Fotografía: Clive NicholsEl pequeño destino de las pequeñas cosas

Todas las cosas, por inanimadas que sean, tienen un destino; no sólo las personas, los animales y las plantas. Los libros, por ejemplo, poseen un destino al margen de que su contenido sea exitoso o no (libro arrinconado, no leído, libro perdido), algunos juguetes de almacén que envejecen olvidados en rincones oscuros.

Podría contar muchas pequeñas historias de cosas que nunca desarrollaron la existencia para la que fueron creadas, ese vestido de novia que jamás se estrenó porque los futuros esposos rompieron bruscamente, y después nadie quiso, por temor supersticioso, esa preciosa muñeca que siéndolo, preciosa, fue requisada por una madre autoritaria impidiendo que su infantil dueña jugara con ella nunca, y así tantas y tantas, pequeños destinos abortados antes de cumplir el ciclo para el que fueron hechos.

Yo puedo contar la historia de un vestido muy bonito. Falda larga y manga corta, que se compró y luego arrinconó sin estrenarse, que pasó por varias manos sin que nadie se decidiera a ponérselo, todavía ignoro una razón lógica, y que finalmente rescatado de la basura, así como suena, alguien lo recogió y lo tiene guardado en un rincón de su armario sin esperanza de que jamás lo estrenen.

Más ejemplos, aquel chaleco de punto de media que se empezó con entusiasmo para acabar sin terminar dentro de la bolsa de labor completamente olvidado, ¡la causa?, desconocida.

O este otro, el trabajo manual para presentar en la escuela de una caja de cartón forrada con papel de regalo, dibujado con flores y muñequitos, que ni llegó a presentarse a concurso pese a estar bien hecho.

Nunca me ha gustado que las cosas, por insignificantes que sean, no cumplan su destino, me causa una profunda tristeza ser testigo de la decadencia y el final de que lo que tenía una misión, por pequeña que fuera, no llegase a realizarse.

Imagino que esto que escribo, a muchos les parecerá una solemne tontería y no les critico, el destino de las pequeñas cosas suele pasar desapercibido y como siempre han sido inanimadas, nadie repara en él.

También mi comentario es pequeño en encaje con el tema.