Escribir tiene muchas definiciones; dependiendo de lo que hacemos tiene sentido y carácter diferentes. En el caso de los escritores, los poetas, los que vivimos de exteriorizarnos, las palabras son el refugio donde podemos amparar nuestras emociones, donde nuestra sensibilidad encuentra un hogar cálido que no juzga. En mi caso particular, desde muy joven he venido entretejiendo palabras, ellas son todo, escribir es todo. Escribo cuentos infantiles, poemas, reflexiones, una novela, todo lo que mi alma desea comunicar, en una catarsis infinita. Hasta ahora no he publicado, me aterra la crítica tanto como los aviones. Encontrar Letralia ha sido un acontecimiento, realmente disfruto leyendo el alma de tantas personas, estoy segura de que cada uno de nosotros al escribirles por primera vez, hemos sentido una emoción y un poco de miedo. Nadie me ha enseñado a escribir, supongo que lo que diferencia al alfabetizado del que escribe es el grado de amor y sensibilidad hacia esta vocación tan sublime y difícil. A continuación les comparto lo que escribí sobre este tema:

Ante lo que más amo

Música y letras,
es todo lo que deseo.

Cuando la realidad de la vida
pretende doblegarme
ellas me traen de vuelta el ser
apartan de mí lo vulgar,
adormecen el agobio
acarician la desesperanza...

Música y letras
¡cómo me arrebatan!
¡cómo las busco!
¡cómo me encuentran!

Si no me encontraran,
trastornaría todo el proceso de
evolución y me convertiría en un topo...

¡Escarbaría lo profundo de la tierra
con garras afiladas,
hasta encontrarlas.
para llenarme de ellas
para crecerme en ellas y
fundirme hasta hacerlas parte
de mi eternidad!

1 de septiembre de 2004