Artículos y reportajes
“Homenaje al camino”, de Luis Alberto Ambroggio
Homenaje al camino
Luis Alberto Ambroggio
Poesía
Alción Editora
Córdoba, Argentina, 2012
104 páginas
Homenaje al camino, de Luis Alberto Ambroggio

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En el título metafórico, el camino connota el recorrido que realiza la poesía al reconstituir en forma transgresora la realidad humana. Ambroggio, en el Prólogo, aborda el tema filosóficamente ya que filosofía y poesía, a pesar de la “fragilidad comunicativa del símbolo”, están “emparentadas en la búsqueda y expresión del sentido de las cosas” (14). Se detiene en la conceptualización de la “naturaleza de la memoria poética como visión del ser humano en el tiempo” (18), estableciendo sus vínculos con la realidad y la fantasía.

El homenaje que se cristaliza en los poemas del libro tiene como eje la refiguración de sus recuerdos en imágenes en las que las palabras cobran una sugerente significación. Serán desarrollo y síntesis de vivencias que son al mismo tiempo individuales y universales.

El poeta alude al sentimiento del amor, al primer bebé, al misterio de su ciudad que no podrán “descubrir, con su ciencia, los geógrafos” (35). Evoca “...con afecto el rostro manso” del “primer profesor de inglés, / oriundo de Irlanda”. (50) Celebra los noventa años del padre agradeciéndole su existencia, su presencia y su ejemplo.

Plasma la naturaleza tratando de capturar un instante en el extenso poema Paseo junto al río donde, invadido por su calma, percibe “la dignidad inmutable / de las piedras, los arrecifes / o la muerte” (57). Considera al río “cómplice de realidad y sueños” (61) y un símbolo del camino y del devenir, coincidiendo con Borges, Heráclito y Machado, a quienes cita. Sabe que el río es “uno y muchos” (62). Descubre la “trashumancia” (62) en su estela. Aflora en algunas poesías la duda existencial de saber quién es cada uno ya que, como expresa en Lilith, la creación: “Dicen que de un sueño / todos hemos salido” (41).

Es tal su preocupación por el odio que produce tantas víctimas en el mundo que, en Oración, ruega: “Dios, ¡danos paz! / —te imploramos hasta el cansancio”... “Sólo te ofrecemos la saliva débil / de quienes tenemos sed / de amor/ para volver al edén / y no sabemos / cómo hacerlo” (43).En Queremos respirar paz pregunta: “¿Por qué no más amor o tolerancia, / que entierre el odio de las muertes y de las balas..? ...Paz, palabra breve, maternal deseo / de una sola raíz de alma...” (45).

Como corolario de todos sus cuestionamientos, en Punto de partida, último poema del libro, leemos: “Uno camina la ida y el regreso, a lo largo de cadenas de espejismos / con la fluidez de coincidencias, aproximaciones y otros pecados... ya que no alcanzaremos el privilegio de llegar” (91).

Tal cual se puede apreciar en los versos citados, la metáfora es uno de los principales recursos que utiliza el poeta para intensificar el significado de las imágenes líricas. Son muy sugerentes por la profundidad filosófica ya que encierran conceptos e ideas. Otras estrategias discursivas que emplea son las enumeraciones, personificaciones y una sobria adjetivación.

En el último capítulo, titulado Epílogo de preguntas eternas, para abordar si la obra artística es arte o mentira, recurre a conceptos de Aristóteles, Ricoeur, Barthes, Horacio, Hegel y Heidegger, entre otros pensadores. Ambroggio llega a la conclusión de que el arte poético “establece un puente... entre verdad y mentira... entre memoria y experiencia” (100). Una extensa Bibliografía convalida el planteo.

Los epígrafes de Melville, Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges, Mario Benedetti, Paul Celan, Macedonio Fernández y César Vallejo, entre otros, son evocaciones intertextuales que refuerzan el sentido de sus palabras y orientan la interpretación.

Luis Alberto Ambroggio es doctor en filosofía y ciencias sociales, académico, escritor y empresario. Es autor de doce poemarios, entre los que figuran Poemas de amor y de vida, Oda ensimismada, Los habitantes del poeta, El testigo se desnuda y La desnudez del asombro, para citar algunos. Fue traducido a varios idiomas y recibió innumerables distinciones. Integra la Academia Norteamericana de la Lengua Española.

Homenaje al camino configura un microcosmos lírico cuyo eje es su búsqueda de sentido en un mundo paradójico en el que, como expresa en Destino, caminamos “con ráfagas de agonía”. El autor logra lúcidamente su propósito de ahondar en la problemática existencial valiéndose de la memoria poética.