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Antonio Betancurt

Antonio Betancurt

De caminar pausado, quizás un poco encorvada su alta figura por el peso de las vivencias, el profesor Betancurt anda por San Cristóbal con ese aire nostálgico y un tanto triste. “Para mí, vida y trabajo son conceptos que sólo se pueden separar con la muerte. Desde que nace el hombre está sometido a leyes físicas de la materia. Todo ser es movimiento, transformación y cambio; luego, todo aprendizaje implica un esfuerzo dirigido a la obtención de una meta”.

Este hombre nacido en Las Palmas de Gran Canaria en el año treinta y tres, frente al mar en la playa de Las Carteras y mirando a un volcán de 3.716 metros de altura: El Teide. Su segunda patria es Venezuela, a donde llegó en 1948, pocos días antes del derrocamiento de Rómulo Gallegos, y en ella ha vivido durante cincuenta y ocho años. “Siento que mi vida se apaga lentamente y no es para menos cuando se padece de un enfisema pulmonar, de una obstrucción coronaria, de una úlcera esofágica, de una prostatitis, de una hernia inguinal, a lo que se le agrega pérdida de visión, de audición y de memoria, pero a pesar de lo corta que puede ser mi vida tengo muchos proyectos para hacerlos realidad antes que muera, entre ellos editar tres libros de poesía, un libro de psicología, otro de filosofía y algunas crónicas sobre mi tormentosa vida”. Con dos libros editados de manera independiente, Yerbas segadas y Yerbas amargas, actualmente en prensa Yerbas de sangre, este profesor y educador, pensionado actualmente, es un personaje que merece y debe ser destacado. Su labor es intensa y constante, pero sin bulla, sin escándalo. Sólo trabajando con amor y entrega en pro de la poesía y manteniendo un bajo perfil que muestra la carencia de necias poses ególatras. Simplemente un poeta que produce y deja su trabajo allí, con el deseo de que sea leído y llegue hasta la gente.

Antonio BetancurtPara este hombre nada se engendra por sí mismo, todo es producto o patrimonio de la humanidad. El poeta percibe, relaciona, se emociona y crea. Y al preguntarle si cree que la poesía está en crisis, respondió: “Nunca estará en crisis lo que brota del corazón humano; lo que está en crisis es la sensibilidad humana convertida en un objeto de mercado. Todo el mundo hace poesía. ¿Quién no ha sentido estremecer su alma ante una flor que se abre o un atardecer de sangre? Lo que es coto de una élite es el mercado de la poesía. ¿Quién publicita el libro de un poeta proletario o de un paria? ¿Quién le abre las puertas para que edite?”.

Se describe a sí mismo como un rumiador de ideales que nunca cristalizan. Con una infancia tormentosa, pues fue un niño de la guerra y el exilio, lo cual por obvias razones dejó una profunda huella en su alma sensible y proclive a la tristeza y la melancolía; partiendo de estas características podemos entender que así hable del amor: “Un sentimiento bello que pronto se transforma en deberes y derechos hasta que se apaga. El único que perdura es el de la madre por sus hijos y eso depende su condición mental y ética. Sin embargo el amor se aplica a diferentes conceptos, así tenemos el amor a la sabiduría, a Dios, al dinero, el amor como locura, etc.”.

Es también un escéptico, en quien no hay fundamentos místicos porque trasciende a explicarlo a través de la materia y de sus leyes dialécticas. Como todo escéptico analítico, racionaliza las cosas; por ello, al indagar sobre algún dolor que lo perturbe, dice: “Los de barriga. Cólicos provocados por una gastritis crónica acompañada de una úlcera de esófago. Dolores del alma, los de la muerte de un hijo y de mis padres”. Pero al hablar de la vida se expresa de esta manera: “La vida es lo más sagrado que tiene el ser humano, ya que es la luz que ilumina al hombre en su tránsito por este mundo, el centro de toda realidad y el dinamismo de toda actitud creadora. Por ello me duele enormemente cuando a una persona una bala le arrebata la vida miserablemente”. Cree que los sentimientos dependen de las motivaciones y vaivenes que hayan despertado en el individuo en su interrelación con los demás y en los procesos de aprendizaje. Comenta que no cambiaría nada de su vida; de hecho, si tuviera que vivir de nuevo haría exactamente lo que ha hecho. Ser el mismo en medio de la sobriedad y darse a los demás más que a sí mismo.

Antonio BetancurtUn hombre que disfruta intensamente el caminar sin rumbo fijo, así sea agarrándose de las paredes, pues de esa manera se siente vivo. “Dentro de todos mis males orgánicos, que son bastantes”, dice, “mis planes tienden hacia el dominio del espíritu a ser feliz, lo cual consigo a través del trabajo creador. Actualmente trabajo intensamente en el área cognitiva y emotiva para lograr mis metas científicas y literarias”. Su filosofía de vida se basa en la imperturbabilidad del espíritu frente a todos los avatares de la vida y en el dominio de sí mismo, liberando el espíritu de toda inquietud. Es muy difícil adquirir ese dominio, pues la vida te involucra quieras o no en todo aquello que puede afectar a uno o a nuestros semejantes.

Un ser lleno de vivencias y melancolías, lo ideal para la creatividad de un poeta, a quien le gustaría volver a su tierra, pero ya toda su familia está muerta, excepto una hermana anciana y un sobrino que no lo conoce. A quien le agrada un vaso de buen vino: “Me motiva (para escribir) mis vivencias, me desmotiva la falta de apoyo que encuentro en mi entorno”.