Letras
Cinco textos

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Leí sus letras

Leí sus letras, sentí su corazón en mis manos, su padecer en mi conciencia sin culpa, sus desvelos iluminados por tanta gracia y sentimiento...

Leí sus letras, supe que el verbo nostalgiar se conjuga pulso a pulso, tic tac de reloj, lluvia constante, viento que raudo cruza el horizonte llevándonos...

Leí sus letras, sentí tan de cerca sus horas de angustias, sus anhelos de amor, la dicha contenida en el jardín de sus ojos, la tristeza pasada de todas las edades...

Leí sus letras y por un instante pensé que conocía desde antes su contenido oceánico, su universo de ansias, sus recodos de melancolía y de íntimos recuerdos...

Leí sus letras y en la mirada se juntaban su conciencia poética y mi voz un tanto trémula al leer tanta pasión infinita, tantos sentires conjugados, tanta vida y más!

 

La rabia me rompe los gritos

Ven. Juntemos cada pedazo y armemos una melodiosa sinfonía.

Ven y no creas nada de mi silencio si ya todo te lo he dicho.

Si he de callar algo por ti es porque te encierro en mí para que estés conmigo.

Por eso ven, vamos al jardín y, en silencio, contemplemos las mariposas tejiendo el aire de la noche y despertando el conticinio. ¡Grita!

Lástima de aquel que no sabe oír la noche, reconocer su silencio, y precisar cuándo se calla o se cae de sueño...

Al final no dejemos que sean sólo palabras, esas que se quedan en un baíl siempre abierto a ver quién lo cierra.

Valdría la pena, entonces, luego de olvidarse de todo precedente e ir hacia el sueño.

¡Cállate en mí y grita cuanto quieras!

 

La vida nos aleja en los silencios...

Y nos dice tanto con su muda voz que grita ¡nos necesitamos!

No sólo nos besamos, también callamos para decirnos en un beso cuánto nos anhelamos cuando dejamos de hacerlo y cuánto nos queremos cuando nos reencontramos...

El aquí eres tú y yo en tu allá. Nuestro dónde seguirá siendo todas partes, los ignotos lugares que hemos juntos imaginado y también por separado aquellos que hemos desconocido...

¿No te he dicho, acaso, que sólo envidio a mi pensamiento porque puede volar lejos de aquí?

La vida nos aleja en los silencios, las letras lo rompen para acercarnos...

¿Así? Lo has dicho tú, lo has preguntado, y yo concuerdo.

Por eso te he pedido letra para este poema, sin saber si estoy en lo cierto ni imaginar tampoco que puedas acercarte a mí como lo desea este silencio así...

 

Soneto contigo...

Contigo allí, a corazón remoto,
y allí contigo con mi pensamiento...
...te dirá el viento lo que ahora siento,
mi diáfano cariño, nada ignoto!

Y si acaso ves que en mi amor denoto,
y adviertes todo lo que hoy presiento,
es el céfiro todo un sentimiento,
cantando que de ti soy un devoto...

En esta hora cuando el verso alcanzo,
pensando en ti, mi amor, en tu remanso
pienso y sueño en lo que en ti imagino...

valdría la pena darse por entero,
a añorar, sentir lo que ahora quiero,
mi pensamiento sea en tu destino.

 

Serpiente

Esta serpiente de dulce veneno,
esta serpiente que a morir me invita,
¡qué mal habré hecho yo para tal cita!
mejor quedarse quieto en su terreno.

Prefiero a las angustias poner freno
y esperar si el amor nos resucita,
si renace en su fulgor la flor marchita,
¡tomadla entre tus manos e id sereno!

Caminar el sendero de los sabios,
superar cualquier duda imaginada,
libar sólo el veneno de sus labios...

de aquel licor mortal que da en sus besos,
que sólo así me salvarán sus rezos,
cánticos de su boca almibarada.