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Yoani SánchezRedes sociales en Internet
El blog Generación Y, de Yoani Sánchez

“Cada persona que me lee, me protege,
y sólo la custodia de ellos me ha permitido llegar hasta aquí”.

Yoani Sánchez.

Con más de cien mil seguidores en Twitter y un promedio de tres mil comentarios1 por post en el blog Generación Y, la bloguera cubana Yoani Sánchez es ya leyenda en el cada vez más imprescindible espacio de las redes sociales en Internet. Ganadora del meritorio Premio Ortega y Gasset 2008 en la categoría Periodismo Digital, seleccionada por la revista Time entre las cien personas más influyentes del mundo (2008), acreedora del Premio del Jurado en el concurso español Bitácoras.com 2008, incluida en la selección de los 100 hispanoamericanos más notables del año (2008) por el periódico El País, ganadora del Premio iRedes 2011 del Congreso Iberoamericano de Redes Sociales en la categoría Individual, Yoani Sánchez parece no necesitar del papel y la tinta para lograr el reconocimiento de los lectores y el protagonismo mediático. ¿A qué se debe este éxito?

 

¿Quién es Yoani Sánchez?

Nacida en La Habana en 1975, Yoani Sánchez se licenció en Filología Hispánica en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana en el 2000, con una tesis titulada “Palabras bajo presión. Un estudio sobre la literatura de la dictadura en Latinoamérica”. Está casada con el periodista Reinaldo Escobar, con quien tiene un hijo de 15 años. Durante los años 2002-2004, Yoani Sánchez vivió en Suiza pero decidió, contrariamente a lo que la mayoría de sus compatriotas y amigos le aconsejaban, regresar e instalarse nuevamente en Cuba. De vuelta en La Habana, trabajó durante un período corto en la Editorial Gente Nueva, para dedicarse luego a trabajar por cuenta propia como profesora de español y guía turística. En el 2004 funda, con otros cubanos residentes en la isla, la revista de reflexión y debate Consenso. En abril del 2007 lanza su blog Generación Y (hoy traducido a quince idiomas), logrando una repercusión inmediata. Desde entonces trabaja como articulista, webmaster y editora del portal Desde Cuba. A pesar de que desde marzo del 2008 el gobierno cubano implementó un filtro informático que impide ver Generación Y en los sitios públicos de Internet en Cuba,2 la bitácora de Yoani Sánchez ha logrado, fundamentalmente gracias al apoyo de los amigos del exterior, seguir publicando sus posts y lograr cada vez más lectores. Yoani Sánchez prefiere, hoy día, llamarse “más informática que filóloga”.

El camino de Yoani Sánchez del anonimato al enorme reconocimiento del que hoy goza ha estado plagado de dificultades. La historia de los sacrificios, los intentos fallidos, las trampas y las muestras de ingenio que ha tenido y tiene que dar para poder publicar sus posts y sus tweets están documentados en muchos de sus textos y son, lamentablemente, experiencias compartidas por muchos blogueros independientes de Cuba. A la censura y los diversos filtros que el gobierno implementa para que los posts de Sánchez no sean accesibles a los lectores cubanos, hay que agregar otros factores como: los cortes de energía, la lentitud de la banda estrecha, el cable de fibra óptica que nunca llega, la carencia de equipo, el limitado acceso a computadoras públicas, el elevado precio de cada hora de uso (en febrero del 2011: 8 euros la hora desde un hotel y sólo para turistas, 1,33 euros desde un cibercafé), el deterioro de las computadoras, la dificultad de obtener un permiso para la conexión, el riesgo de que la casilla de correo electrónico sea cancelada sin previo aviso, la imposibilidad de adquirir un propio dominio web y alojarlo en un servidor local, la prohibición de hospedar el sitio en otro país, la imposibilidad —cuando de una manera u otra se abre un sitio— de actualizar todos los días, la frustración de no poder responder a los comentarios de los visitantes, toda esta faena extenuante para poder expresarse por la red, ha generado la frustración de toda una generación a la cual Yoani Sánchez, con acierto, califica como los “cibermutilados” (post del 21 de julio de 2008).

 

“Cuba libre. Vivir y escribir en La Habana”, de Yoani SánchezUn exorcismo personal

Reseñar algo por definición tan dinámico y actual como un blog es prácticamente inútil (más efectivo es simplemente recomendar la visita a la página en cuestión), pero para quien desee adentrarse en el proceso de gestación del blog Generación Y de Yoani Sánchez y acceder a sus primeros posts, recomendamos la lectura del libro Cuba libre. Vivir y escribir en La Habana, publicado por la editorial Debate en junio del año pasado (2010). Debate es una editorial perteneciente al grupo Random House Mondadori y se especializa en la publicación de ensayos. El mencionado volumen, publicado paralelamente en Barcelona, Buenos Aires y Montevideo, recoge los posts de Generación Y desde su inicio en abril del 2007 hasta octubre del 2009.

Cuba libre. Vivir y escribir en La Habana se inicia con una introducción escrita por la misma Sánchez, quien analiza el fenómeno particular de los textos de blog. Tomando la debida distancia, la autora reflexiona sobre esas “criaturas mestizas difíciles de clasificar en algún orden” (p. 9) que son sus propios posts extraídos del contexto digital y materializados en el papel. Aquí, la joven bloguera cubana puede explicar, como lo ha hecho tantas veces, las necesidades que hicieron que comenzara a publicar sus textos, y lo que esta posibilidad ha significado para ella:

Hay criaturas mestizas difíciles de clasificar en algún orden y una de esas es mi escritura, a medio camino entre la crónica, el exorcismo personal y el grito. El hipogrifo nacido de estos dos años escribiendo un blog en Internet tiene garras reales afincadas en la cotidianeidad (...). Las alas se las brinda la virtualidad, el enorme ciberespacio donde mis textos hacen lo que yo no podría: moverse y expresarse libremente (p. 9).

Yoani SánchezSon varios los factores que confluyen para que los posts de Yoani Sánchez resulten interesantes. Uno de ellos es la clara conexión entre ideología y cotidianeidad. Yoani no parte de abstracciones, sino que su punto de partida son los desvelos de la vida cotidiana, donde se refleja claramente cómo las decisiones gubernamentales dificultan la vida del cubano común, ya sea en la mala calidad del pan, el adoctrinamiento escolar o la lucha cotidiana para acceder a Internet (“Tantos kilobytes utilizados me han reafirmado que no soy yo, ni somos nosotros, los que nos oponemos a algo, sino que es la realidad cubana —esa que describo en mis posts— la que se muestra profundamente contestataria, marcadamente opositora”, p. 17). Pero si bien denuncia la injusticia, no se titula víctima, y ése es otro factor que diferencia el análisis de la simple queja o el lamento. Yoani Sánchez critica, además, dando la cara (es simbólica la publicación de su documento de identidad en su perfil del blog) y contándole a los cubanos y al mundo sobre su propia vida y sus estrecheces. Lo acertado de Sánchez es que logra dar a sus escritos un toque personal, compartiendo sus afanes cotidianos con los lectores, pero sin perder su privacidad. Y si bien el lector puede echar un vistazo a su refrigerador vacío, o a sus zapatos gastados, esos detalles no tienen la finalidad de transformarla en héroe o víctima, sino sencillamente servir como símbolo de los desvelos de una gran parte del pueblo cubano, que lucha día a día con los mismos contratiempos, injusticias o anhelos.

Otro acierto de Yoani Sánchez es no confundir patria con sistema. El aparato de propaganda de muchos regímenes autoritarios tiene y ha tenido como función hacer figurar a todo aquel que expresa una crítica al gobierno como antipatriota y traidor (“...un país donde las clasificaciones se expresan rígidas y los apelativos, contundentes. Aquí sólo se puede ser ‘ revolucionario’ o ‘contrarrevolucionario’, ‘escritor’ o ‘ajeno a la cultura’, pertenecer al ‘pueblo’ o a un ‘grupúsculo’ ”, p. 32). Sánchez distingue claramente en sus posts al pueblo cubano necesitado como algo distinto y fundamentalmente más importante que la jerarquía institucional, el Estado y sus representantes. Yoani Sánchez es también explícita al declarar que sus opiniones, y todo lo que expresa en sus escritos es producto de sus convicciones personales, que no es partidaria de tal o cual ideología o adscrita a grupo o movimiento colectivo: “Para evitar endiosamientos y futuras crucifixiones, aclaro en una de las páginas de mi blog que este es un ejercicio personal de cobardía para decir en la red todo aquello que no me atrevo a expresar en la vida real” (p. 11).

 

El vaso de leche diario

Al repasar el grueso volumen (365 páginas) que reúne los escritos de Yoani Sánchez durante dos años y medio y tratar de enumerar los temas que desarrolla, nos encontramos casi ante un programa de gobierno. Ideología, libertad de expresión, situación habitacional, educación, salud pública, desempleo, economía, empresa privada, son temas que Yoani trata con destreza y, al partir de la cotidianeidad y los ejemplos concretos, logra cristalizar una serie de textos en la que muchos cubanos de hoy pueden identificarse. Yoani Sánchez habla siempre en primera persona, y son básicamente sus propias experiencias las que la autorizan a demandar cambios.

Si bien los temas son muchos, hay sin embargo dos que prevalecen: la libertad de expresión y el tema de la escasez (una vida marcada por la pobreza). Como otros autores cubanos,3 Yoani narra la miseria material (y muchas veces espiritual) en la que ha tenido que crecer, y el tono es muchas veces amargo. Cuando Yoani cuenta el vía crucis de un dolor de muelas (p. 30), el sueño tan anhelado del vaso de leche diario (p. 40) o el relato muy personal del deseo y la renuncia a tener otro hijo (p. 197), produce textos que conmueven y que la posicionan en un espacio intermedio entre la denuncia política y el relato autobiográfico de carácter literario. El tema de la libertad de expresión, por su parte, está continuamente presente a lo largo de todo el volumen. La desinformación y el aislamiento (p. 112, p. 126), el talento adquirido de leer entre líneas, la función del rumor como fuente de información alternativa (p. 45) y la censura (p. 115, p. 158, p. 191), son temas omnipresentes en el blog de Yoani Sánchez.

Lamentablemente, el volumen Cuba libre. Vivir y escribir en La Habana no circula en Cuba y, como ya mencionamos, también el blog Generación Y es de muy difícil acceso en el país. Pero Yoani Sánchez y muchos otros blogueros independientes cubanos no se dejan acobardar. Para poder difundir sus escritos, suelen imprimir algunos de sus textos y repartirlos en conciertos, exposiciones o simplemente en las plazas, para poder alcanzar también a todos aquellos que no acceden al privilegio de Internet. De esa manera intentan alcanzar el efecto de círculos en el agua, o, como Sánchez misma lo expresa: “Cada copia entregada es como la inoculación de un virus de consecuencias impredecibles: el bacilo de la opinión libre, la infección que provoca en alguien ver a otro expresarse sin máscaras” (p. 11). Esperemos que tanto Generación Y como otros espacios independientes en Cuba alcancen cada vez más lectores y generen, a su vez, respuesta, diálogo y apertura, fenómenos profundamente anhelados por las jóvenes generaciones cubanas.

 

Merci Facebook“Merci Facebook”: las redes sociales de Internet como instrumento de cambio

Las redes sociales de Internet como instrumento de la democracia y la libertad de expresión han ido adquiriendo un rol cada vez más protagónico. Se evidenció en Irán en el 2009 y aun con más intensidad en los sucesos dramáticos de Túnez, Argelia y sobre todo Egipto en estas semanas, más los conflictos actuales en Libia, Bahréin y otros países del Medio Oriente y el norte de África. Los gobiernos autoritarios siguen intentando coartar la libertad de expresión a través de bloqueos, filtros y prohibiciones, pero la destreza tecnológica de las nuevas generaciones están siempre un paso más adelante. De la misma manera, lo que se inició como la aventura personal de una joven cubana que intentaba vencer sus propios temores, se ha transformado en un portal (Desde Cuba) que aloja a una serie de blogueros independientes cuyos posts son apreciados por una cantidad cada vez más grande de lectores.

Y si bien las redes sociales han significado una apertura y un medio de comunicación que continuamente logra filtrarse por las rendijas de la prohibición y llevar su mensaje al mundo, su uso no siempre redunda en efectos positivos. El bielorruso Evgeny Morozov nos recuerda, en su libro The net delusion. The dark side of Internet freedom, que Internet y las redes sociales son sólo instrumentos que fácilmente pueden ser manipulados de acuerdo a las manos que los manejen. Morozov ejemplifica con experiencias propias en su país, Bielorrusia, pero también con incontables ejemplos de países como Irán, China, Rusia, Corea del Norte y Venezuela, donde los gobiernos utilizan con destreza las redes sociales para difundir propaganda favorable a su propia gestión, y para vigilar a los disidentes. Morozov da como ejemplos a los casos de las autoridades iraníes, que controlan la página de Facebook del solicitante antes de expedir un pasaporte, y el de la red Al-Qaida, que ha utilizado y utiliza Internet como canal de propaganda y medio para reclutar nuevos simpatizantes. Morozov califica además de “ciberoptimistas” a los gobiernos que (como el gobierno sueco recientemente) han comenzado a destinar parte del dinero dedicado a la cooperación internacional en apoyar a los llamados “activistas de la red”. El bielorruso critica además la visión eurocéntrica, que elogia las manifestaciones de repudio a los regímenes que ellos mismos consideran destructivos, mientras que muestran molestia y escepticismo frente a fenómenos como WikiLeaks o Anonymous, que critican a las élites de poder del mundo occidental.

Sin embargo, no se puede obviar el increíble poder de las redes sociales y el rol que han jugado en los recientes sucesos en Túnez, Argelia y Egipto. Quedan grabadas en la retina las imágenes de los muros de la capital tunecina que se pintaron inmediatamente después de la huida de Ben Ali: “Merci le peuple. Merci Facebook”. O como Yoani Sánchez escribió, en un tweet días antes de la renuncia de Hosni Mubarak: “¡Cuánto tenemos que aprender del pueblo egipcio!”.

 

Notas

  1. Ejemplos: post del 17 de febrero de 2011: 6.686 comentarios; post del 12 de febrero de 2011: 3.999 comentarios, post del 24 de enero de 2011: 5.186 comentarios, etc. Seguidores en Twitter (febrero de 2011): 106.316.
  2. El boicot oficial al blog Generación Y se levantó sorpresivamente a principios de febrero de este año, probablemente a raíz de la celebración de la Feria Informática Habana, cuya XIV edición tiene lugar del 7 al 11 de febrero. Yoani Sánchez cree que la medida es provisoria.
  3. Véanse los libros Trilogía sucia de La Habana y El Rey de La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez (Matanzas, 1950), y Todos se van, de Wendy Guerra (Cienfuegos, 1970).

 

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