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Edición Nº 49 15 de junio de 1998 |
Estaba una tarde muy aburrida,
sentada frente a la lluvia incesante,
cuando a mi mente vino un tal Violante
y, de pronto volví a sentir la vida.
(Catorce versos con son et medida,
todos ellos de rima consonante,
por burlarse mandó hacer Violante
mas, la burla en él dejó la herida).
¡Mi corazón con gran fuerza latía!
¡Aquel desafío me fascinaba!
No sabía si lo conseguiría
pero, cuando más apurada estaba,
conté líneas y vi que no podía
escribir más, pues ni un verso quedaba.
Misteriosa esencia
¡Brisa penetrante, estremecedora,
que vuelas sobre el campo florecido!
¡Vaivén de olas que altera los sentidos!
¡Caricia sensual, conmovedora!
¿Qué eres, sino puro movimiento
que va dejando tras de sí su estela,
—un canto de rocío perfumado—
sin saber el baile a dónde te lleva?
Mas, ¡déjame gozar eternamente
del misterioso encanto de tu esencia!
A tu poesía
"¿Qué es poesía?", me dices mientras siento
el alma estremecerse al recordarte,
y sueño en la belleza de tu arte,
nacido del más puro sentimiento.
¿Qué es, sino la tempestad del viento
que deja una caricia al escucharte,
y la dulce pasión de contemplarte
en la desnudez de tu pensamiento?
Te busco entre la claridad del día;
sólo anhelo la luz de tu mirada
que hasta en lo más profundo yo leía.
¡No puedo soportar tu voz callada!
Y entonces me repites: "¿Qué es poesía?"
¡Eres tú! ¡Y yo tu enamorada!
Mi fiel compañía
Un ángel vivía en mi paloma.
Cada vez que ella volaba,
sus alas se confundían
y cuando la contemplaba
el ángel me sonreía
reflejado en su mirada.
Siempre que la llamaba,
los dos a verme venían,
sin que distinguir supiera
dónde acababa él
y empezaba ella.
Su pico entre mis manos,
fuente de caricias, escarbaba
hasta que el corazón bebía;
arrullado
por la alegre canción que palpitaba,
el ángel se dormía.
A mi fiel compañía
alguien le prometió,
de infinito amor
un universo.
¿Por qué se iría si no?
¡Pobre ángel mío!
¡Tan sólo guardas recuerdos
en un inmenso vacío!
A mí me queda un consuelo:
que aunque ella se marchó,
tú te quedaste conmigo.
¡Y en tu presencia la siento!
¡Y a cada paso te espío!