Artículos y reportajes - Cómo se ve el mundo desde la óptica del escritor
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Edición Nº 50
6 de julio
de 1998

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Flann O'Brien: exégesis de lo inevitable

Fernando Báez

"...es detrás del muro más grueso
donde todo sucede".

(Pierre Reverdy)

Flann O'Brien Flann O'Brien es, sin discusión, una de las mejores excusas que pueden darse para leer en cualquier época, uno de esos autores cuyo trato se hace con los años una excelente costumbre a la par que una necesidad íntima, esencial, irrefutable, pese a que ni su nombre aparece en la mayor parte de los diccionarios e historias de la literatura ni sus libros circulan en otra forma que no sea de la fotocopia o el remate callejero. Para su fortuna, la crítica (pública, rigurosa, intensa) ha preferido obviarlo de las letras inglesas y sus novelas, comparadas, en su momento y en el nuestro, con las de James Joyce, su admirador y amigo, siguen siendo la excéntrica contraseña de identificación de un escaso grupo de lectores (una auténtica muchedumbre solitaria), entre los que espero contarlo, lector, y me incluyo, que lo reconocen como parte inevitable de sus días y no pierden ocasión de releerlo con renovado asombro y placer.

En verdad, Flann O'Brien fue tan sólo un pseudónimo, aunque el más prestigioso, de Brian Nuall'in, un irlandés nacido en Strabane, Tyrone, el 5 de octubre de 1911. A falta de una biografía minuciosa, lo poco que podemos decir de él se reduce a tres o cuatro aspectos abstractos: el principal, en todo caso, sería el de su fervor por la cultura celta. En University College, Dublín, estudió Literatura Celta y viajó a Alemania para indagar con más detenimiento en el tema. Su tesis trató sobre "La naturaleza en la Poesía Irlandesa", un estudio donde el mito, la leyenda y la descripción proporcionaban claves para comprender el significado real de la historia irlandesa. Para la década de los 40 escribía en periódicos nacionalistas con pseudónimos cuya etimología respondía a cada propósito particular. En el "Irish Times" era el satírico Myles Na Copaleen, con un sentido del humor poderoso y destructor. En "Leinster Times" y en "The Nationalist" era George Knowall. Algunas de sus columnas fueron publicadas en forma de libro en 1943. Lo que parecía importar a O'Brien era despistar y ese fin, que le costó numerosos lectores para sus obras principales, le permitió desarrollar, como Fernando Pessoa, personalidades contundentes. Fue Brian O'Nolan, Myles Na Gopaleen, George Knowall, Brother Barnabas, Count O'Blather, John James Doe, Peter the Painter y Winnie Wedge.

Antes de haber concluido sus estudios universitarios, escribió y publicó su primera novela, la mayor, "At Swim Two Birds", que finalmente apareció en 1939 con tan mala suerte que un bombardeo destruyó tiempo después la editorial Longman's incinerando todos los ejemplares. Su segunda novela fue "The poor mouth" (La boca pobre), publicada en 1941, seguida de "The Hard Life: An Exegesis of Squalor" (La vida dura: Una exégesis de lo escuálido) en 1961, "The Dalkey Archive" (El Archivo Dalkey) en 1964 y, póstumamente una gaveta suministró "The Third Policeman" (El Tercer Policía), editada en 1967. En todo sentido, O'Brien fue un funcionario poco doméstico, ciertamente infeliz, absolutamente inhóspito: trabajador del Servicio Civil, no dejó de atacar al Ministro del Gobierno ridiculizándolo hasta el día en que renunció por motivos de salud en 1953. El primero de abril de 1966 murió en Dublín.

Borges comentó y elogió "At swim-Two-Birds" como una de las más interesantes novelas del siglo en un ensayo aparecido en "El Hogar". Su resumen del argumento es magnífico y cabe rescatarlo íntegro: "Un estudiante de Dublín escribe una novela sobre un tabernero de Dublín que escribe una novela sobre los parroquianos de su taberna (entre quienes está el estudiante), que a su vez escriben novelas donde figuran el tabernero y el estudiante, y otros compositores de novelas sobre otros novelistas..." (Textos Cautivos, p. 327). La obra parte de una idea memorable: establecer un relato con tres comienzos y tres finales como un hipertexto fulminante. Para O'Brien "Un buen libro puede tener tres comienzos completamente disímiles e interrelaciones sólo en la mente del autor, o cien inicios e igual número de finales". Ejemplo de esto es el hecho de que ofrece tres versiones al lector de la historia: la primera comienza con Pooka MacPhellimey, la segunda con John Furriskey y la última con Finn MacCool. Anthony Burgess, en su lista "The best in English since 1939", seleccionó "At swim-Two-Birds" como uno de los más complejos y completos relatos junto con "Finnegan's Wake" de Joyce. Graham Greene y Dylan Thomas leyeron a O'Brien y lo admiraron; Edna O'Brien dijo de él: "Pienso que junto con Joyce y Beckett constituye nuestra trinidad de los grandes escritores irlandeses, pero es más cercano y divertido".

Tal vez "El Tercer Policía", escrita hacia 1940 y salvada póstumamente, sea su novela más intensa y la que le gane mayor número de adeptos. Su procedimiento es complejo, pero el argumento restituye postulados clásicos: dos hombres ejecutan un crimen atroz y uno de ellos, sin que lo note, muere a consecuencia de una bomba colocada por su compañero y pretende seguir su vida normal. Cosas extrañas, mágicas y horribles tienen que sucederle para que evidencie que durante toda la obra ha estado muerto. Al final, regresa a buscar a su amigo y ambos emprenden la serie infinita e inagotablemente repiten los hechos. Los libros de un autor (De Selby) apócrifo sirven para numerosas digresiones absurdas de enorme interés humorístico que hacen de la obra una alegoría de la modernidad. Recuerdo, por ejemplo, un pasaje del capítulo VIII que ridiculiza las teorías físicas actuales tras una entrada a un cuarto que representa la eternidad:

"—Venga aquí, que le enseñaré algo para que se lo cuente a sus amigos.

Luego vi que ésta era una de sus escasas bromas, pues lo que me mostró fue algo que no podía contar a nadie: no existen palabras adecuadas en el mundo para trasmitirlo. Aquel armario tenía una abertura que parecía un tobogán y otra abertura, como un agujero negro, a un metro por debajo del tobogán. Oprimió dos objetos rojos, como teclas de máquinas de escribir, e hizo girar un mando de tamaño considerable. Al instante se oyó un ruido sordo, como si cayeran por una escalera millares de cajas de galletas llenas. Tuve la sensación de aquellas cosas saldrían del tobogán en cualquier momento. Y así fue: aparecieron unos segundos en el aire y desaparecieron por el agujero negro que estaba debajo. Pero, ¿qué puedo decir de ellas? No era blancas ni negras y, desde luego no tenían ningún color intermedio...Pero por extraño que parezca no era su color sin precedentes lo que más me llamá la atención. Tenían otra cualidad que me hizo mirar agitado, con la garganta seca y sin aliento...Luego tuve que reflexionar largamente hasta comprender por qué aquellos artículos eran sorprendentes. Les faltaba una propiedad esencial de todos los objetos conocidos... no tenían dimensiones conocidas. No eran cuadrados ni rectangulares ni circulares, o sencillamente de forma irregular... Sencillamente su aspecto, si se puede admitir esta palabra, era ininteligible para la vista...".

En algún pasaje, O'Brien escribió: "El infierno da vueltas y más vueltas. Su forma es circular y su naturaleza interminable, repetitiva y muy próxima a lo insoportable". En cada libro suyo ofrece una salida a ese laberinto y no es excepcional que haya creido que la literatura permite encontrar los lugares de duración, firmes y propicios a una salvación que si no llega nunca al menos determina las más oportunas y audaces señales de lucidez. De ahí, y mucho más que de ahí, que leerlo sea una experiencia iniciática. No se trata de entretenerse porque sí sino de asumir una tradición fantástica, un presente continuo realizado desde el deseo. Y eso ya lo convierte en un clásico.

Nota final: En la Biblioteca Morris se encuentra la colección más completa del mundo de material sobre y de Flann O'Brien: manuscritos, cartas, artículos, ensayos, periódicos, piezas de teatro y radio, fotografías, textos inconclusos (como una novela titulada provisionalmente "Slaterry's Sago Saga") así como versiones de sus libros en distintos idiomas.


       

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