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La Mostra parriana en el palacio de los ahorcados

La Mostra Parriana

El provincianismo chileno ha quedado demostrado con la Mostra de Parra, que estuvo a punto de ser censurada por las autoridades culturales nacionales. Aló, ¿con la Casa de la Cultura?, pregunta uno de los eslóganes de Parra y se contesta: Sí conchetumadre. Nicanor Parra, el poeta chileno vivo más trascendente, vive en la lucidez de sus 92 años y aún manotea detrás del cristal de cualquier oficialismo, con su retórica transgresora, y se presenta en un Chile acartonado, fome, monótono, lugar donde no habiendo nada mejor, buenas son las pantrucas.

Por fin, el Centro Cultural Palacio de La Moneda presentó los últimos 20 años de producción inédita de Nicanor Parra Sandoval. Recursos visuales, audiovisuales y tridimensionales. Todo este material parriano busca acercar al público a la creación del poeta antipoeta, y mago porque está vivo.

Lo que más revolucionó a las 600 personas invitadas al encuentro con Parra (no todos pueden entrar a La Moneda, eso se acabó el 73), de esta “performance” intitulada Obra Pública, fue El Pago de Chile, donde se presenta a los presidentes de Chile desde O’Higgins a Ricardo Lagos, ahorcados en una soga. Este cuadro había revolucionado a las autoridades culturales para suspender la Mostra Parriana. A la distancia, no logro entender el alcance de Parra, ni de las autoridades chilenas.

Me contaba mi madre, cuando era un muchacho, hechos de la política chilena, cuando yo no existía: Queremos ver a Ibáñez colgado de un faro, tamaña y lengua fuera, pidiéndonos perdón. Eso ya se pensaba y coreaba en las calles hace medio siglo. Fue un hecho real. Ibáñez fue presidente de Chile por el voto popular. Se hablaba de las 400 mil vacas que votaron por él. Dentro de la historia, Arturo Alessandri, populista y derechista, acuñó la famosa frase: La Casa donde tanto se sufre, en relación a La Moneda, Palacio de gobierno. ¿Por ahí venía Parra? Balmaceda se suicidó y a Allende lo suicidaron. Dos presidentes democráticos, que en verdad los suicidaron los intereses nacionales conservadores y extranjeros, son lo más próximo al estado del ahorcado y al Pago de Chile. El Tiranosaurio ahorcó la democracia, torturó y mató a miles, exilió, y estaría bien ahorcado. Eduardo Frei, según su médico personal, fue asesinado en el quirófano. Esa es otra variante de los magnicidios “involuntarios”, a la chilena.

La democracia se ahorca cuando legitima la impunidad. Pero sigamos con Parra y su Mostra, que es a lo que hemos venido. No la he visto, estoy muy lejos aún, por lo que no podré detallar más de lo que he visto en los medios. Confío en que hay un trasfondo mayor que el que se puede distinguir en la prensa. Lo mejor de Parra es su poesía en la antipoesía, es lo que quedará, el cambio de timón que le dio a la poesía. Por alguna razón leyó El hombre imaginario. Un gran poema. Un mundo imaginario que es totalmente real.

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario.

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios.

Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

Los presidentes no reciben el tradicional Pago de Chile. Ellos concluyen su gobierno satisfechos y retornan en su pequeña o gran gloria a sus casas y quehaceres profesionales. El pueblo es el que sigue acumulando bilis, adrenalina y puntos como un boxeador a punto de caer en el cuadrilátero. Lo salva aparentemente la campana y sigue al otro round y a veces más, un nuevo periodo presidencial. Gabriela Mistral, Enrique Lihn y Jorge Teillier, recibieron el Pago de Chile. La lista es más larga, se renueva periódicamente y con certeza, nunca concluirá. La Violeta Parra, también debemos incluirla allí.

Parra le sigue viendo, es su objetivo, la hoja a la Parra de la Poesía. La presidenta Michelle Bachelet, entró en el escenario de Parra y le dijo o más bien se preguntó: ¿Me agregará a ella cuando me vaya, don Nicanor?, quiero decirles a los chilenos no se me pongan parranoicos.

La Mostra se presenta, lo que hemos podido ver, con algunas frases ingeniosas en una bandeja de cartón, como para servirle al gusto del cliente o lector. Che, por ejemplo Contigo, hermano explotado. En Biblioteca de bolsillo, el antipoeta recoge tres títulos de libros. Mi lucha, Manual de Carreño y El manifiesto del Partido Comunista. Presenta dos poleras, remeras, una con la hoz y el martillo, y la otra con la svástica. En una de las tantas frases se pregunta: “¿Cómo eso de la Antipoesía?”, responde: “Nada del otro mundo, lisa y llanamente mi yo se niega a hablar en jerigonza”. “MARX PARA BOLIVIA el paisaje es de todos & de nadie” o “Antipoesía o MUERTE: venceremos. Individualistas del mundo, uníos, antes que sea demasiado tarde”. Probablemente ya se unieron. Es la señal del mercado.

El General Oscar Izurieta, comandante de las Fuerzas Armadas chilenas, ya dio un paso al frente, y se deslizó en su propia performance, ofreciendo honores militares si el general Pinochet muriera mañana. La realidad pareciera superar a la ficción. Hacía unas horas se había muerto el general Stroessner, quien gobernó en una dictadura de hierro a Paraguay durante 35 años y no recibirá honores en su país. La ministra de Defensa de Chile, Vivianne Blanlot (¿el país está en manos de los franceses?), advirtió que eran dichos inapropiados. El general Pinochet, entre tanto, superó los 90 años y se resiste a dejar Chile. El juicio avanza, perdido, sin memoria y se espera para 2008 una sentencia. Ya no se hablará del Pago de Chile, sino de la (in)Justicia de Chile.