Artículos y reportajes
Eduardo Sánchez Rugeles
Eduardo Sánchez Rugeles.
Blue Label/Etiqueta Azul, de Eduardo Sánchez Rugeles

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La novela Blue Label/Etiqueta Azul —galardonada con el Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri en su edición del año 2010—, escrita por el narrador venezolano Eduardo Sánchez Rugeles, y que ha sido recibida con excepcional entusiasmo por los jóvenes lectores del país, comienza con una referencia ineludible, en boca de su protagonista Eugenia Blanc, a lo que hoy constituye el credo de una nueva camada de venezolanos que salen del país, con un bagaje de vivencias que los convierte en los primeros en escoger una hoja de ruta distinta a la de sus antecesores, una frase que a modo de epígrafe dará entrada a su capítulo inicial:

—Y tú, ¿qué quieres ser cuando seas grande?

—Francesa.

U.E. Colegio S. _____________. Cuarto Grado, sección C. 2001

Alumna: Eugenia Blanc.

Su joven protagonista, caraqueña sin mayor experiencia de la ciudad que habita pero no conoce, con una prematura visión de la vida marcada por decepciones y ausencias familiares irreparables, en un recorrido que nos remite a un bildungsroman, urbano y provinciano a la vez, con elementos de una posmodernidad cuyo eco no termina de disiparse, emprende un viaje absurdo en apariencia, en compañía de Luis Tévez y Vadier Antonio Suárez, compañeros de estudios, semejantes a ella en su desarraigo congénito, en busca de un abuelo desaparecido que apenas conoció, un europeo perdido en Indias, extraviado en algún pueblo olvidado del pie de monte cordillerano, de quien necesita obtener la posibilidad de emigrar del país arropada en el hecho de poder adquirir la nacionalidad que aquél ostenta, como una carta a favor de su deseo de escapar de una realidad que no entiende y le fastidia.

Vemos, en este recorrido de vida, a seres unidos por intereses disímiles que llegan a converger por circunstancias accidentales conforme avanza este relato, que representan distintos estratos sociales, personas jóvenes que reniegan de un pasado que entienden como equivocado pero que no terminan de aceptar la responsabilidad por una historia que ellos no han escrito ni un presente que se les pretende vender como una receta única; en ese grupo de outsiders destacan Eugenia y Luis, príncipes sin corona a quiénes aquellos rinden admiración, cual corte de los milagros que los acepta sin juzgarlos.

“Blue Label/Etiqueta Azul”, de Eduardo Sánchez RugelesEn el desarrollo de esta trama presenciamos el derrumbamiento progresivo y la transformación no sólo es de sus personajes, sino de una generación desengañada ante lo que consideran el fracaso estruendoso y colectivo de una nación, que se va desmigajando entre las contradicciones de sus individuos e instituciones, en perpetua recreación fundacional en cada etapa de su historia remota o reciente.

A lo largo de esta travesía que se va diferenciando en cada capítulo con títulos que aluden a referencias espaciales, ciudades o pueblos que los viajeros recorren, nos toca presenciar cómo éstos ponen en evidencia, en diferentes episodios hilarantes o funestos, sus mutuas diferencias, sus propios demonios por conjurar, que los hacen buscar diversión sin freno y mostrar irreverencia ante un establishment tropical del que se burlan y al que desprecian, pero el amor se hace presente cuando Eugenia y Luis logran, en instantes cortos e intensos, darle forma y consistencia a un afecto que, pese a lo breve de su duración, tiene resonancias futuras en la vida de Eugenia, cuando ya mujer adulta recuerde y reviva de la manera más insospechada los instantes vividos con su amante y con el resto de sus compañeros de viaje.

No puede pasarse por alto que este libro se alimenta de los referentes culturales propios del final de siglo y de la primera década del siguiente milenio: giros en el habla coloquial, películas y personajes del panteón nacional y foráneo, modas, costumbres y hábitos de seres que transitan el final de una época y presencian el nacimiento de otra etapa de una tierra nativa que ya no reconocen ni los reconoce; la música que escuchan, cantan y sufren, que parece acompañar a la trama de este libro en distintos momentos y durante ese viaje del cual regresan convertidos en adultos, son coordenadas claras que definen muchas de las atmósferas emocionales que alimentan esta historia a un mismo tiempo hermosa y trágica, un soundtrack donde convergen Bob Dylan con una Paulina Rubio o El Canto del Loco con el tema musical de una serie de televisión popular en los canales de señal cerrada.

Al final, esta narración, que empezó con el deseo de Eugenia de ser una extranjera, nos muestra que sus expectativas se cumplen pero el círculo de vida se abre y cierra para ella en la misma soledad que ha elegido, en donde sus afectos y sueños quedan atrás en el país inconcluso al que ha prometido no volver jamás.