Francia otorgó el lunes 2 de octubre el grado de “Oficial de la Legión de Honor” al poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, uno de los máximos exponentes de la teología de la liberación y de la lírica latinoamericana.
“Estoy con mucha emoción, estoy también con mucho agradecimiento” por esta distinción, expresó Cardenal tras recibir con una gran alegría y sencillez la orden de manos del embajador de Francia en Nicaragua, Antoine Joly, en su residencia, al sur de la capital.
“Francia, y probablemente más que todo los franceses, aman a los revolucionarios, aman a los rebeldes, aman a los poetas”, afirmó Joly, quien destacó la obra y vida de Cardenal, durante el acto al que asistieron intelectuales y reconocidos escritores nicaragüenses.
“Muchas gracias... ¿qué más puedo decir? (...). Amamos a Francia”, dijo Cardenal, de 88 años, quien llegó apoyado en un bastón. El escritor dijo que Nicaragua heredó el gusto por la lengua y la literatura francesa del gran poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), quien “amaba mucho a Francia”.
Cardenal, autor de Epigramas, Cantico cósmico y otras destacadas obras, nació en 1925 en la colonial ciudad de Granada, sur de Nicaragua.
“Ernesto Cardenal es una de las figuras centrales de la literatura contemporánea de Nicaragua y yo me alegro mucho de que el gobierno de Francia le otorgue este reconocimiento tan alto que reconoce su obra literaria y perfil cultural”, afirmó el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, Premio Internacional Alfaguara 1998 por su novela Margarita, está linda la mar.
“Francia se ha distinguido por otorgar reconocimientos a personas que realmente merecen, sin importar si son o no del agrado del gobierno de turno, y eso me llena a mí de mucha admiración”, declaró el escritor, analista y ex embajador nicaragüense ante la OEA, Carlos Tünnermann, después de la ceremonia.
Cardenal, quien también es escultor y traductor, fue galardonado en 2012 con el Premio Reina Sofía de Poesía Latinoamericana y en 2009 con el Premio Pablo Neruda.
La Legión de Honor, la más conocida e importante de las distinciones francesas, fue establecida por Napoleón I. La orden se concede a hombres y mujeres, ya sean franceses o extranjeros, por méritos extraordinarios realizados dentro del ámbito civil o militar.
Fuente: La Jornada