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Günter GrassLa cebolla está pelada

¿La historia es un gran encebollado de lágrimas o tiene paladar de chocolate para el vencedor? Günter Grass ha puesto la cebolla en la llaga. Beim Haeuten der Zwiebel (Pelando la cebolla). Es su último libro, una autobiografía donde cuenta, entre muchas cosas de su vida, su reclutamiento y paso durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, en las Waffen-SS hitlerianas, cuando tenía 17 años. Las más temidas consonantes de la historia, Sin Sorpresa, pero lo fueron para el joven Grass, que no supo descifrar, y ahora recoge en el mantel largo de la vida. La historia le sirvió la mesa a su talento y talante post guerra, con el premio Nobel y una serie de magníficos libros. El tambor de hojalata; El rodaballo y Mi siglo, entre otros, que muestran a un hombre comprometido con su tiempo. Ahora pela su niñez y juventud, en medio de un revuelo mundial por su revelación como miembro de la SS, hecho que fue notorio para las tropas norteamericanas cuando lo detuvieron y registraron el 3 de enero de 1946. No estuvo detenido más de tres meses. Tres años le llevó escribir estas confesiones, después de convivir 61 años con ese fantasma, según sus comentarios desde Dinamarca, donde se encuentra en su retiro.

Pelando la cebolla, el detonante, fue lanzado por la editorial Steidl, después que Grass dijo en respuesta a sus detractores e inquisidores: léanlo, ahí encontrarán mi respuesta. El público alemán dijo sí al mensaje de Grass y se vendieron más de 120 mil ejemplares el primer día, de una edición de 150 mil. La otra edición ya está lista. El marketing del morbo, curiosidad, misterio, vende. Grass ha sido un hombre comprometido con su siglo y la nueva Alemania. Protagonista, público, un intelectual que nunca ha dejado de opinar. Nunca disparó un tiro, dijo, cuando pasó por las SS y tampoco se autorreclutó. Tiene un caudal de amigos y enemigos, de seguro, como le ocurre a un hombre público y a todo escritor que se precie de estar vivo. Son muchos los que murieron siendo nazis y prolongaron la filosofía del terror en otros países muy lejanos. Tómese nota: Colonia Dignidad, un laboratorio del más puro terror germano en el Sur de Chile.

Grass no ha dejado de pelar su cebolla, tubérculo de tantas capas y hojas indescifrables, muy solicitado en la cocina mundial. 3.200 años antes de Cristo, se pelaba la cebolla, que ingresó por Estados Unidos a nuestro hemisferio americano. La eficacia de la cebolla en curar infecciones oculares, herpes bucales, conciliar el sueño, mordeduras de perros, dolores de muelas, disentería, lumbago, era legendaria. Neruda le dedicó una oda sublime:

Oda a la cebolla

Cebolla, luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
tu torpe tallo verde,
y nacieron tus hojas
como espadas en el huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda transparencia,
y como en Afrodita el mar remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre la mesa
de las pobres gentes.
Nos hiciste llorar
sin afligirnos.
Yo cuanto existe celebré,
cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras
eres para mis ojos globo celeste,
copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia
de la tierra
en tu naturaleza cristalina.

La polémica sobre el juvenil pasado de GG ha traído de todo: ataques y defensa, como suele ocurrir con estos grandes momentos históricos.

John Irving señaló: “Grass sigue siendo un héroe para mí, como escritor y como guía moral; su valor, como escritor y ciudadano de Alemania es ejemplar, y su valentía se enaltece, no se merma, por su revelación más reciente”. Salman Rushdie y el cineasta Volker Schlöndorff defendieron también a Grass.

Desde luego en el mundo falta más debate y compromiso. Caso cerrado.