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Edición Nº 49 15 de junio de 1998 |
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Edición Nº 49 15 de junio de 1998 |
Coriolano Rossetti Zorich
En la antigua Roma de emperadores,
para evitar del pueblo las protestas,
invitábanse pobres y señores
a circenses funciones y amplias fiestas,
Luego reinaba la paz soberana,
pues sacia el alma del vulgo quedaba
con gozos de la clase capitana
que tranquila del poder disfrutaba.
Mas si la historia no deja de avanzar,
sigue el pueblo con su mismo retozar,
por lo que todo el mundo va contento.
La evidente y lógica conclusión,
es que con pan y circo en profusión,
sobra sosiego, y de Dios el talento.
Con pan y circo
Dios sobra.
Pan sin circo
Charlaban dos leones en jaula encerrados,
aburridos y sin ocupación,
pues sólo al público eran presentados
en rutina y con falta de emoción:
"Ido se han las buenas y alegres épocas
en que nuestros padres se amenizaban
lidiando gentes del pez y otras pocas;
así divertíanse y prosperaban".
"Mas ahora, con los modernos vaivenes,
y en frenética abundancia de bienes,
deseamos de esos tiempos el regreso;
Pues si hay avance y pan en profusión,
mas si del circo falta diversión,
eso, colega, farsa es de progreso".
Pan sin circo farsa es de progreso.
Circo sin pan
En la historia, desde que mundo es mundo,
siempre se ha del circo hecho amplia usanza
para acallar del vulgo el grito profundo
que se le origina de vacua panza.
Mas si ramplones son los gobernantes
y en exceso el circo van propiciando,
sin disfrazarlo con pan y guisantes,
el riesgo corren de quedar guindando
Desde lo alto de un callejero farol
por no practicar con diligencia el rol
que los libre de la masa leonina
Impulsada por la avitaminosis.
Si pan falta y de circo sobra dosis,
luego el juego es cual fuego y gasolina.
Circo sin pan es extinguir
fuego con gasolina.
Ni pan ni circo
Si al circo se asocia el pan cotidiano,
que promueve el gobierno veterano,
fórmase un clima de amplia felicidad
que al pueblo hace sobrar la divinidad.
Si va el circo en cambio, sin el mendrugo,
del gobierno conviértese en verdugo,
porque indetenible opera el hambre,
pues con revuelta acalla su calambre.
Si circo al opíparo pan no adorna,
de utópico progreso es burla y sorna.
Si al final, falta el almuerzo y la cena,
Y del circo evidente sea la ausencia,
del hado triste y negra va inclemencia,
porque así no vale la vida pena.
Si falta el circo y la cena
la vida no vale la pena.