Letras
Variaciones de una certeza
Extractos

Comparte este contenido con tus amigos

Oniria

No alimentaré más las cicatrices que embalsamo
las manos con que te sueño agua desliza.

Voy a extirpar mi colibrí de las sienes
irrumpir las cenizas de hojarasca otoñal.

Es inútil el anonimato, la discordia, el sentido.

He de fraguar tu lienzo en mi cuerpo
de ausencia.
El amanecer de los noctámbulos.

La complicidad que me fue inventada
Por lo imposible...

 

Xólotl

¡Al fin las sombras han petrificado la vida!
Estoy donde los amaneceres callan:
en los ecos de un baldío.
Algunos hombres tendrán que avergonzarse,
esculpirme el rostro de llanto,
brindar con solemnidad mis fragmentos
en tierras otoñales.
Voy a carcomer tu pánico con orquídeas y polvo
hasta volver certera la memoria
cuando los muertos nos reclamen.

El cielo gritará su última demencia
impecable,
irreductible,
Teñido de la luz que aún soportas...

 

Del sensu y la ausencia

Crece al interior de mi espalda una raíz:
Contorno y luz,
trémulo palpitar de la tierra por donde brotan las libélulas.

Reaparece el dolor del accidente
mi columna irradia pequeñas lucecitas doradas.

Una extraña música afrodisíaca y perversa
conjuga ríos y palabras,
para no perecer...

Para no abandonar mis piernas
al funesto llamado del sol
Ni a la culpa que invade la memoria
no por azar ni por remedio.

Aquí
transcurren mis terrenos,
mis antiguos aliados nocturnos como un cielo agotado
¡Noble indecencia por cuya serpiente
recreo la posibilidad!

 

Bestia de la posibilidad

Anoche soñé contigo,
una danza de llamas calcinaba la ciudad.
No temía por mí,
mi génesis y mi augurio contemplaban un vacío a contraluz.
Lloré cenizas sobre tu cuerpo diluyéndome.

Entre tus dedos empapé mi último refugio,
y con el fantasma de mi carne
las estrellas se extinguieron.

¡Ahora temo por ti!