Seré muy breve, pero no he podido controlar el deseo de responderle. Soy
periodista y profesora de la Facultad de Ciencias de la Información de la
Universidad del País Vasco, en España. Suelo invertir unos minutos en la
presentación de mi asignatura para intentar convencer a los alumnos de lo
importante que es aprender a escribir. A lo largo del curso les insisto
para que no se olviden. Es una obviedad, pero la mejor forma de aprender a
escribir es hacerlo. Únicamente reconociendo los problemas y
solucionándolos se aprende. Otra herramienta indiscutible es leer: novela,
para aprender a contar; cuentos, para aprender a resumir; poesía, para
aprender a adjetivar.
Si además nos adiestramos a nosotros mismos en la observación, sólo
necesitaremos el tiempo suficiente para escribir. No se debe ser tacaño. Y
según he podido deducir de un buen puñado de entrevistas a escritores,
algunas personas están irremediablemente condenadas a expresarse por
escrito. Es como una condena que tienen que pagar. No pueden hacer otra
cosa, aunque no siempre es el camino de la felicidad.