la agonía
hemos de escribir tanto en nuestra piel
como para borrarnos.

 


 

Luna
lámpara de leche limpia
espejo nocturno de rostros ausentes
cuenco de luz
tapara cósmica del tiempo
mujer de miel marina
néctar de la noche antigua

Apaga el llanto de los ojos ancestrales
que te han mirado por tantos siglos de sangre
Regrésanos al profundo pozo del origen.