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Erratas

Textos y fotografías: Wilfredo Carrizales

1

Erratas

Según un lingüista, la palabra “boom” surge de la más exhaustiva angustia que un estilista de la escritura (¿o sería un exégeta?, ¡anyway!) puso en boca de un poeta desconocido para endilgarle luego demasiadas razones por no haber pasado del primer verso. El mejor amigo del poeta se inclinó sobre el postre idiomático y subrayó todos los “ti” que encontró. La suprema ficción surgió ese día y un clima propenso a textos más largos se insinuó en las notas colocadas al margen.

 

2

La palabra “abstracto” debe entenderse en su significado menos aberrante. Nunca hay que cultivar la afición por lo eterno. La sustancia que emerge del vocablo y queda suspendida distrae la atención y distorsiona el infinito que podría ser portador de alegría y justicia.

 

3

La umbría porta una leve infidelidad en el sonido que se esconde tras su sentido lato. Se puede aliterar la sombra, conforme, por ejemplo, a un árbol que recaiga en su énfasis de podredumbre. Pero un águila o un arma, en ningún caso poseerán adjetivos ponderativos que transparenten lo umbrío de una tierra que pierde sus pigmentos y, encima, se solaza.

 

4

El tiempo llega a ser un tiemblo y en el auxiliar de la fortuna inicia un padecimiento que llega a los pies de un esperado adversario. Hay tiempos para que las atmósferas maduren sus uvas y tiempos para alzarse con la mujer ajena; tiempos de la liturgia despejada y tiempos que se desbocan tras el golpe certero de una mañana fresca y como parte de las nubes.

 

5

Erratas

La luna fue comida por un árabe dentro de un espejo que vacilaba con su luz. La luna era muy limpia para que los canes le ladraran a discreción. En la insensatez de la noche los musulmanes garabatearon coplas.

 

6

La razón descarta sus magnitudes para manifestar los símbolos de su locura. Mas vivimos a sus expensas, relacionándonos con ella en la fundación de un gobierno que no termina de establecerse. Nos imponemos a su arbitrio, a veces y a duras penas, aunque la relación que da, por sí sola, no es nada.

 

7

En el claroscuro brilla lo negro sobre lo blanco. Desde allí parte un momento abisal que carece de retorno. Los murciélagos no saben piar, pero se valen de instrumentos especiales para enviar señales y expiar sus culpas.

 

8

El combate proporciona los rivales. Se combinan y luchan. Se machacan las cabezas, surgen resplandores y algún que otro trompeteo. Los destellos de las maldiciones caen dentro de un tanque: lugar último donde van a parar los contendientes con sus depresiones y sus abrazos. ¿Un baño no podrá ser excavado para que se sellen las disputas entre vítores y pompas de jabón?

 

9

Erratas

Era aun más que sigilo, custodia. Infrecuencia de los sustantivos que ejemplifican las imágenes de los secretos peor guardados. Una criatura se abre el tejado y los sueños se dispersan. El guardián es como todos: sin referencia de valentía y con mirar que no presagia cautela.

 

10

¿Quién dijo que aquel canto era un diálogo con la devoción? Largo lamento de un selecto anonimato. Se negaban las flores por más que los pétalos insistieran en el paralelismo. La realidad del tiempo se abrevió y fue simultaneidad en el ayuno de antemano. La oferta de una nueva canción se eternizó en una piedra y desde ahí aguijoneó la desmesura de la expresión.

 

11

La pintura franqueó la forma y se olvidó del color. Luego se hizo hábito, hartura y hastío... En lo impersonal hubo una hazaña y un temple en los museos.

 

12

Se insistió mucho en que hirsuto era brusquedad. Con el verbo se pincela cualquier situación, pero ¿con el adjetivo existe lamentación que valga? Por eso se advierte; por eso se pervierte.

 

13

Erratas

Abstruso es una nadería de difícil interpretación. Si lo oculto no se ve, pues no existe. ¿A qué preocuparse y tomar medidas perentorias? La mente del poeta ficciona e incurre en erratas: es su inmanente estado. La inaccesibilidad a las cosas del entorno resulta la referencia constante. ¿Un vuelco no es un vuelo que se inicia en una idea y que no culmina en ninguna parte o, en el mejor de los casos, estrellado contra la blancura de un muro inmemorial?

 

14

¿Cómo lograr el equilibrio? ¿Vestido de soldado o de balancín? ¡Hay que ponerle las manos cuanto antes a la exaltación o a su padre, el entusiasmo!

 

15

El quid de la poesía es el magullamiento de las palabras. El poeta trata de volverse hombre a través del poema, pero no se humaniza. Sigue siendo un bípedo que acompaña a Dios en sus compras menudas y cuando trata de reclamarle algo, su expresión se vuelve tenue y entonces el poeta debe volver a instalarse en la contemporaneidad del nosotros.

 

16

Enfrascarse en fulguraciones para que el español brille como metal sobre sus hojas del mediodía. Los fracasos figuran en los silos de lo concreto. El pensamiento me rodea con lo absoluto de su extensión.

 

17

Erratas

Una flor yerra por superabundancia en su decir.

 

18

La inexperiencia se alarga en el verdor y adquiere diversos sentidos que trastornan las traducciones. Al verter un vocablo extraño a nuestra lengua decantamos la repercusión en la trompa de Eustaquio y horneamos el vaivén de otra posible escritura.

 

19

La muerte emborrona los manuscritos para que siempre tengamos que empezar de nuevo. La muerte omite el terreno donde actúa. Sólo ejecuta la parte de la ficción que le corresponde y lo hace a cabalidad y con gran maestría.

 

20

En la cópula el frío se va al exterior. La conjunción es vital para engrosar los significados y nada resulta más infrecuente que la naturaleza mal explicada de su comportamiento.

 

21

Erratas

Galimatías la de los pasos de los gansos bajo la lluvia que golpetea. Si repiquetean campanillas vendrán huéspedes mojados con voluminosos diccionarios dentro de los sacos. Repetidamente explicaré mis actos gramaticales con la condición de que permitan subir a las palmípedas a los escritorios.

 

22

Vienen los cambios, los giros y se incrementan las confusiones. Me magnifico por todos, hasta por el ausente o el mudo. Planto los símbolos en el portal de mi casa y me abandono a las soberbias esperanzas. La ilusión me traspasa con su anillo de recetas. En cuanto al tic tac del reloj dejo que continúe su inexplicable acontecer y me alieno en el insignificante tañido de mi torpeza.

 

23

Ve tú a escuchar los gorriones. Escucha el antecedente de espurios poemas. Ve tú a oír el feo enojo del viento. Lo encontrarás arcaico... Voy yo y acuño verbos que salieron hace mucho tiempo de los calendarios y sin embargo los tuteo como a un viejo camarada francés.

 

24

En la garganta de la urraca resuena un jarro quebrado. Eso corresponde a una aseveración ya olvidada. No obstante, la dispersión de los pájaros no es materia obligatoria en las clases de gramática.

 

25

Erratas

Los obispos pican cual avispas los antifonarios de las beatas.

 

26

El sonido se repite por doquier y la monotonía salta los obstáculos y nos golpea las pupilas. Los rostros que se observan en la distancia mueven con displicencia sus bocas y parecen conversar en un lenguaje muy similar al empleado para soplar botellas. (La vida aprovecha para afirmar su dureza de vidrio). Una hostilidad de abecedario ignora cómo seducir a los espíritus y saca a relucir una imagen de un tartamudo deletreando unos versos.

 

27

Una mujer decidió gritar sentada sobre mi libro de poemas. Le canté las cuarenta y ella no entendió. Entonces le azoté las nalgas analfabetas y me prometió de aquí en adelante respetar las reglas.

 

28

Desde una estatua caída descendió al piso el título que ostentaba por error. El personaje representado aun osó mandar a componer un soneto que comenzara por “Puesto que soy así” y que nadie enmendó porque era un modo de olvidarlo.

 

29

Erratas

En un banco, de pronto, los ahorristas entraron en estado cataléptico y las letras de cambio comenzaron a inmovilizar su orden.

 

30

El júbilo llega por imperativo de la pluralidad de intereses. A nombre del poeta desconocido se cantaron salmos. (Se rumora que hubo infidelidad semántica al confundir cielo por suelo y refugio por refunfuño).

 

31

La mujer que me sigue todas las noches se tiñó de azul el cabello para pasar desapercibida. Yo decidí emboscarla una madrugada de éstas y recriminarle su pasado y obligarla a que escriba sobre una pared la palabra “sueño” hasta que se transforme en asunto tempranero y dominical.

 

32

La vieja orinaba en la calle y qué cosa más exquisita se le veía por allá abajo. Un bulto muy peludo nunca visto. La anciana aguzó su sentido de la realidad y se rasuró para evitar que lo ficticio se adueñara de su proceder.

 

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Erratas

El párroco estaba muerto. Y no se trataba de ninguna improvisación. Lo que tenía frente a sí eran cuartillas y cuartillas de poemas necesarios. Pero él tuvo razones cardinales para quitarse la vida y adecuar su muerte a un programa que se escenificaba en el exterior.

 

34

Caterva es, entre otras acepciones, un debilitamiento producido en la médula del catecismo cuando éste es penetrado por una catástrofe que lo deja en evidencia.

 

35

La bajeza le hizo llegar muy cerca al nivel de lo obsceno, pero bastante lejos de la indecencia. Un cierto color rojo se aposentó en su rostro por escasos segundos y de buenas a primera fue a reírse al río, sólo por no dejar.

 

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Creo reconocer el choteo en cuanto recomiendan mi nombre para recibir el Premio Nacional de Letras. Como soy un hombre sofisticado me tomo un tarro de aspirinas y doy por concluido el asunto. Yo he explorado el mundo al revés y estoy de vuelta después de haber tratado con hijos e hijas de las puntadas. Sólo la hermana de mi novia se horroriza cuando me ve orinar. Tarareo improvisadas melodías y ella, en alabanza, se introduce el dedo medio en la boca y lo chupa hasta quedar casi ciega.

 

37

Erratas

Tumbado en la cama expongo mi desnudez a las miradas de las niñas que pasan frente a mi abierta ventana. Mi acto es finalidad y constancia a las palideces turbias de la noche. Oigo a varias niñas que manifiestan querer estar conmigo en el lecho. Si ese es mi destino, no lo eludo ni me escudo tras falsas dependencias humanas. Podría escapar, pero mi imaginación me perseguiría con una tijera para hacer trizas mi traje de falso ceremonial.

 

38

Por otra parte, la palabra cañón me disparó una bala que abrió un boquete en la sucursal de mi endeble armonía. Un primo mío que es canónigo y que pregona como ave canora me pidió que no complicara la hora de mi rendición. Le dije que nos veríamos en el canódromo y que me llevase una langosta para suspirar por ella.

 

39

Soy original y me correspondo con mis ambiciones. De lo empobrecido que estoy no quiero hacer un cuño y es aquí cuando intento entender la música del buen tiempo. Así que me pongo a traducir los principios canónicos de un esclavo inglés y me blindo para soportar el juego malvado de los tontos de capas rotas.

 

40

Me asedian nuevamente las lápidas y eso que las paso por alto al no más divisarlas en lontananza. Me aprovisiono de piedras ladinas y escruto en el ácido láctico de mi intemperancia. A mí que no me alimenten con trivialidades. Por una calle otrora dorada voy guindando mis enunciados y si al mundo le parece un exabrupto mi manera de obrar que se lo haga saber a mi albacea cuando se esté sacando los piojos.