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Rosendo Peña

Rosendo Peña

Desde hace diez años vengo fotografiando a la Banda Oficial de Conciertos Marco Antonio Rivera Useche, lo que ha creado lazos de amistad con casi todos los profesores que allí laboran. Pero con otros hay verdaderos lazos afectivos. Es el caso con el percusionista Rosendo Peña. La verdad que no recuerdo con exactitud en qué parte de esta década fue que nos conocimos, lo cierto es que hay una buena amistad. De él lo primero que debo decir es que es una persona entregada por completo a su profesión, a su instrumento. Rosendo es un enamorado apasionado de la música. La vive realmente: “Vivimos siempre trabajando y trabajamos viviendo. Pienso que las dos cosas van al mismo tiempo, para mí son iguales” y agrega: “Estoy... bueno... me la vivo estudiando, desde que me levanto en la mañana hasta que me acuesto. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos trabajando y estudiando incluso en la noche uno se queda haciendo cosas con la mente. Y dando clases en la escuela de música, tocando en la banda del estado, tocando en los sitios nocturnos los bien llamados tigres, en lo que salga”.

Para Rosendo la vida no es un largo camino que se va recorriendo. Es más bien como un largo collar de cuentas, unidades que juntas forman un todo; él lo define como trozos unos largos y otros cortos pero que al mirar para atrás forman un gran trozo. Los dos puntos más importantes en la vida de este joven son la música y su familia, de la segunda dice: “Mi familia es redondita. En términos médicos mi familia es redondita. Una familia bella, especial, fabulosa, así es mi familia. Siempre cuento con ellos, ellos cuentan conmigo. Estamos siempre unidos. Nos reunimos en las fechas de celebración y siempre estamos pendientes llamándonos. Mis hermanas están lejos y siempre estamos comunicándonos vía Internet, mensajitos de texto. Y cuando estamos aquí tratamos de comer juntos siempre todavía con mi mamá, siempre tratamos de almorzar juntos o cenar o lo que sea. Los domingos es como un rito vernos aunque sea unos minutos. Y... bien, mi familia es espectacular. Mi infancia... bueno... si vengo de este tipo de familia mi infancia fue feliz totalmente. Tuve todo lo que necesité, siempre lo tuve. Empezando por el apoyo de los padres, los requisitos para los colegios, los colegios los tuve. Tuve los amigos, tuve los juguetes. Tuve todo”. A comienzos del pasado diciembre de 2007 obtuvo su grado académico en el Iudem, cosa que para él es un orgullo mas no el final del camino: “A mediano plazo quiero hacer un posgrado, seguir estudiando, y a largo plazo, bueno, tocar en una orquesta profesional. Comenzar y terminar el posgrado lógicamente, son etapas de la vida, yo lo veo como etapas, no como dice un amigo: ‘Ya terminé la carrera’, no, ahora es cuando comienza o sea terminamos una etapa pero luego continúa”.

Rosendo PeñaPara Rosendo la musa inspiradora es una combinación: “La musa inspiradora... tiene de las dos cosas. Viene y no se fabrica, tenemos muchos recursos actualmente, recursos musicales de estudio y recursos tecnológicos. Aún así con los recursos tecnológicos pues tiene que estar la musa presente para uno sentarse, porque no todo lo hacen las computadoras o el estudio de la armonía o el contrapunto y todas esas cosas, hay que tener la musa. Siempre pienso que hay que tener las dos, hoy día están las dos juntas”. Y continuando en esta tónica de la inspiración y afines, le preguntamos qué cosas lo motivan y cuáles no: “Me motivan mis alumnos. Me motiva la música. Me motiva un amanecer, un atardecer. Una bella mujer. Siempre andamos motivados, todas las cosas nos motivan, hasta las cosas malas. Me desmotiva... No, no sé qué me desmotiva. En este momento no, creo que nada”.

Se describe como una persona normal igual que lo somos todas las personas. Algo alocado a veces. Echador de broma. Súper estricto y estudioso con lo que tiene que ver con su trabajo. Le encanta mucho estar estudiando, actualizándose en lo que se refiere a al trabajo, la música, a la percusión que es su área. Investigando cuáles son los últimos concursos que hay. Qué están tocando los muchachos, cómo se toca. Qué libros han salido nuevos, tratar de comprarlos. Sí, una persona bastante curiosa. Al conversar sobre sus ratos libres nos confesó: “En mis ratos libres, bueno aunque suene como un cliché escucho música. Me lo vivo escuchando música de todo tipo. Me gusta escuchar de todo. Algunas veces leo. Ahora estoy leyendo un libro que escribió su santidad el Dalai Lama que se llama El arte de vivir en el nuevo milenio, tiene cosas muy, muy propias en nuestras realidades actuales. Me gusta leer a Gabriel García Márquez, aunque muchos se ríen, me gusta leerlo. Cien años de soledad, ‘Ojos de perro azul’, sus cuentos. Y cine. Me gusta el cine”.

Rosendo es como un niño grande; un niño sano, alegre y hasta ingenuo. Una persona feliz, porque esa felicidad está dentro de su corazón a pesar de algún mal momento que indudablemente habrá de haber tenido, Rosendo es un muchacho de corazón alegre y feliz que va por la vida dando esa buena vibración, siendo un buen amigo, un buen profesor en fin siendo una buena persona. Y tal vez por esta cualidad de su carácter es que al preguntarle que, si tuviese la oportunidad de ser otra persona y hacer otra cosa, qué sería, nos dijo: “No sé... Me gustaría ser... Me gustaría ser mago. Me gustaría ser mago porque, bueno, porque me atraen esas cosas tan especiales que hacen los magos, de jugar con la mente de nosotros. Las ilusiones. O ser sicólogo”, con esta respuesta nada nos extraña que el lugar de sus sueños sea así: “¿El lugar de mis sueños..? Es que nada se parece, es como un Macondo, imaginario. Este... Me gusta mucho la montaña... Quisiera estar en una casa donde pueda respirar, donde pueda tocar, donde pueda descansar y donde pueda hacer muchas cosas. Todo lo que signifique bello para uno. Y, bueno, se divide en diversos tipos de amores”. Realmente una linda persona llena de amor y generosidad para todos, un ser al que jamás le he oído un comentario negativo sobre nadie, cosa tan difícil de hallar. Este gran corazón de Rosendo se patentiza al hablar de lo que cambiaría de su vida: “¿Algo que cambiaría en mi vida..? Este, a ver... No sé, este... Saber, saber entender a las personas en determinados momentos. A veces una persona necesita de uno y..., pues uno no sabe si esa persona se acerca a uno con esa motivación y de repente uno se va a hacer otra cosa. Me gustaría adivinar cuándo una persona necesite de mí y poder ayudarla, eso lo cambiaría”.

Rosendo PeñaIndagamos su opinión de Dios y obviamente cómo es su aspecto espiritual. Para él Dios no es del tipo señor de barba blanca que nos mira y nos juzga, para él es: “Pienso que es una energía positiva que siempre tenemos. Es como un motor principal, como una guía que uno tiene”, y así como opina de Dios, así también es con respecto a su espiritualidad. “Es diverso... Lo que pasa es que se encasilla, todo se encasilla, que si es oriental o si es no se qué. Pienso que tiene de todo, es diverso. Hay que alimentarlo, uno tiene que estar bien con uno mismo para poder estar bien con los demás. Pienso que sí, que uno debe estar tranquilo tratando de hacer las cosas. Lo que dicen por ejemplo todas las religiones, todas las religiones convergen en un mismo punto, que bueno es hacer la bondad, no herir a las demás personas, no jugar con los sentimientos de las demás personas es importante. Pienso que así se alimenta esa parte espiritual. Y sí me considero muy espiritual aunque no parezca pero sí”.

Este es Rosendo Peña, un joven músico venezolano, dedicado a su trabajo, su pasión, que es la música. De la que le gusta todo, no discrimina, de hecho dice: “De todo tipo... Bueno, hay un solo tipo de música que me gusta y es la que se hace con cariño. La música que tiene una razón de ser. Puede ser música comercial pero que sea bien hecha, eso me va a gustar, eso que tú escuches y digas: ‘Guao, ¿qué es esto?’, sin importar si es de Senegal o si es un vallenato de Valledupar, o si es un culo e’puya, o si es un rock and roll de Inglaterra, o si es Tchaikovsky, mientras sea hecho con esa conciencia, con ese cariño de la función de la música de transmitir, de curar el espíritu, todas esas cosas. Eso me gusta. Entonces toda la música me gusta”. Entre las cosas que le gustan y disfruta podemos contar el color azul, las pastas, el jugo de mango, redescubrir a Vasili Kandinsky: “Pintor ruso que fue el padre del arte abstracto, amigo de Arnold Chamber, yo había leído pero no había visto su obra, entonces ahora lo entiendo más. Su abstraccionismo muy relacionado con la música, tal vez eso me atrae mucho y, bueno, estoy descubriendo eso de nuevo. Me gusta Kandinsky”. Y para quien: “El amor es... Guao... El amor es uno solo. El amor es un sentimiento que encierra la bondad, la belleza, hablando de la belleza, no física, de la estética de la belleza, sino de dependiendo de a quién le corresponda, por ejemplo el amor de la esposa es diferente al amor de la madre, al amor al trabajo, al amor de... Qué sé yo... A la música. Pero es un solo amor que se divide dependiendo de para dónde se vaya, pues”.