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Poemas

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Gàidhlig

Comparto clase de fotografía con un escocés
de los tantos que combatieron en Malvinas.
Atragantado le quedó venir
justo del país contrera en la escaramuza.

Me observa con minuciosa obsesión.

Por el ochenta y dos estallaba la guerra
y yo cumplía nueve.
En el coro del colegio nos hacían entonar la marcha a las islas.
Las estrofas sabían a quimera marcial.

Entonces, con la colimba todavía obligatoria
los de dieciocho andaban con el corazón en la boca
y sus madres rezaban a cuanto santo más o menos creíble aconsejaban
con la esperanza de que sus pichones se libraran de ser carne de cañón.

El primer round arrojó una diz de victoria local
errata mediante
el reino se instalaba en las islas
hasta hoy.

Patriada malentendida
empezada por casa.
Rosario de tormentos
sucedieron
indistinto si las huestes venían del sur o el norte
si a todos les quedaría sellado el corazón.

Me pregunto si el escocés
con quien nos miramos de soslayo
estará tan convencido como yo de que no existen vencedores ni vencidos,
apenas resabios de amargo desatino.

 

Ritual

La mujer que sonríe dispone su partida.
Lenitivo aliento casi indescifrable su plegaria íntima.
Cómplice la muerte
se agazapa entre sus pliegues.
Las campanillas del jardín velado han replegado sus pétalos.
Mudez, la negrura avanza para apresarlo todo.

 

Shared aims

Atraviesan el hielo seco los lobos arrastran, en su desesperación, hambruna.
Sólo con suerte hendirán su hocico entre las vísceras de alguna presa incauta.
Sabido que matar es, para las fieras, garantía de subsistencia.
En desmedro de la especie humana,
aquellos que matan para compensar los caprichos del ego.

Probado que la razón no siempre privilegia.

 

Atlas maltrecho

Amo perderme en las ciudades de otros
partidas por costumbres y lenguas exilias.

Amo también deambular por sus rincones,
a menudo,
proscritos para los viajeros
por los centros locales, de turismo.

Entre paréntesis, no ha de ser casual
que justo en esos márgenes
agrietados por el abandono
mi desarraigo duela un poco menos.

 

Trajinar botánico

La planta cuando mustia pierde poco a poco
su esencia y, acto seguido, perece.
Algo parecido sobreviene a las personas
cuando en sus vidas asola el fracaso y la decepción.
Entonces, trajinar a contramano
como el chevallier d’épées del tarot,
esgrimiendo el filo
embestir al enemigo y tirria mediante, embucharse el temporal.

Pergamino es una ciudad al noroeste de Buenos Aires.
Plantada en una hondonada acoge espíritus y dogmas diversos.
No es extraño que en sus jardines
prevalezca una vegetación mustia.