Rasgos de escritura (I)

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Textos y dibujos: Wilfredo Carrizales

1

Rasgos de escritura

LOS HOMBRES llegaron a la noche y fueron menos sabios. Sólo unas niñas elucidaron el misterio tras la oscuridad que se condensaba. Luego le escribieron al infante del cosmos para informarle de la consecuencia de su acto. Las estrellas se desplegaron; los cometas se extraviaron.

 

2

UN SEÑOR reía en la ciudad donde en los parques había mesas y encima de ellas, frutas, alas y listones. La arrogancia del señor lo alejaba, inevitablemente, de la humildad y lo humano se le escapaba sin remedio.

 

3

SUS CABELLOS en aquella estación. La revista hablaba de unos muchachos subidos a un barco en un día muy frío. El más alto de ellos parecía llamarse Simbad y ronroneaba como un animal cuya felicidad ha sido alcanzada por el numen.

 

4

EL CAMINO estaba mojado y él comía bizcocho. Había nacido en el monte y a menudo se desnudaba e iba a exhibirse a la ventana. Quien lo vio no lo olvida. Cuando se quedó dormido, el sol se ocultó más temprano y hubo truenos en la lejanía.

 

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Rasgos de escritura

ERA TARDE y salió con la luna. Temió, pero partió. Más adelante caminó por la calzada. Esperaba nacer en otra época. Alguien la llamó y ambos empezaron a cantar como si todo hubiera sido previsto.

 

6

RUEDO para abolir lo aterido del ambiente. Amo el teñido producido por las hojas muertas sobre el terreno. Me provoca invocar al protector de los hogares, pero allende el sitial de las nubes aparece el signo que aleja a la dicha de los reflejos.

 

7

FECUNDACIÓN del agua en los gametos del animal de encuadre. A hurtadillas se husmea en el entorno de la rueca. Los manuscritos se ligan a las ruinas del asombro. Los iconos conceden sus favores a quienes proclaman los murmullos del mundo.

 

8

OCURRE la simulación dentro de la intensidad del rojo. La perplejidad gana el recorrido de los salientes. Actos de crueldad se ensanchan después que se celebran los oficios del perfume. Tangibles, las uñas se cuajan de meteoros y de vértices que vibran.

 

9

EN LA ORILLA del viento se amoldó una querencia y también le hizo sitio al nombre del sosiego. Hubo una reacción hasta más allá del cronómetro. Sobraron minutos para futuras contiendas.

 

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Rasgos de escritura

EL PEQUEÑO brillo del lúpulo en la punta de la arena ataca a la espuma que ciega. Por medio de su densidad se embrolla el ocaso. Otras empalizadas de la luz se levantan con el transporte de la emoción.

 

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COBRE y enfado en el pleito de las jactancias. Los espliegos del reflujo van hacia la transparencia de los hábitos. Se interpretan los apegos con un intervalo entre dos trópicos.

 

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DESDE un cuarto un hocico persigue a su piel. El licor de las flores obliga a un compromiso. Al amparo de los cajones se repetían los testimonios de las miradas. Si los sextantes se ordenan a sus contentos las prisas se convierten en caudales. De siempre se recogen obscurecimientos encima de los legados de los escolios.

 

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DE LOS ESTANCOS se calman los dolores y en las circunferencias porfían los manantiales con sus espantajos pertenecientes a un desarrollo en el diámetro aprendido. Se concentran las aleaciones y las aberturas retrasan los enlaces de los cristales o los importunan hasta el grado del abandono.

A la desinencia acuden los vapores con sus roturas y con sus estrecheces que se evacuan.

 

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ESTRICTAMENTE sostenemos la bóveda para el ejercicio de las ironías cuando los vertebrados sienten el éxtasis de las taraceas de los alquimistas.

Era el octogenario del fabricante de secretos y la autoridad comenzaba a pudrirse, pues los vicios habían alcanzado el modo de la linfa.

Cada uno de los excesos vibró en su humedad y por señas se azotaron.

 

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Rasgos de escritura

RIESGO de las vueltas o las mudanzas y aunque en las riberas no haya la masculinidad de la baraja, se hace necesario el preludio que todo lo torna horcajada.

La burbuja convalece de ficción y en el apego de su hendija surge un irredento ofidio más redondo que un bordado.

 

16

PÚAS en los ciclos del trasteo. La travesía simula andar sobre una hoja blanca. No obstante, el verano se ata fuertemente a los candelabros y a sus funciones vitales.

Se comprenden las secuencias y los alzamientos de los récipes durante el estancamiento de las mamparas.

Nulas, las semillas, a pesar de las fallas, impulsan géneros, tiras y estratos. De la nada, surgen los dípticos en las galenas de los méritos. Posteriormente nacen las hipérboles con sus opérculos a cuestas.

 

17

ERUPCIÓN del círculo continuo: presencia de la aspereza que infunde un soplo. En lontananza un junqueral, ancho, como herramienta que se emancipa. No maullaban los mástiles y lastimaban los aullidos de la prole.

Junto a los pálpitos las radas se integraban a las naves. De asombro en asombro las tonsuras del mar se coligaban con los aceites de la espera.

 

18

PERSISTÍA lo luctuoso debajo de la frondosidad de las figuras que se retiraban atestadas de signos sonoros.

Para dar salida a las escalas se descifran los numerales y los compases. Por mucho tiempo el mercurio corre dentro de la bilis y no se aniega el fuero sin auxilio.

Al viento se mitiga la cecina para ahuecarse en su renombre.

 

19

DE MODO conciso, se dilata el órgano en su serenata jovial. Ecuménica, la familia hurta los desvíos para desplazarse a campo traviesa. (La trampa será negada a lo largo de la perfección de su línea).

Un jade añade una uva a su longevidad y un gusano se separa de la necesidad de la tierra. Viene el azar y casi siempre estalla un método de integración y constancia.

 

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Rasgos de escritura

LA DEFORMIDAD se enuncia con su equipaje de sospechas. Un acto no bueno brota al margen de la materia fundible.

Por extensión, algunos seres se reencuentran en la refriega y antes de la consumación de las esferas revienta una repugnancia.

Ayer se dijo la eficacia de la letanía. Hoy se retocan los topónimos. Mañana se turbarán los humos con la vagancia de los lugares.

 

21

ARGUMENTO de la coartada también presente en la voz del perro que se blanquea. La charada se incorpora al juramento de la lotería. Con vehemencia se decide la ejecutoria de la fábula. De la galanura a los gajos reptan los encuentros solubles de los quiebros.

Los harapos contribuyen al tratado de los soplos y a su ruido en el interior de la heterodoxia. Se rinden ulteriormente los parásitos a la intrepidez de los humores.

 

22

CUANDO se rompen los hallazgos los fumadores salen a narrar hazañas en boga. Lo icástico ocupa una veneración útil a la herejía, cuyo emblema externo remonta las reliquias.

Al fondo de una jaula un líquido se quebranta y se torna angosto para celebrar el paso del laconismo a la lasitud.

 

23

ALLÍ ACONTECÍA un lapidario que se marchitaba cuidado por un mezquino. El eco de los menhires resonaba entristecido.

Paralelos entre sí dormitaban los vehículos de la vegetación aplaudida. Su condición alejaba a los coleópteros y les desviaba los élitros contrarios.

 

24

RUINA de los fotones en el sometimiento a las variables de los pozos. Un relato sigue al argumento de las porciones de malogro.

Los gálibos atraen a la brea hasta la capa de los metales que transitan en medio de los clisés exentos de elegancia. Los huérfanos se rinden ante la evidencia de la fuga preparada por el iluminado sin fundamento.

Una mano quiso decir adiós y el estímulo se le derritió en seguida. Unas alas tuvieron aprensiones falsas y se oxidaron con los desplantes en escena.

 

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Rasgos de escritura

ATAJAR la intimidad de los herbívoros antes de que la digestión los profundice. Dícese que lo aciago envenena el principio de la intuición emética.

Lógicamente vamos desprovistos de sentido y nos cubrimos las cabezas con telas rayadas. Mientras tanto caen muchas arañas desde un tinglado para encarnar la brevedad del mal.

 

26

ESTABA en los escritos: el gallo idealizado rebatía el plumaje subrayado. El recelo fue áspero y el mensaje remitió en un torbellino que se estampó mediante pago.

Llamativo el escondrijo, aunque carecía de rigidez. La procedencia del desatino tuvo una dirección y, otras veces, añoranza y peligros en la disciplina.

Empero lo que tiznaba continuó sobresaliendo por encima de la corteza de sarro u hollín tras la forja.

 

27

POR OFICIO se plegaron los escorpiones y se cruzaron las vasijas para transmutar las esquinas dormidas. Más cosas semejantes trazaron los ángulos con anillos de trapecios.

Las tejas resbalaron por encima de las piernas colocadas fuera de lugar. En fecha distinta la espiral de la savia trasegó sin previos alegatos.

Ultimátum para los organismos que coinciden en sus límites. Un cuerpo sobresale adherido al levante de la jornada finita.

 

28

EL FÉRETRO que puede servir de vientre ejercitado invoca una dosis adicional de carne y sudor. El provecho se gesta, en mayor o menor medida, en el periplo de la abstracción.

Un bamboleo tantea el vacío. Con yeso se hacen monedas que resisten las enfermedades. La envoltura mortal consigna su carácter errático.

 

29

VIOLA de la vindicación y de la vigilia en el vientre.

El origen del viento para los consortes. En vilo crecen las vides y se vulnera la pieza del reloj que avisa.

Se pulen los tributarios con las solapas que se nutren de amparos. Se presiente un presidio en el paraje caduco del arrebol.

No vale ninguna conjetura para el comodato de la ósmosis.

 

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Rasgos de escritura

¿HOMBRE CANINO o hambre canina? Varias caras en la resplandecencia de los polos que se retardan. Cuenta pensada y acicate.

La muerte cae por delante y detrás siguen los porfiados. El maúllo del gato adelgaza los microbios y celebra el filón.

Lamentaciones en el abdomen que atestigua sus estrías con lo fáctico de su aspecto. Una estafeta después del plazo y un reino de insectos en un solo ojo.