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Por Neruda

33 años, Poeta,
la rata sobre el trigal,
roja primavera, dorada,
pan celeste, cielo de Chile,
tierra, materia nerudiana.
La rata sigue viva
y pide perdón
con las falsas rodillas
y sus uñas mohosas
hincan el cuerpo de Chile.
La poesía es sombra,
viaja en ataúd de nieve.
No hay infancia
para los muertos,
ni culatas vacías
para los vivos.
Un casco fue la luna
y la noche dormía
sin cabeza ni cuerpo.
Patria de aromos
y girasoles muertos.
El nicho de Chile
y sus violetas rotas,
se deshoja
la pequeña historia.
Vuela el amargo mediodía,
paloma roja, el atardecer
de tu mano en mi mano
vuela y vuela Santiago,
es un micro sin paradero.
Rolando Gabrielli

Isla Negra

Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana...

P.N.

Hace 33 años murió el icono del amor y la materia, el poeta Pablo Neruda. Fue en Santiago, en circunstancias dolorosas, 12 días después del cruento golpe de estado. Se le negó una tumba, su propio suelo en Isla Negra. Es bueno recordarlo, porque la memoria es selectiva, arbitraria, olvidadiza, cómplice y traicionera. Poeta del amor y la materia, hombre de su siglo, Neruda cambió la poesía en habla castellana, le agregó un nuevo peldaño a su escalera. Nació en las calles polvosas de Parral, zona central de Chile, pero vivió y se hizo poeta en el Sur, Temuco, región de la araucanía. Chileno universal, tocó todas las cuerdas de la chilenidad, viajero inmóvil, dejó los pies por el mundo y su irrenunciable vocación social en favor de los pueblos. Amado por sus amigos y odiado por sus enemigos, con la misma intensidad. Pocos días antes del golpe de estado, en una conversación con el escritor Volodia Teiteilboim y Luis Corvalán, secretario del Partido Comunista de Chile de ese entonces, reveló su olfato, videncia de Vate. —A ti no te tocarán, Pablo, en caso de un golpe de estado, eres demasiado grande. —¿No recuerdas que Franco asesinó a García Lorca, el duende de España? —fue su respuesta. La historia le dio la razón en poco tiempo a Neruda, quien fue apremiado por militares en su casa de Isla Negra, en la carretera cuando viajaba hacia una clínica, y su casa La Chascona fue invadida, destruidas sus pertenencias y azotada por el vampirismo militar. Su libro de memorias Confieso que he vivido fue prohibido en Chile. El poeta, acosado en sus últimos días, murió en la Clínica Santa María con una honda tristeza, en medio de pesadillas diciendo que “los están matando”, lo que era una realidad, y no un mal sueño. Fue enterrado en una tumba prestada el Premio Nobel de Chile, el poeta por quien se conocía Chile en el exterior, quien fuera ante todo un poeta. En medio de la metralla y de un Santiago ensangrentado, dice la canción de Pablo Milanés, atravesado el país por la bayoneta, Neruda volvía a la tierra que tanto amaba en medio de circunstancias de excepción y dolor. Volvía a ser perseguido Neruda en Chile, dos veces en un mismo siglo, hasta la muerte. Su imagen se transformaría en una “animita” e Isla Negra un lugar de romería. El poeta que había recorrido tantas veces Chile con su poesía, seguía vivo en la memoria, en la vida cotidiana de miles de chilenos, y se transformaba en un símbolo contra la dictadura militar. Cuando se velaba su cuerpo en La Chascona, la primera corona en llegar fue la del rey de Suecia: Al gran poeta chileno... La poesía no tiene fronteras y menos la de Neruda, que le cantó a la materia, al amor, al hombre americano, a las cosas, naturaleza, a todo lo palpable y de cualquier lugar del mundo.

Su viuda luchó años por recuperar su casa confiscada en Isla Negra y para llevar su cuerpo al lugar donde Neruda quería seguir viviendo, frente al mar. Todo ya es historia. En sus tres casas museos se conmemoró la fecha. En Isla Negra, La Sebastiana, Valparaíso y La Chascona de Santiago. En esta última casa se exhibió la exposición fotográfica Nerudamado, que refleja la amistad con el novelista brasileño Jorge Amado. En su casa emblemática, Isla Negra, visitada por miles de chilenos y extranjeros anualmente, se presentará un filme sobre el poeta, perdido durante dos décadas: Conocer a Neruda. También se exhibirá la exposición fotográfica Funeral vigilado, que demuestra esas horas tensas cuando el poeta era trasladado por el pueblo al Cementerio General de Chile, flanqueado por las fuerzas policiales de carabineros de Chile.

Nació como Neftalí Reyes Basoalto, huérfano de madre desde sus primeros días, hijo de ferroviario amó los trenes, el mar, el amor como pocos y arrancó su poesía desde la honda existencia humana. Hacer un mapa para su poesía es un error, porque no permitirá descubrir las piedras que brillan en el camino. El más discutido de los poetas del siglo XX (e indiscutible, diría yo) llegó a pulso a Estocolmo postergado durante años, él y su poesía que recorría los corazones de sus lectores. Dos mujeres clavaron su corazón en la tierra: una argentina y una chilena. Delia del Carril y Matilde Urrutia dejaron hondas huellas en su vida y poesía. Generoso en amores, se definía Neruda, y no eran palabras. Con Gabriela Mistral y Vicente Huidobro, Neruda puso a la poesía chilena en el mapa mundial de la poesía. No es una frase retórica. Otros retomarían después la bandera: Nicanor Parra y Gonzalo Rojas, los más conocidos por estos días. Pero como la poesía vive en la “mesa del pellejo”, nunca en la principal de los grandes invitados (ella, convidada de piedra y olvido), vienen Pablo de Rokha, Rosamel del Valle, Díaz Casanueva, Armando Uribe Arce, Miguel Arteche, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Efraín Barquero, Oscar Hahn, Gonzalo Millán, Manuel Silva Acevedo y tantos otros. El largo hueso quebrado, accidentado, salino de Chile, con sus valles de uvas y alamedas, el Sur de todos los olvidos, hizo de su poesía materia viva, variada, nueva, genuina. La palabra brilló.

 

Bella

Bella,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro, bella.
Bella, de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
así te veo,
bella.
Bella
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.
Bella,
no te caben los ojos
en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos,
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
o camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.
Bella,
tus senos son como dos panes hechos
de tierra cereal y luna de oro,
bella.
Bella,
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella.
Bella,
No hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella.
Bella,
mi bella,
tu voz, tu piel, tus uñas,
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
bella,
todo eso es mío,
bella,
todo eso es mío, mía,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estás cerca o lejos,
siempre, eres mía,
mi bella,
siempre.
(Pablo Neruda)

 

Cuántas veces, amor...

Cuántas veces, amor,
te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante:
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angola, a la luz de la luna de junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.
Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué
y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
(Pablo Neruda)

 

PD.

La organización Poetas del Mundo realizará su Segundo Encuentro Internacional en Chile, bajo el lema “Tras las huellas del poeta”, en un homenaje a Pablo Neruda. Los encuentros y visitas se llevarán a cabo en las tres casas emblemáticas de Neruda, ubicadas en Isla Negra, Valparaíso y Santiago, así como en Viña del Mar, Melipilla y Rancagua, del 12 al 17 de octubre.

Curiosamente, la delegación de poetas de Argentina son casi todas mujeres, y de Chile, hombres. Los poetas provienen asimismo de Brasil, Ecuador, Costa Rica, Colombia, México, Venezuela, Egipto, Irak, India, Yemen, Marruecos, Estados Unidos, Puerto Rico, Líbano, Suiza, Perú, entre otros países. Su organizador, y secretario general de la organización, es el poeta chileno Luis Arias Manzo y se le puede contactar en el correo electrónico info@poetasdelmundo.com.