Así de grande

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Texto y dibujo-collage: Wilfredo Carrizales

Así de grande

ASÍ DE GRANDE es el mundo, como un muestrario de piezas de todo tipo, que nunca podemos terminar de recorrer y en donde se escenifican obras de teatro para viajar sin moverse de los asientos y con muchos ambientes llenos de personas distinguidas, pero también perversas y espectáculos para ver arder los braseros y enterarse a través de agujeros cómo se anuncian las prostitutas, los proxenetas, los encantadores de serpientes, los perros de la guerra, los locos que gobiernan y los creadores de desastres y para contemplar a perpetuidad la manera como rueda la inmundicia y se arma el negocio de los hambrientos y los grandes premios ecuménicos y cuando mueren los millonarios se reparten sus huesos para que la gente murmure hasta el cansancio y logre una rica experiencia de la vida y jamás se pueda encontrar el valle de lágrimas porque está encajado en medio de los rascacielos y donde las muchachas vírgenes valen su peso en tierras raras y los oligopolios crean su propia cosmovisión para que todos los mortales se sientan que han llegado al novísimo paraíso y van los músicos tocando las guitarras y detrás los siguen los mendigos tocándoles los culos para que produzcan innumerables monedas y se conviertan en seres muníficos y los cilindros aparecen y sobre ellos se equilibran los generales que preparan masacres detrás de sus escritorios al tiempo que cultivan flores y crían bellas mascotas que se cagan encima de los muebles y los círculos sociales se desenvuelven con una soltura que recuerda a las tripas en sus funciones propias y en emergencia y es imposible perderse en las vastedades debido a que todavía existen buenos samaritanos que son socios de los tratantes de blancas y que pugnan por ser héroes sin alejarse de la heroína y la muerte recorre todos los barrios en busca de los coprófagos a quienes proteger para luego sumirlos en las cloacas y brindarles a las policías la oportunidad de lucirse con gruesos informes destinados a las letrinas de los ministerios y para proseguir con las referencias a la amplitud de los horizontes en donde la literatura hace ruido porque de esta forma lo han decidido los caporales de las grandes editoriales y la estafa no se percibe por razón de la estupidez constante de las tribus y el cielo se puede venir abajo y mostrar sus vericuetos construidos por los papas y la santa sede y los bolos se desplazan a una velocidad increíble y el encaje de los trajes de los bufones universales se asemeja a retazos de garbanzos y frente a las distancias que se están por recorrer se despliegan cámaras oscuras para captar su intrínseca realidad y para que los turistas no se sientan abrumados por el peso de los conocimientos geográficos y que los dueños de los capitales puedan continuar riéndose a mandíbula batiente sin necesidad de hacerles cosquillas y la retirada de los símbolos de la realeza no será posible porque entrarían los bancos en crisis y dios tendría que intervenir y vender sus activos en las bolsas y entonces se aludiría a quienes fabrican bombas para amputarles los pies a los niños y obligarlos a asumir su amor por el terruño y acostumbrarlos a dar precisos pasos ortopédicos que no transgredan las fronteras que tanto esfuerzo humanitario le ha costado a la organización de las naciones desunidas y se hace necesario mundificar las premisas para que los desamparados y hambrientos consigan su ambrosía en los territorios libres de viviendas y hospitales y entonces la comunidad de bienes no estará perdida y no hará falta recurrir a las hipérboles para dar a entender que han nacido nuevos buitres y que la bondad y la virtud están bajo protección del fondo monetario internacional e interlineal e intermaxilar y una vez más el orbe limpiará su naturaleza y los petróleos ayudarán a esclarecer las zonas oscuras y los asuntos de las municiones quedarán exclusivamente en manos de los expertos y se purificarán las aguas para que podamos lavar nuestros cuerpos sin tener que esperar la caída de las lluvias ácidas que lo único que hacen es producir más calvos y cojos y el trato con la rosa de los vientos se hará más diáfano (como le gustaba asegurar a un famoso político socialcristiano de Suramérica) y cada mortal podrá contar con su propio vehículo que lo traslade a la aldea global y podamos saciar las hambrunas de los otros con panes virtuales mientras suenan las campanas anunciando la hora de las meriendas, el té inglés y las bolitas de arroz duro lanzadas desde aviones decorados con propaganda de famosas gaseosas o harto conocidos gases ya probados en los campos de concentración de los adorables nazis o sublimes bombas de racimos para que todas las familias tengan sus piñatas y así puedan celebrar los cumpleaños de sus niños asesinados en nombre del progreso, el orden mundial y la ley del más fuerte y no sea necesario ningún desplazamiento a enormes distancias para conseguir una fotografía de un buen pedazo de carne preparada por el más cotizado cocinero de la casa blanca, de la casa rosada o de la casa verde y desde los arbustos universales se podrá proclamar que la espiritualidad es una letra de cambio y que el énfasis en los itinerarios hay que colocarlo encima de los corderos que salvan al planeta y que las olimpiadas resolverán los problemas financieros de la señora europa y sus acólitos no anónimos y no ocurrirá ningún ofuscamiento, pues los olivares han sido desbrozados y los pillos ahora se dedican a dar conferencias magistrales en los países atrasados para indicarles cómo se consigue el progreso y el futuro viable en cinco cómodas recetas y la oligofrenia será declarada bien nacional y el estado tendrá la obligación de defenderla y ampararla frente a sus enemigos naturales y antinaturales y cuando se visiten los panteones habrá que bajarse los calzones y liberar a las panzas de tanta pitanza y los placebos serán execrados por antiestéticos y perjudiciales para la memoria y así los ciudadanos de primera recibirán los plácemes que les corresponden, ni uno más, ni uno menos, sólo los justos porque ellos también saben de justicias y no se chupan los dedos después de haber comido chocolates suizos en barras y no prescindirán de su prepotencia para evitar los malentendidos y los globos recorrerán los espacios que les han sido destinados por las potencias de ultratumba y los recuerdos se guardarán en agua de salmuera para alejar la putrefacción y terminantemente se prohibirá la silepsis para que vuestra alteza del vivo imperio español sea magnánimo-magnetofónico-magnésico y per sécula seculórum no habrá más perseguidos ni prosecuciones y el prosaísmo será materia obligatoria en todos los refectorios, urinarios y probatorios y el reingreso al pasado se hará a través de una aduana que no cobre derecho de entrada y permanencia y el ritual de los ritornelos de las protestas nos saturará con su aroma de saurios y nuestras próstatas un tanto soterradas saldrán a exponerse a los aires frescos de las primaveras que soltaron, cual palomas picassianas, desde moscú, parís o washington y que nosotros desde nuestros caballetes cabalgamos con suma alegría y solaz y para que nuestras cariátides remedien pronto sus caries y pueda de tal guisa haber un sorprendente desenlace como cuando superman desposó a luisa lane en un bar de putas de nueva york y wall street por poco se derrumba y con él/ella el mundo libre, civilizado y tolerante y casi que fue una cereza flotando dentro del martinete y NO LAS PASAREMOS NEGRAS y otrosí aparecerán peregrinos o perdonavidas y los quilates de sus quevedos nos obnubilarán el sentido y creeremos estar escuchando los silbatos de las antiguas locomotoras y deberemos recurrir a los silenciadores que en todo momento abundan en las oficinas gubernamentales y apaciguaremos los tiempos, los litúrgicos y los gramaticales, pero sin alzarnos demasiado para no perder las cabezas y transferiremos las responsabilidades a quienes trabajan de sol a sol y ayunan, desguarnecidos, privados de las membrecías de los clubes de prestigio y mafias y saldremos a emascular a embajadores capones y embargaremos sus bienes para que cesen sus males y con firmeza miraremos el firmamento y no fingiremos ser mojigatos o gatos mojados, sino que gritaremos ¡firmes! y otorgaremos el poder a los golfos en sus penínsulas y como goliardos de una nueva ola no cantaremos la palinodia a pesar de la abundancia de pícaros y los barcos no darán abasto porque se descompensarían las cuentas congeladas en los exilios y las galletas francesas harían gala de sus sinsabores y los diálogos entre hermanos contendrían diatribas contra los encurtidos de alta mar, lo cual devendría en detonante para el fracaso de futuras expediciones a los países de los pigmeos y tiraremos de la cuerda hasta que el funicular reviente y las isóbaras y las isotermas cuadran en sus estaciones y los pasajeros sonríen con despreocupación y mucho tiene de parvulez su actitud, mas hay que partir las nueces de las rutas para ver si adentro existen boletos de premio, ida y vuelta a cualquier destino y la posible nubosidad no obstaculizará el imprescindible desplazamiento por las comarcas que sobresalen del mapamundi porque el mañana es incierto (nada solemne) y la maña del experto viajero será, por siempre, ASÍ DE GRANDE.