Letras
100 haikus apócrifos

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A manera de prólogo

Una bandada
de patos cruza el cielo.
¿A dónde vamos?

A Antonio Cabezas García
in memoriam

Ahora les presento, para deleite suyo, un conjunto de cien haikus llamados “apócrifos”, que bien podrían ser atribuidos, ¿arbitrariamente?, a conocidos autores japoneses, aunque se puede verificar que ninguno se encuentra incluido en la obra conocida de los haijines clásicos. A momentos, todo parece indicar que serían paráfrasis o traducciones realizadas, a manera de divertimento o imitación, por algún autor avezado en la escritura de haikus.

El caso es que estos haikus fueron casualmente encontrados, manuscritos, en un cuaderno de notas anónimo de 1987, perdido en la biblioteca de mi familia, sin ningún dato que dé una pista sobre su propiedad o procedencia, sin fecha de creación y sin ninguna referencia a autor alguno; pero que, por sus rasgos estilísticos y temáticos, bien parecerían pertenecer a algunos maestros japoneses tanto clásicos como contemporáneos, cuyo nombre desconozco.

Estos haikus caracterizados por su indiscutible perfección formal (5-7-5 sílabas) que, muy bien, salvo las distancias, pudieron haber sido escritos por Onitsura, Bashö, Buson, Santoka, Issa, Teika o Shiki, se caracterizan por cumplir con una de las premisas fundamentales del haiku clásico: el tema de la naturaleza y la relación humana con ella, y cuyos pensamientos se encadenan con sensaciones y percepciones de muy diversa índole.

Dejo a los asiduos lectores, aficionados y estudiosos, de esta forma poética de origen japonés, la posibilidad de especular sobre el origen y la autoría de estos haikus; quienes, finalmente, de no hacerlo, podrán deleitarse en diverso grado con su lectura, dada su calidad estética y su profundo sentido espiritual y humano. He ahí que esta es la curiosa historia de estos extraños haikus apócrifos, aparecidos, de pronto, fortuitamente.

Vastos trigales.
Al fulgor de la luna
campos de plata.

*

Un viento fresco.
Dulces hablan las flores
a los cerezos.

*

Agua en el valle.
Nubes cruzan el cielo:
radiante luna.

*

Frente al jardín
llenando el firmamento
blancos cerezos.

*

La luna mengua.
Todo queda en tinieblas:
viento de otoño.

*

Del arrozal
se remonta una alondra:
tarde de viento.

*

Cantan las aves.
Está ladrando un perro:
bruma en la aldea.

*

Luna de invierno.
Sobre el campo desierto:
primeras nubes.

*

Lluvia de mayo
sobre arrozales verdes:
extenso el día.

*

Alba con nubes.
Llega el viento de otoño:
lloran los sauces.

*

Trepan las hiedras
por el muro en la sombra:
canta una alondra.

*

Hasta la cumbre
serpenteando el camino:
sola la ermita.

*

En la otra banda
se oyen voces de niños:
luna en creciente.

*

Ven, ven le dije,
pero aquella muchacha
se fue volando.

*

Van persiguiendo
mariposas los niños
por la alameda.

*

Tan pronto llega
el colibrí que luego
desaparece.

*

Tarde de estío
el viento barre el polvo
de los caminos.

*

Noche de luna.
Los búhos en las ramas
dan aleteos.

*

Todo parece
pequeño desde lejos,
grande de cerca.

*

Tarde de otoño.
bajo mis pasos crujen
las hojas secas.

*

Caen aún verdes
las frutas del guayabo
con la tormenta.

*

Junto al camino
se yergue un ruiponce:
tarde de otoño.

*

Aúllan los lobos
en el bosque profundo:
noche de invierno.

*

Los ruiponces
florecen junto al río:
alba de otoño.

*

Tras la pelota
corre un perro en la playa:
juegan los niños.

*

Por el camino
la luna me persigue:
viajo a caballo.

*

Se balancea
la ropa en el alambre:
viento de otoño.

*

Un loto blanco
flotando sobre el agua.
¡Cuánta alegría!

*

Aguas profundas.
En el centro del lago
grazna una garza.

*

La luna llena
emerge entre los montes:
croan las ranas.

*

El aguacero
se disipó en el viento:
canta un cuclillo.

*

Trepa una oruga
calmosa por el tronco
del viejo roble.

*

Le sienta bien
a la graciosa geisha
un abanico.

*

Cesó el chubasco.
salen por todas partes
los caracoles.

*

Las mariquitas
poblando mi jardín:
es primavera.

*

Se fue el otoño.
En las ramas desnudas
se enreda el viento.

*

Flora el manzano
y apacible a su sombra
escribo un haiku.

*

En mi jardín
conversan con las dalias
las margaritas.

*

Como una brizna
llevada por el viento
se va la vida.

*

Como llegamos
solos hasta este mundo:
igual nos vamos.

*

En soledad
contemplo la montaña:
niebla en la cima.

*

Lloran los sauces
mientras corre cantando
abajo el río.

*

Pasa un mendigo
detrás le sigue un niño:
tarde de trinos.

*

Bajan los ríos
hacia el mar presurosos:
¿dónde va el hombre?

*

Entre las sombras
de la noche transita
tan sólo el viento.

*

Solar de otoño.
Las espigas al viento.
Lenta la tarde.

*

Mientras los niños
juegan bajo el cerezo
duerme el abuelo.

*

Árbol amigo
que trepé cuando niño:
ya estamos viejos.

*

Tal vez la luna
sepa lo que habla el viento
con los cerezos.

*

De sur a norte
se aleja la tormenta:
viento de otoño.

*

En Kamakura
el gran Buda de Bronce
bajo la lluvia.

*

Plácido el lago.
salta un pez en la orilla:
los patos parpan.

*

Noche de luna.
En la selva profunda
oigo el silencio.

*

Vagos recuerdos
vuelven de aquellos días:
sueño contigo.

*

Oigo un maullido
cerca de mi ventana:
¡ha vuelto el gato!

*

Tierras lejanas
donde cantan los ríos:
honda nostalgia.

*

Bajo los árboles
del boscaje florido:
fila de hormigas.

*

Llega el verano,
las estrellas marinas
pueblan las playas.

*

En primavera
los mangales floridos:
altas la nubes.

*

Sobre una roca
junto al río se yerguen
pequeños cactus.

*

¡Viento detente!
No les dejes sin lluvia
a los cerezos.

*

Entre la sombra
húmeda de los sauces:
campo de setas.

*

¿Y desde cuándo
nos rondará la luna?:
remotos tiempos.

*

Con gran estruendo
baja el río entre el monte:
luna de octubre.

*

Tras la tormenta
llega presta la calma:
bramando el río.

*

Los ruiseñores
han poblado las ramas:
el árbol canta.

*

Ríen las rosas
junto a las margaritas:
el árbol canta.

*

Como los granos
de arena en las playas
nacen los haikus.

*

Flora el ciruelo.
Su aroma puebla el huerto:
brisa de estío.

*

La lenta oruga
sueña que se convierte
en mariposa.

*

¿Y cuántos nidos
habrá entre las ramas
del viejo roble?

*

Entre celajes
se ya yendo el ocaso:
¡cuánta nostalgia!

*

Las amapolas
se mecen con el viento:
risas de niños.

*

Ríe una anciana
mirando cómo juegan
las mariposas.

*

Calor de octubre.
A la sombra de un roble
dormita un niño.

*

Llego a la cima
Donde me espera Buda:
Arduo sendero.

*

Salta un bufeo.
Alzan vuelo las garzas.
Plácido el río.

*

Tarde de estío.
El sol cayendo a plomo.
El aire inmóvil.

*

Afuera el viento
silba entre los cerezos:
noche de invierno

*

Cae en la selva
un árbol con estruendo:
noche profunda.

*

¡Cuántas estrellas
habrá en el firmamento!
¡Sólo Dios sabe!

*

El pavo real
abre su inmensa cola:
el sol se esconde.

*

Brilla el rocío.
La mamboretá reza
sobre una hoja.

*

Larga sequía.
No canta entre las rocas
el arroyuelo.

*

Entre mis sueños
escucho al mar furioso:
noche de viento.

*

Vengan gorriones
a alegrar con su canto
la vieja plaza.

*

¿En la otra vida?
¿Por qué no cree nadie
en la otra muerte?

*

La noche inmensa
cruzando por los campos:
voces de grillos

*

Sola en un hueco
la tarántula inmóvil
bajo de un árbol.

*

Busqué la llave:
vi una pequeña araña
junto al candado.

*

Tal vez, un día
a la sombra, en mi tumba
nacerá un trébol.

*

Intensa calma.
Densas nubes oscuras
pueblan el cielo

*

Tañe a lo lejos
la campana del templo:
la escucho apenas.

*

Lentos los cisnes
navegando en el lago
junto a la luna.

*

Muy lentamente
se abre la flor de loto:
el lago en calma.

*

Miro las aguas
corriendo presurosas:
¿cuál su destino?

*

Sueña la gota
llegar al mar un día:
copioso el río.

*

Un pordiosero
dormitando en el atrio.
Es Viernes Santo.

*

Celebra el pueblo
la Fiesta del Nirvana:
ha muerto Buda.

*

En remolino
danzan las hojas secas:
Viento de otoño.