Letras
Pequeña sinfonía del regreso

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A Nungnibkiwiki, los indígenas y sus descendientes

1.

Zumba que zumba la piel de los atabales
por la selva de las estaciones
mientras corren los ríos por arenales
que siempre darán a la mar

Zumban que zumban las maderas por humedales
donde las aves levantan el vuelo en unidad
por las cañadas donde paladea su bramido el jaguar

Zumba que zumba el Tum por las tinieblas
de lianas donde los ancestros danzan
con tarkas corales palos de lluvia maracas
chirimías claves marimbas charangos y batá

 

2.

Anillo es el espejo de las aguas
cuando el cruce de luna nos precipita
al silencio armónico de los opuestos

Salpicadura de arena en muslos de guerreros
de olas y cristales multicolores sus cuerpos
cuando el Zopilotl planea imponente su reino

El astro alimenta el fuego y su morenez
con el suave aroma que arderá toda la noche
hasta el resplandor de los arpegios

Las mujeres machacan yuca con su canto
armonizadas atizan la fogata del venado
con la arritmia del güiro y el caracol

La luz resplandece más allá del canto
más acá del rumor de los pechos
que amamantan el largo collar de los afectos

Toca el Tum toda Abya Yala danza
las chozas se mueven con sombras alrededor
en la fiesta primigenia de agua santa en el tambor

El planeta canta y se reconfigura en el arco
el murmullo del viento trae ventura
se preparan las islas para tu labor

 

3.

Pero los astros se cruzan y llegas a encarnar
frente al Báltico
en una ciudad ambiguamente europea
con sutiles presagios de cambio
memorial del espanto por la desembocadura del Neva

Hasta allá te llevaron los dioses
para invocar un nuevo encuentro
no el deicidio causado por quienes arriban a estas costas
con la cruz y la espada del Apocalipsis en Cristo

Con deslumbrante armadura diezman los campos
forjan la herida del maíz en pieles de obsidiana
por la cintura que se despeina entre dos mares
con encomiendas plantaciones y minas de la macana

Arribaron acoplados a bestias que atenazaban el miedo
como la enorme figura ecuestre de Pedro el Constructor
emplazada cerca del Almirantazgo
suampo donde perecen miles de menestrales ya sin voz

Así el relámpago teje y desteje la historia
como poema que trenzo cual rueda dentada
para invocar a los primogénitos
mucho antes del incendio que nos bautiza
como extranjeros en la diáspora

Por eso invoco y convoco tu nombre
al unísono con todos los elementos
para tender los puentes que habrán de llevarnos
a la orilla otra de un océano que circunda lo verde

 

4.

Sin embargo permanecemos acá entre dos aguas
y un canal de metales retorcidos por la usura
sobre nuestros seudónimos y la línea del litoral
ausentes como si nos hubiesen cercenado el verbo
mestizos en la Babel de torres cebadas para el cambio de monedas

En el exilio una vez más

Tal vez sea un juego del quizás
las cartas que lanzamos a la mesa cual saludo al vacío
en espera de algo similar a la suerte de los de arriba
para salir del laberinto y mirar la luz del tranvía

Pero anochece y la ciudad emerge con sus maras
la picana en el billete en el rostro furtivo del policía

Tus hermanos deambulan por los costados
con ropas antes coloridas ahora enfriadas
desteñidas por el harapo la limosna la eucaristía

Expatriados sin el fuego originario
birlado por capataces imperiales sobre bestias tecnológicas
patrones limosneros de espuelas alcaloides y argucias

Los autos se suceden por las avenidas del purgatorio

Yo me asomo al rostro multitudinario
espejo humeante de tu rostro en todos los rostros
cual fieras en las lagunas del archipiélago
o la luna encharcada en el plasma del basurero

Pero no es un juego sino la pesadilla
que confundimos con el escarnio del escenario
el simulacro de otros jinetes en la imagen del reflejo
por tuberías cibernéticas donde descienden
las migas que nunca nos prometieron

Nos es un juego ni un sueño
es la última puesta en escena del encantamiento

El mundo
            hay que saberlo
es piedra rodante y destello dividido
sobre algo más que la simple apuesta del Gran Casino
donde quienes juegan pactan nuestros pasos y abrazos
como mercancías blandas para renovados paraísos

De eso se trata hijo
                      eso tranzan

Ellos marcan la cancha y cobran la entrada
nosotros hacemos que jugamos con el balón del delirio

Es el match del anzuelo que nos imagina ganadores
pero los propios manipulan tras la pantalla del azar
con el negativo que gira y gira
como nuestros cuerpos en la palabra que se deshila

 

5.

Por ello debemos afilar la circunferencia
de la colosal esfera de piedra

Y decir: esto poseemos: NADA

Y nada es nuestra piel tensa en los tambores
la melodía del grillo en el caracol
la velocidad de la libélula
el gallo de barro en la garganta
la miel de la colmena sobre la mesa
el papel amate de la mariposa impresa
elementos para urdir el poema
como la grande choza en la infinitud de las estrellas

No es poesía hijo
tampoco utopía como la llaman ellos

Es lo que somos
lo que hemos sido:
la fluidez del dardo en la cerbatana
la exactitud del venablo en la diana

Porque cuando alguien nace nadie lo llora

De eso se trata: nacer ajeno

Nacer y renacer con nuestro llanto
llanto desconocido que inunda
los agujeros de la inercia y el miedo

Gemido vencedor de sí mismo en su propio júbilo
lamento del silencio en polifonía
tal y cual bajan ellos de la serranía
en sordina para la balada pluriversal

Para algo nos fue dada la metáfora del tiempo
en la verdadera piel de nuestros sueños:
para llorar juntos entonando el salmo venidero

¡Por eso alerta con la pareja
abracemos al compañero
nosotros los de corteza oscura
en la mansión del sortilegio!

¡Todos!

¡A modular la orquesta cósmica
con la sinfonía exacta del regreso!