Valmore CarreroValmore Carrero

Valmore es un hombre de hablar suave, de gestos pausados. Me atrevería a decir que es de esas personas que tratan de pasar desapercibidas, sin hacer casi bulla; de esos que prefieren que se vea su obra y no ellos. Es un hombre de una gran sensibilidad, un artista que abarca dos ramas de la creación por demás difíciles como son la escultura y la poesía, además de también pintar. Incluso podemos agregar que es un amigo solidario, cálido y sumamente gentil; es de esas personas a las que se les llama especiales.

Recientemente se inauguró en la ciudad de Caracas un busto del general Cipriano Castro cuya autoría es de Valmore Carrero, motivo de gran orgullo para el artista, aunque lamentablemente en el Táchira pasó bastante desapercibida esta noticia.

En el campo creativo y de trabajo Valmore nos comenta sobre sus planes: “A corto plazo, concluir algunos trabajos de corte escultórico. A mediano plazo proyectar algunas propuestas plásticas que tengan el petróleo como elemento central, no visto éste como un concepto decorativo, más bien critico; somos un país petrolero y evidentemente el mundo va hacia un consumo cada vez mayor de petróleo con las consecuencias políticas y económicas que ello implica y que de alguna manera nos afectan. A largo plazo en verdad no lo he previsto. En el arte muchas cosas son impredecibles y por experiencia lo sé, cosas que planifiqué o esperaba realizar a largo plazo, al final la dinámica de la vida te va dando otras opciones. Un creador no es un planificador, es un intermediario entre los acontecimientos que suceden y la obra y éstos inevitablemente van cambiando con el tiempo”. En este momento realiza algunos trabajos escultóricos en bronce y sigue escribiendo poesía; no obstante, como artista, su mente trabaja todo el tiempo en búsqueda de temas para la creación. Indagamos sobre cómo resuelve la relación entre su vida personal y su vida de creador y nos dijo: “Todo artista o escritor que asuma el acto creativo con autenticidad, vive con esa pasión, a veces tragedia, a cuestas. En mi caso personal, he vivido mi vida vinculada en todo momento al acto creativo”.

Valmore al describirse lo hace en los siguientes términos: “No sé muy bien, quizá como una persona que busca el equilibrio en todo. La principal ley que rige el universo es el equilibrio”. Parte de ese equilibrio lo logra con su familia, de quienes dice son un verdadero soporte. Un hombre serio, bastante formal e intimista que mantiene su vida privada así: privada. Cosa que ha sido su actuar de toda la vida pues nos cuenta que su infancia fue: “Intimista, casi al extremo. Creaba mundos para mí solo”. Y no es que sea asocial, es sencillamente una persona con un alto sentido del respeto y la ubicación, sin excentricidades para llamar la atención. Un ser que podríamos definir como sencillo que no simple. Y a veces las personas más sencillas resultan las más difíciles de lidiar pues no todos somos capaces de tanta naturalidad.

Un artista con una sensibilidad sin poses ni estridencias. Poseedor de una hondura de ánima que puede vislumbrarse a través de sus breves y concisas respuestas. Como cuando nos dice cuál es su filosofía de vida: “Yo creo que comprender que estamos en un proceso de evolución constante y que ello implica entender que nos correspondemos a un tiempo y espacio indicado, con el cual podemos estar o no de acuerdo o conformes, aceptarlo o rechazarlo”. O bien cuando nos explica su concepto del amor: “Cualquier definición del amor suele sonar cursi, pero en verdad es así, el amor es la razón de la existencia del ser humano y, cuando no se tiene, su búsqueda se hace más atractiva, más interesante”.

Para él la musa inspiradora se crea y llega. Porque un poema, una obra, a veces sale por una fuerza espontánea, llega. Otras veces hay que construir la obra o el poema y es allí cuando uno se va a encontrar con la inspiración. Por lo mismo no cree que el camino creador pueda acortarse. “No, no puede acortarse, es contranatural en un creador. Por supuesto todos tenemos visiones particulares de nuestros propios horizontes. Me motiva la nostalgia, la crisis, la vida. Me desmotiva que no haya nostalgia, que no haya crisis, que no haya vida”.

Valmore CarreroSi Valmore Carrero tuviese opción de nacer de nuevo pero ocupándose de otra cosa sería músico, aunque la música es una de las facetas de su vida actual pues realizó estudios de guitarra. En sus gustos musicales hay un poquito de cada género. Pero en especial la guitarra de conciertos, la música tradicional cubana y la salsa de los inicios de ésta. Aunque no cambiaría su vida pues se siente bien con todo lo que hay en ella, bueno o malo. Nos cuenta de un déjà vu que tuvo: “Haber tenido un sueño de un lugar nunca visto y luego comprobar que existía”.

Le gusta el vino; desconoce las marcas y la parafernalia de muchos a la hora de beberlo, pero disfruta su sabor, su olor, por lo que es su bebida favorita. Su color favorito es el azul, mas curiosamente asocia al día domingo con el color amarillo claro, como un oasis. El lugar de sus sueños es ese... el de los sueños, paraíso del que nunca seremos expulsados, mas le gustaría regresar a uno que está en un recuerdo entrañable de su adolescencia. En sus ratos libres piensa, ya que en realidad no tiene ratos libres porque su trabajo no tiene un horario determinado.

Hablando de la poesía, la cual es una de sus formas de expresión, nos dice, en cuanto a eso de si ha sido o no coto de una élite: “Lo ha sido, no sé si en todas partes, pero en Venezuela lo ha sido y eso se comprueba por el derecho a la publicación (con salvadas excepciones). Porque en todo caso la publicación es el fin último de la producción poética, la poesía es comunicación, de no ser así, sería letra muerta”. Y agrega: “La poesía nunca ha estado en crisis. Los poetas sí, por desgracia el poeta necesita de ésta (crisis). Es de esa entraña de donde sale la poesía”.

Valmore Carrero, un artista tachirense, íntimo e intenso como su lado místico, que con paso silencioso pero muy firme va marcando su huella en el espacio artístico venezolano, un hombre que asume que todos somos un pensamiento de Dios. Un creador honesto consigo y con el arte.

En el año 2004 publicó el libro Reinos extraviados; de allí extraemos estos textos:

Hoy he vuelto a despertar
en esta ciudad echada a la
deriva
y me quedé
como un pez boquiabierto
mirando cómo la soledad
                             del vino
se escapaba entre el sonido
crispante de mi silencio.

 


 

Hay un canto de nubes
apaciguando los cielos
cuando el retorno del viento
estremece los bosques
en el fragor de la batalla
que entraña mi corazón.

 


 

Se apagaron los ojos
que por las ventanas
de helechos pasaban los días.
En las pupilas
no quedó sino el reflejo
de historias de grillos
el vuelo piadoso
de mariposas sobre el oscuro
fondo de un estanque.